Más de 600.000 euros en sanciones a empresas por mano de obra ilegal

Chapuzas de ilegales: competencia desleal para los regularizadosLa Inspección de Trabajo y Seguridad Social, en el área de Empleo y Extranjería, detectó en el primer semestre de 2010 un total de 83 trabajadores ilegales. Este fue el resultado de 616 inspecciones en las que se impusieron sanciones que superaban los 600.000 euros (609.594,9) a distintas empresas. Estas multas fueron interpuestas a sociedades de la ciudad autónoma por utilizar mano de otra ilegal, en su mayoría procedente del país vecino, Marruecos. Esta es una práctica muy extendida en Ceuta debido a que, aprovechando la situación fronteriza de la ciudad autónoma, algunos empresarios intentan paliar los efectos de la crisis económica mediante mano de obra barata.
Las organizaciones sindicales han denunciado en reiteradas ocasiones este tipo de actuaciones ya que, además de suponer un fraude a la Seguridad Social y un delito contra los derechos de los trabajadores, la mano de obra ilegal ocupa el empleo de quienes están regularizados y engordan las listas del Servicio Público de Empleo Estatal, y muchos trabajadores ilegales son víctimas de la precariedad laboral.
El delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, anunció hace pocos días la incorporación de un nuevo inspector, lo que completaba la plantilla de la Inspección de Trabajo. Así, Ceuta dispone ya de siete inspectores y subinspectores para Relaciones Laborales, Seguridad y Salud laboral, Empleo y Extranjería y Seguridad Social. El nuevo inspector es especialista en riesgos laborales. Trabajo precario
Aunque hay muchos marroquíes que trabajan al margen de la ley, también hay que están regularizados. En ocasiones estos trabajadores han denunciado precariedad laboral e incumplimiento de contratos. En el primero de los casos porque, dicen, trabajan más horas que lo que marca su contrato, y en el segundo porque algunos cobran menos de lo que recogen sus nóminas.
Este ha sido un tema denunciado también por los convocantes de las manifestaciones de desempleados, quienes aseguran que la mano de obra ilegal les quita el trabajo en la ciudad autónoma.   Ceuta tenía en septiembre 20.128 afiliados La ciudad autónoma tenía en septiembre 20.128 afiliados a la Seguridad Social. Este número no recoge a las personas que trabajan al margen de la ley y que están ocupando un puesto de trabajo de personas demandantes de empleo inscritas en las oficinas de empleo.
La tasa interanual de la afiliación media en Ceuta registró en el pasado mes un 1,3 por ciento, lo que supone una variación de 258 afiliados. Los afiliados se dividen en régimen general (16.214), autónomos (2.935), agrario (11) y hogar (713).
Muchos de los ilegales que trabajan en la ciudad autónoma lo hacen en sectores como la construcción o la hostelería. En el sector de la construcción también hay muchos autónomos -albañiles, fontaneros o electricistas que trabajan por cuenta propia- que no pueden competir con la mano de obra ilegal debido a que los marroquíes necesitan menos dinero para subsistir ya que viven en el país vecino, por lo que la gente tiende a contratar a ilegales que hagan chapuzas para gastar menos en estas pequeñas obras.   Medidas para evitar tramas para cobrar el paro y vivir en Marruecos El Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) ha puesto en marcha una campaña de ‘sellado intensivo’, inicio de acción de entrevistas o charlas informativas para, tal y como marca el reglamento, evitar que parados marroquíes usen un falso domicilio para cobrar el desempleo viviendo en su país.
De esta manera se les presentaría una  dificultad y provocaría que estas personas vivan en Ceuta pero no que pidan la baja de las prestaciones para quedarse en Marruecos.
Tal y como adelantó ‘El Faro’, estas personas, que se habían quedado en paro tras trabajar en ciudades como Barcelona, Valencia o Castellón, trasladaron su prestación a Ceuta alegando un domicilio falso con el objetivo de cobrar el desempleo y vivir en su país de origen, Marruecos, en lugares cercanos a la ciudad autónoma como Castillejos, Tetuán o Tánger.
Esta irregularidad fue descubierta tras una labor de inspección realizada por el SPEE con motivo de la selección del personal de un plan de empleo. A través de ésta se supo que había domicilios con dos dormitorios en los que había 18 personas empadronadas y a las cuales no les unía parentesco alguno. Además, éstos, que tampoco tenían relación ni afinidad con la ciudad autónoma, estaban en una situación similar, es decir, habían estado trabajando en la península y al quedarse en paro habían trasladado su prestación a Ceuta.   La oficina del INEM de Hadú Funciona al margen de la ley pero está en marcha porque proporciona trabajo a muchos necesitados del país vecino y éstos son quienes la mantienen. Se la conoce como ‘la cola del paro de Hadú’ o ‘la oficina del INEM de Hadú’ y no es para menos ya que, a grandes distancias, la similitud existe.
A ella acuden a diario decenas de marroquíes, quienes cruzan la frontera, suben la denominada cuesta Parisiana y se colocan junto a un populoso cafetín de la barriada de San José. Allí, personas de varias profesiones, entre ellas albañiles, fontaneros, electricistas o tapiceros, esperan que llegue alguien que les elija para realizar una pequeña obra en sus casas por un precio menor al que trabaja una persona regularizada.
