El CECAM denunció ayer el hallazgo de hasta 8 delfines y calderones que fueron encontrados muertos en el mar, presentando cortes y mutilaciones que asocian directamente a los pesqueros marroquíes que se vieron en la zona durante el domingo. Ahora es el CECAM el que pone la voz de alarma y traslada su denuncia a las instancias competentes. En otras ocasiones entidades de diverso tipo se han sumado a estas críticas. Lo anómalo es que nada suceda, que no se reaccione y que se permita que se siga cometiendo una auténtica sangría en el mar. El domingo, cuando volvieron a verse pateras marroquíes en algunos puntos de las aguas de Ceuta ya se temía lo peor: se temía que aparecieran cetáceos muertos, mutilados, con lesiones causadas por la mano del hombre. Y así fue: 8 ejemplares en 24 horas. Y esos son los que han sido encontrados, ¿cuántos más irán apareciendo? Es de vergüenza no solo que esto esté ocurriendo en nuestras costas sino que se permita la permanencia constante de pescadores que practican un tipo de actividad bien alejada de la protección debida a estos cetáceos. No hay lugar a duda sobre el origen de las lesiones: ya que presentan las aletas cortadas o heridas profundas causadas de manera deliberada porque prefieren salvar sus redes antes que liberar al delfín que se queda atrapado en ellas.
Ya el verano pasado fue uno de los que más muertes registró de este tipo de ejemplares, seguimos un sendero cada vez más peligroso y dejado sin que el Ministerio de Medio Ambiente -competente- se haya siquiera pronunciado sobre un asunto de máximo interés que debe cortarse de inmediato.