Ingesa alivia así la carga en Cardiología y potencia la cirugía menor, la ecografía y la espirometría en los centros de salud
El
Instituto Nacional de Gestión Sanitaria en Ceuta (Ingesa) está supliendo sus carencias, en lo que a facultativos especialistas se refiere, mediante la reasignación de algunos de sus cometidos a los médicos de los centros de salud y potenciando pruebas que antes no formaban parte de la cartera de servicios de Atención Primaria. Esta es una de las soluciones puestas en marcha por la
sanidad pública para evitar el incremento de las listas de espera ocasionado por el éxodo de especialistas ya que, si el número de profesionales cae, la demora para que pueda atender al usuario es mayor. Cardiología ha sido una de las consultas más desgastadas por esa pérdida de efectivos que arrastra Ingesa en Ceuta. Para aligerar su carga asistencial, los directivos decidieron que la prueba de Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA) sea asumida por cuatro médicos de cabecera: uno en el centro del Recinto, otro en el Tarajal y dos en Otero debido a que soporta casi el doble de población asistencial, como explicó en declaraciones a este periódico Enrique Ostalé, coordinador de equipos de Atención Primaria. Una estrategia de gestión con la que descargar de pacientes a Cardiología cuyas citas inflarían la lista de espera y pueden ser atendidos por médicos de familia capacitados para ello. Sin concretar en cifras el volumen de usuarios atendido, Ingesa estima que a una decena por doctor habrían solventado 40 citas. La prueba MAPA, para cuya realización se derivaba al cardiólogo, mide la presión arterial de un paciente de forma periódica, fuera del contexto médico-hospitalario y durante un periodo de tiempo programable, generalmente, las 24 horas del día. Por otra parte, Primaria está favoreciendo con buenos equipos la cirugía menor la cual, como apuntó Ostalé, había médicos que antes ya la realizaban. Unas intervenciones que ahora figuran dentro de su cartera de servicios. Otra de las implementaciones acometidas por Ingesa en el mismo sentido, aunque no sea obligatoria, consiste en la instalación de ecógrafos en los centros de salud para exploraciones sencillas de las que también se encargan médicos de familia preparados. Cierra esta transmisión de pruebas de Atención Especializada a Primaria la espirometría para patologías respiratorias como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Una técnica que explora la función respiratoria del paciente para el diagnóstico y seguimiento de estas dolencias del ámbito de la Neumología. Ingesa ha activado estas medidas mientras que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el de Hacienda y Función Pública siguen trabajando en la petición ya realizada por la Ciudad Autónoma sobre el incremento de personal en la asistencia sanitaria en Ceuta, la cual fue refrendada la semana pasada durante la cumbre con el Gobierno de la nación en Madrid. Una de las cuestiones tratadas fue la ampliación de la plantilla en determinadas especialidades, además de reforzar la permanencia de los facultativos.
La receta electrónica libera tiempo para la demanda por enfermedad
Estas atribuciones tampoco han restado tiempo al médico para cuidar la relación con el paciente en la consulta. Ostalé destacó que la puesta en marcha de la receta electrónica ha reducido la presión asistencial puesto que los pacientes crónicos tienen programados los tratamientos en su tarjeta y solo acuden a la consulta de su médico de cabecera cada tres meses, seis meses o como máximo un año para su renovación. Al restar todo ese tiempo que dedicaba el médico de cabecera a esas recetas de crónicos, meras consultas administrativas, el doctor cuenta con más tiempo que dedicar a las personas que acuden al centro de salud con demanda por patología, argumentó el coordinador de equipos.