Alrededor de las siete de la tarde, los agentes de la Guardia Civil que se encuentran destinados en la zona del puerto, concretamente, en el preembarque de los vehículos detectaron la presencia de hachís en el interior de una autocaravana de matrícula extranjera. Fue uno de los canes el que observó algo extraño, con lo cual de manera inmediata se ordenó al conductor de la misma que se echara a un lado para realizar una inspección ocular más detenida. A los pocos minutos de iniciarse pudieron darse cuenta de la construcción de un doble fondo donde estaba escondida la sustancia estupefaciente. Ya, desde el comienzo, se observaba que el alijo iba a ser importante por el gran número de paquetes.
Poco a poco los fueron sacando del interior de la furgoneta y en el peso existente en la misma zona donde desarrolla su labor la Compañía Fiscal ofreció una cifra espectacular. Más de mil kilos, concretamente, mil ciento sesenta.
El conductor fue detenido y el mismo pasará a disposición del Juzgado de guardia el lunes seguramente.
No se ha informado por parte de la Guardia Civil, si junto al ocupante de la autocaranava viajaba alguien más.