Lola Merino Vázquez y Lucía Señor Rodríguez aún no se lo creen, pero son las mejores estudiantes de la selectividad de este año en Ceuta con una nota de 9,85 y 9,737 respectivamente en la fase general. Estas ceutíes que ya han cumplido los 18 años han demostrado que se puede rozar la perfección a pesar de la incertidumbre por no saber cómo sería la segunda Selectividad en pandemia. La clave para ellas es el trabajo diario y el esfuerzo personal, aunque a pesar de su brillantez demuestra mucha humildad y, sobre todo, timidez.
Lola, que prefiere que la llamen así aunque en realidad su nombre sea María Dolores, es de las mejores alumnas del Bachillerato de Ciencias de la Salud del IES Luis de Camoens desde que entró. “En primero y segundo he tenido de media un diez y ahora en Selectividad también me ha ido bien, la verdad”, confiesa entre risas. Parece que sea fácil lo que ha hecho, pero reconoce que se ha esforzado mucho y ha pasado muchas horas entre libros para lograrlo.
Aunque nació en Madrid, se vino a vivir a Ceuta con un año y medio, por lo que se siente caballa. Espera en septiembre poder empezar a estudiar el grado de Medicina en la Universidad de Sevilla, donde le piden un 13,256 o en la Complutense de Madrid, donde debe tener un 13,303 para entrar. Pero no tendrá ningún tipo de problema porque le ha ido “demasiado bien” y es que su nota en las cuatro asignaturas troncales (Lengua, Inglés, Historia y Matemáticas) ha sido un 9,85, pero con las dos optativas que le ponderan su nota final de acceso a la universidad es de un 13,80 sobre 14.
Aunque sus padres y sus profesores del Camoens confiaban en ella y que esperaba sacar buena nota porque se ha esforzado mucho durante todo el curso, no pensaba que sería la nota más alta de los más de 300 alumnos que se han presentado este año en Ceuta. Lola ha estado seguida muy de cerca por otra alumna del Camoens, que ha sido la segunda mejor nota, y Lucía, alumna del ‘Siete Colinas’.
Esta mañana se levantaron temprano para ver sus nota y ayer les costó dormir, pero cuando esta mañana vieron sus calificaciones en la página web de la Universidad de Granada al principio Lola pensó que podría haber algún fallo.
“No me lo creía la verdad porque obviamente sabía que me había ido bien, pero no me esperaba tantísima nota y mucho menos ser la que tiene más nota de toda Ceuta. Estoy muy contenta la verdad porque al final veo que todo tiene una recompensa. Mis padres y todos mis amigos me ha llamado y me dicen que están todos muy orgullosos, que me lo merezco, que se alegran muchísimo y que se ha visto recompensado todo mi trabajo. A mis profesores les he llamado también esta mañana y les he mandado las notas y por supuesto están muy contentos y orgullosos de mí”, explica “aún con los nervios en el cuerpo” y sonriendo con sus notas impresas en un folio.
Lola tenía claro desde pequeña que lo que quería estudiar era Medicina. “Desde pequeña lo he visto claro porque mis padres son los dos médicos y es lo que siempre he visto en casa eso. Desde que tengo uso de razón quiero estudiar Medicina y nunca he tenido dudas. No sé si quedarme en Sevilla porque estoy cerca de casa y sé de gente que está allí contenta haciendo la carrera o en Madrid porque también me han dicho que la Complutense es muy buena. A mi me parece una de las profesiones más bonitas que hay. Poder ayudar a la gente, dedicar tu vida a que los demás puedan vivir bien o, incluso, salvar vidas, me parece lo más bonito que hay”, comenta.
Lola y Lucía no se conocían de nada hasta hoy, pero ahora han podido intercambiar sus teléfonos y quien sabe si hasta llegarán a ser compañeras de universidad. Lucía también tiene claro ahora que quiere estudiar Medicina en Sevilla. “Mis padres son profesores no como los de Lola, pero sí tengo familiares médicos. Tuve mi época de dudas, pero no tengo otra opción. Es lo que más me gusta y no me veo haciendo otra cosa”, bromea a sabiendas de que tiene un 13,407 de nota final de acceso.
A Lola es cierto que le gusta estudiar, aunque a veces las Matemáticas se le atraganten, pero “no todo son los estudios”. “También me gusta mucho la música. Es mi otro hobby escondido. Toco el piano e iba al conservatorio, pero lo dejé con 15 años para centrarme más en los estudios, aunque sigo tocando porque nunca he dejado la música de lado. Sigo tocando en casa y haciendo cosas por mi cuenta”, concluye Lola a la que hoy no para de sonarle el móvil.
A Lucía no le gusta la música. Su pasión es el mundo del deporte, “sobre todo la natación y el baloncesto”. “Estoy muy contenta y mis padres sobre todo. El primer día salimos todos los de mi clase muy contentos porque eran los exámenes troncales y no fueron muy difíciles. Pero el segundo día con Matemáticas no tanto porque siempre era más complicado y muy raro el examen. Yo iba a por un 10 en Mates y nada”, explica a lo que Lola responde que a ella le pasó igual.
Les queda poco tiempo en su ciudad, en Ceuta, y muy pronto comenzarán una nueva vida en Madrid o en Sevilla juntas, pero ya con todas las responsabilidades que implica estudiar fuera. Sin embargo, aún tienen por delante todo el verano para “disfrutar con la familia y amigos” que es lo que más les apetece ahora.
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