La Fase II de los polígonos del Tarajal abría con una imagen que pretende hacer historia en aras de “humanizar” y combatir esa tan criticada estampa de ‘las mulas de carga’. Cientos de porteadoras hacían su salida por el paso del Tarajal II con menos bultos a la espalda y, en su defecto, con un transporte a través de ‘carros fluidos’. Casi un 50% de las mujeres que accedieron se acogieron a este nuevo sistema, señalaba el presidente del polígono, Bilal Dadi, quien ya avanzaba hace unos días que se instaurará como medida obligatoria a partir de la próxima semana. No obstante ya ha comenzado a funcionar para que “progresivamente” los porteadores se adapten al mismo y, por consiguiente, comiencen a aprovisionarse de los correspondientes carritos.
Precisamente, ese aspecto ha sido el que más rechazo ha suscitado con respecto a esta medida. Eran muchas las mujeres que alegaban no poder costearse este nuevo sistema de transporte. “Tengo cinco hijos y el salario de hoy tendré que gastarlo en comprar el carrito”, manifestaba ante la cámara de FAROTV una de las mujeres que todavía cargaba sus bultos a la espalda. Una imagen destinada a la extinción y que se verá por última vez el próximo jueves. Sin embargo no eran de la misma opinión las que se estrenaban con el nuevo sistema. Mostraban su felicidad ante una medida que, aseguraban, las “dignifica” y mejora su calidad de vida. “En Marruecos vivimos peor que los perros, pero gracias a este nuevo sistema, al fin, vemos mejorar nuestras condiciones, lo celebro y estoy muy contenta”. Sin duda, más airosas salían a través del nuevo pasillo habilitado para los carritos, anexo a las vayas anti-avalancha y peceras del control de seguridad.
Si bien la nueva medida dejó algunas de las estampas más características de la jornadas, ya no solo por el contraste con el tradicional comercio transfronterizo, sino por la naturaleza de los carros que recorrían el polígono. Endebles, carentes de armadura y resistencia que, en muchos casos, no llegaban a soportar el peso de los bultos. Dejando así imágenes de carros tendidos o mujeres que debían abandonar el control de seguridad para reorganizar la mercancía.
No obstante, el presidente de la Fase II manifestaba su satisfacción ante una jornada que definía de “éxito”. Dadi aseguraba que se había desarrollado con tranquilidad y “sin riesgo”. Con respecto a ese sector más opuesto le restaba importancia porque “las innovaciones no siempre son bien acogidas por todos”, pero confía que con el tiempo termine agradando. Precisamente por ello no se ha impuesto tajantemente y se ha facilitado esta semana para que se implante de forma paulatina. “No podemos ser estrictos el primer día, somos conscientes de que es difícil cambiar un modelo instaurado durante décadas, así como la carga económica que pueda suponer para estas personas adquirir un carrito, por ello, lo hemos iniciado con un período de adaptación”, explicaba. Un proceso no exento de ciertas normas, ya que los bultos que se transporten en la espalda no pueden superar los 45 kilos, mientras que en los carritos se podrá transportar entre 60 y 70. No obstante, apuntaba Dadi, que el peso es orientativo, y siempre prevalecerá la integridad del porteador, prohibiendo, por lo tanto, que carguen “más peso del que puedan soportar”.
El fin que se persigue es obtener un “mayor rendimiento al plan de seguridad” y “humanizar” las condiciones en las que trabajan las cientos de personas que cruzan de lunes a jueves a través del paso de mercancías Tarajal II. Su intención es paliar la crueldad de un tráfico comercial que vulnera los derechos humanos como denuncian innumerables asociaciones, han reconocido las administraciones e incluso instancias europeas.
La voluntad de los asociados consiste en que el porteo llegue a ser “residual” y, por ello, ya disponen de los primeros bocetos del que será el nuevo Complejo Comercial TDos, Tarajal Dos, con una imagen renovada y enfocada a un perfil de cliente distinto del porteador. Conformándose esta como una de las premisas básicas de las que parte el nuevo sistema de porteo. “Necesitamos lavar la imagen del polígono, la cual ha sido manchada constantemente y acusada de acoger acciones indebidas”, expresaba Dadi. Su intención es controlar y reducir al máximo la actividad del porteo para que “no perjudique ni influya en el nuevo proyecto del complejo comercial”.
En este sentido, el presidente de la Fase II quiso recordar una de las iniciativas que también conforman ese proyecto, enfocada a establecer una parada de autobús en la entrada del polígono. Sin embargo el escrito, presentado hace más de un mes a la Empresa de Autobuses Hadú- Almadraba, no ha obtenido respuesta. “Me gustaría incidir en la necesidad de que llegue hasta la zona el transporte público, ya que el equipamiento facilitará la afluencia de compradores, entre otros, de las marroquíes empleadas en el servicio doméstico que realizan algunas compras en Ceuta antes de volver a sus casas”, manifestaba. En el mismo sentido subrayaba que muchas veces la línea de la Frontera no termina el servicio por culpa de las colas de vehículos y la nueva parada supliría esa carencia.
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