Periódicamente nuestra querida Rectora de la Universidad de Granada se desplaza a sus Campus de ultramar en tierras africanas, acompañada de parte de su equipo. Siempre procura tener una amplia cobertura mediática. Aquí en Ceuta, la prensa es muy activa en ese sentido. En esta ocasión venía con el Secretario General. La verdad es que la visita estaba programada hacía unas semanas. Nadie podía suponer, entonces, el cambio tan radical, a mejor, que ha dado la situación política española. Por tanto, nada tiene que ver esto con su viaje.
Más bien me inclino a pensar que la causa real era tranquilizar a parte del alumnado, que hace pocas semanas iniciaron un conato de rebelión a causa de la deficiente climatización en las aulas. Y ya se sabe. Cuando hay problemas importantes, y graves, cualquier excusa puede servir para iniciar una revuelta de imprevisibles consecuencias. Los Decanos, sobre todo el de la Facultad de Ciencias de la Salud, estaban muy preocupados. Porque, lo de los convenios a firmar con la Ciudad Autónoma, a tenor de su contenido real, no puede ser la razón del desplazamiento.
Por lo que nos cuenta la prensa, y me confirman algunos de mis compañeros presentes en los actos, la Rectora tenía pendiente la firma de varios convenios con la Ciudad Autónoma. El más importante, y casi único, era el referido al Laboratorio del proyecto Hubema Lab (HUman BEhavior & Movement Analysis Lab), para realizar la evaluación integral del movimiento y el comportamiento humano, que impulse la investigación y el beneficio social en el Campus universitario de Ceuta y en toda la ciudad. Como ya escribí en cierta ocasión, se trata de un proyecto liderado por el profesor de nuestro Campus, José María Heredia, que en su elaboración final hemos participado profesores de las dos Facultades del Campus, Ciencias de la Salud y Educación, Economía y Tecnología; y de la mayoría de los departamentos de todas las especialidades que imparten docencia en el mismo.
La concurrencia era competitiva. Sin embargo, nuestro proyecto obtuvo una de las puntuaciones más altas (90 sobre 100 puntos). Una de las razones que más pesaron a la hora de la adjudicación, fueron las de nuestro aislamiento y lejanía de la sede central de la universidad. Quizás por ello se consiguió el importe total solicitado (377.297,15 euros). De esta cantidad, los fondos FEDER aportarán 301.837,72 euros y el resto será aportado por la propia Universidad de Granada (por imperativo legal).
Pero hubo problemas, afortunadamente resueltos. Los fondos FEDER están regionalizados, y como Ceuta carece de Universidad propia y de competencias en educación, los funcionarios correspondientes entendieron que no había fondos para complementar la partida de los FEDER. Hubo que realizar gestiones para explicarles que la Universidad de Granada, aunque es una universidad andaluza, era la responsable de la docencia en los Campus de Ceuta y Melilla. El tema se solucionó, gracias a la decisiva participación de nuestra Rectora. El problema es que, para que el mismo tenga continuidad se le debe acompañar de una mínima infraestructura. De ahí la firma de estos convenios. Algunos ya formalizados con anterioridad, y otros que se han ampliado ahora, y que van a suponer una nueva inyección de fondos desde la Ciudad Autónoma por un importe cercano a los 200.000 euros. Por tanto, nada nuevo.
También se ha hablado de los comedores universitarios y de la necesidad de que se mejoren las instalaciones de la residencia universitaria existente. Pero nada más. Lo que la propia universidad informa en su página es “...Por otra parte, es objetivo tanto de la Ciudad como de la Universidad de Granada que el comedor universitario pueda estar plenamente operativo a principios del próximo año. Para ello, se intensificarán los contactos entre las dos instituciones para precisar en el proyecto los requisitos técnicos que requerirá esta instalación, con la que se cumple una demanda de la comunidad universitaria ceutí.”. Es decir, estudios técnicos y contactos…Y nuevos viajes y ruedas de prensa, supongo. Pero, concreto, lo que se dice concreto, nada.
