Seguimos hablando de menores, de colapsos, de números y de reparto de dinero. Los chicos de la frontera parecen haberse convertido en un puro mercadeo. Tú te llevas 50, este otro 40, tú recibes ‘x’ millones, el otro el doble. Como pollos sin cabeza los dirigentes políticos siguen mareando la perdiz sin poner orden en torno a un fenómeno que no solo existe, sino que está para quedarse.
En vez de adoptar políticas permanentes seguimos parcheando, alquilando pisos, ocupando hostales, buscando naves… Y así año tras año sin disponer de una red estable, digna y ordenada que asuma el control de menores aquí en Ceuta como en el resto del país, sin echar mano de convenios improvisados o de recepciones alocadas a representantes de fundaciones disfrazados de samaritanos aunque los rezos se hagan siempre que hay dinero.
Hablan, hablan y hablan. Ahora el consejero Gaitán en el foro organizado por El Día de Tenerife, que sirve para que lo vean en Canarias donde ya saben más de inmigración que de plátanos. Sirve para eso y para rellenar espacios en los medios de Ceuta porque el mandatario político competente en materia de menores ha hablado.
Foros, entrevistas, espacios informativos que no sirven para nada. El alcalde aún tiene en el bolsillo el pañuelo para llorar cual plañidero en los foros nacionales a los que acuda a hablar de lo mismo para repetir las mismas claves, sin novedad en el frente. Así podemos continuar meses y meses, sin focalizar todas las herramientas en evitar que el toro nos vuelva a pillar como siempre lo hace.
Que menores estén en naves no parece la mejor de las fórmulas con el invierno a la vuelta de la esquina; que no hayamos tenido ya un centro amplio para asumir cualquier presión como la vivida este pasado verano es imperdonable.
La inmigración infantil es un asunto de Estado que supera a Ceuta, pero que tiene a esta ciudad como primera puerta de tránsito. Llevamos desde enero, y miren que ha pasado, sosteniendo el mismo discurso, el que servía cuando los chicos entraban a nado por Beliones aprovechando que Marruecos estaba enfadado con España y cuando otros chicos hacían lo propio por el Tarajal.
La inacción política no solo es grave sino que asusta la poca seriedad con la que se afronta un fenómeno que para nada es ocasional, pero que parece verse reducido a una especie de zoco de Castillejos en donde se mercadea de todo un poco. Hasta vidas.
Una hilera de multas. Una detrás de otra impuestas como resultado de la acción irracional…
Tras casi dos semanas de incertidumbre, la desaparición de Mohamed Lagrit se ha resuelto de…
El Sindicato de Enfermería (Satse) de Ceuta ha abierto el plazo de inscripciones en el…
Era mayo de 2023. La Guardia Civil abría una investigación para esclarecer el robo de…
La Real Federación de Fútbol ha dado a conocer los horarios de la jornada decimoséptima…
¿La Ciudad nos toma por tontos? Es lo que se preguntan los trabajadores de la…