Respetan sus turnos a la hora de coger un trabajo, se relacionan entre ellos y crean pequeños equipos para hacer diversos trabajos en una misma vivienda.
Amar es uno de ellos, de los más conocidos y respetados en esta cola del paro que funciona al margen de la ley. Lo mismo construye un muro para dividir una habitación que una moldura de escayola para tapar la barra de unas cortinas.
En un momento determinado llega un cliente y comienza la negociación. Aquí un extracto:
-Cliente: Hola. Estoy buscando un albañil, ¿usted es albañil?
-Amar (se despega un poco de la pared en la que esperaba apoyado que le ofrezcan un trabajo): Sí, yo soy albañil.
-Cliente: Quería hacer un trabajito en casa: tapar la barra de cinco cortinas con una moldura bonita de escayola, y me habían dicho que aquí hay albañiles esperando con ganas de trabajar.
-Amar: Sí, yo por ejemplo, vamos a ver la casa.
-Cliente: Espera, antes tengo que preguntárselo a un familiar, ¿tú estás aquí todos los días? Lo digo para buscarte cuando lo consulte...
-Amar: Yo estoy siempre aquí hasta que encuentro un trabajito, pero toma mi número. (Facilita al cliente su número, al que después hay que ponerle delante el 00212, para que se ponga en contacto con él cuando tenga claro lo que quiere hacer).
-Cliente: ¿Y aquí hay gente que sepa hacer otros trabajos?
-Amar: Sí, claro, lo que quieras encuentras aquí: albañiles, fontaneros o electricistas.
Dos días después, el cliente telefonea a Amar para pedirle un presupuesto sobre la obra que quiere hacer en casa:
-Cliente: Hola Amar, estuvimos hablando el otro día en Hadú, yo quería hacer un trabajito en mi casa...
-Amar: Vale, pero en este momento tengo una chapuza de dos días aquí en Ceuta. ¿Dónde tienes tu casa, para quedar el domingo?
-Cliente: En el Morro.
-Amar: Vale, en el Morro. ¿Tienes prisa para hacer la obra?
-Cliente: No, no tengo prisa. ¿Cuánto saldría la obra? Es para poner escayola en cuatro ventanas.
-Amar: Antes tendría que ver la casa. Si está en el bajo no es lo mismo que en un cuarto a la hora de subir el material...
-Cliente: Bien, ¿y podrías conseguirme también a un electricista?
-Amar: Sí, yo llamo a un amigo que se pone también en Hadú y te lo presento. Ya hablamos. Adiós.
-Cliente: Adiós.
Las negociaciones son rápidas y el trabajador ilegal muestra que tiene capacidad de ponerse en contacto con otro para que también pueda acceder a una chapuza. Así funciona una oficina de empleo clandestina en la que existen diversos perfiles y los demandantes trabajan de manera coordinada para repartirse las chapuzas. Hoy por uno, mañana por otro.
Pero a la oficina del INEM de Hadú no sólo van particulares, tal y como ha podido saber este medio también acuden personas enviadas por empresas para cubrir puestos de trabajo con mano de obra ilegal.   Al SPEE en busca de asistentas del hogar, un logro en Ceuta Uno de los grandes logros corresponde a las promociones de asistentas del hogar para ofertar sus servicios a través del SPEE. Mientras que cientos de transfronterizas acudían a diario al paso del Tarajal para trabajar en hogares ceutíes, otras esperaban en las listas del antiguo INEM a ser llamadas para trabajar.
El SPEE y la Oficina de Extranjería, a Instancias de la Delegación del Gobierno, acordaron la interrupción de la concesión de nuevos permisos de trabajo para marroquíes mientras existan ceutíes en la Oficina de Empleo en este perfil. De esta manera se ha conseguido que varios ceutíes acudan al SPEE a buscar a asistentas del hogar en vez de pagar a una persona sin asegurar. Según ha podido saber este medio, muchas personas optan por no contratar a personas regularizadas porque no las conocen.   Chapuzas de ilegales: competencia desleal para los regularizados Los autónomos y las empresas no pueden competir con los ilegales que cobran poco por hacer una chapuza. Mientras que en el precio de una obra realizada por una empresa se tienen en cuenta varios elementos debido a que la sociedad debe hacer frente a varios gastos, en la del trabajador ilegal sólo hay que pagarle el trabajo que realice, algo muy inferior si se le suma que en su país, en la mayoría de los casos Marruecos, la vida es mucho más barata que en España.
Sin embargo, la persona que utiliza mano de obra ilegal corre el peligro de ser descubierta y ser acusada de un delito contra los derechos de los trabajadores.
En cuanto a los particulares, un claro ejemplo de mano de obra ilegal es la utilización de marroquíes para las tareas del hogar. Cada día pasan la frontera cientos de mujeres para ganarse la vida realizando las tareas del hogar, por lo que pueden cobrar unos 30 euros diarios.
En los trabajos de albañilería, este medio ha podido saber algunos presupuestos. Uno de ellos es la construcción de una barra de paves e instalación eléctrica de una casa por 180 euros. Entre los trabajos que se encargan a estas personas está la colocación de grifos, puertas, losas o instalaciones eléctricas.

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