Un tema importante que se ha abordado es el desdoblamiento de los grupos de enfermería. Lo que disponen las normas aprobadas por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Granada, es decir, por la Rectora y su equipo, es que los grupos de las distintas titulaciones no deben pasar de 65 alumnos. Y que cuando, por circunstancias, lleguen a los 80, se desdoblarán en dos grupos. Es la forma de evitar una masificación injusta y perjudicial para la docencia. Esto significa que también se han de ampliar las plazas de profesorado. Pero, claro, el problema es que no hay dinero. Ni siquiera para pagar las dietas de desplazamiento de los empleados (se deben dietas a algunos empleados por viajes efectuados hace más de seis meses).
En Melilla se ha solucionado con una aportación de la Ciudad Autónoma. En Ceuta, prometen también otra aportación, que el consejero de educación cifra en 400.000 euros para el próximo curso. Pero nuestra querida Rectora solo nos promete hacer un estudio. Y digo yo, ¿acaso el estudio no está ya hecho para Melilla? ¿Tantos factores distintos intervienen para necesitar estar otro curso estudiando la situación?. En cualquier caso, para decirnos esto no era preciso desplazarse a Ceuta. Aunque, siempre es grata su presencia. De hecho, aunque nunca invita formalmente a los representantes de los trabajadores a ninguna reunión cuando viene a Ceuta (le gusta más convocar Asambleas de personal), siempre pregunta por alguno de nosotros. Por mí, casi siempre. En esta ocasión no.
Mención aparte debe tener la “reprimenda” que nuestra Rectora le dio a algunos profesores y profesoras que le afearon en público que se hubieran convocado tantas plazas de profesorado en condiciones de salario y estabilidad más dignas, conforme al pacto llevado a cabo con los representantes de los trabajadores, para así dar estabilidad y valor a nuestro Campus. Esta era una vieja aspiración de la mayoría de nosotros, que, por fin, parece que va saliendo adelante.
Las razones que esgrimían era que ellos se podían quedar en la calle, pues no tenían la acreditación necesaria para poder concursar, o podían tener currículums peores que los posibles competidores de fuera. Aquí sí tuvo una intervención sólida de la Rectora, al defender que estamos en una Administración Pública, sometida a los principios de igualdad, mérito y capacidad, que hacía imposible guardar las plazas a sus ocupantes hasta que tuvieran garantizado su acceso. Es triste ver a esta pobre gente agarrarse a un puesto precario, y estar dispuestos a “vender” su alma al diablo, con tal de mantenerse en él. Pero, como digo, aquí nuestra Rectora estuvo firme. Me alegro.
Pero también hay cosas importantes de las que no se habló. Por ejemplo, de esas placas de los soportales del Campus que cuando hace viento salen volando. En alguna ocasión se ha tenido que suspender la actividad docente, para evitar accidentes imprevistos. O del necesario equipo de trabajo, en el que estén también los representantes de los trabajadores, para negociar con la Ciudad y el Gobierno central las nuevas condiciones financieras que nos ayuden a resolver parte de nuestros problemas.
Al parecer, nuestra Rectora considera que ella sola, con su equipo de Decanos, es suficiente para llevar a cabo estas negociaciones. Se equivoca. A los hechos me remito. La deuda del Gobierno central por la financiación de nuestro Campus sigue aumentando.
En resumen, más de lo mismo. Yo creo que, o nos movilizamos, o no tiene solución el asunto. Hasta ahora no han valido las peticiones de los sindicatos, ni la de los Decanos, ni la de los alumnos, ni la del profesorado. Ni tampoco las denuncias de los grupos municipales de la oposición. Solo falta ver si ahora, con el nuevo gobierno socialista, y dado que su Secretario General en Ceuta es profesor del Campus, la cosa cambiará.
De momento, no sé si por aquello de los cien días de cortesía, nuestra Rectora no se ha referido, a modo de denuncia, a lo de los cuatro millones de deuda histórica que el Gobierno central mantiene con la Universidad de Granada, a cuenta de los Campus de Ceuta y Melilla. Sólo nos habla de grupos técnicos de trabajo, pero en los que no se da parte a los representantes de los trabajadores. Veremos en lo que quedan.
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