Hermanos o tíos en su mayoría solicitan el reagrupamiento familiar al estar legalmente en nuestro país
No sólo hay marroquíes, sino también de origen de países subsaharianos
El área de Menores, dependiente de la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad, ha logrado en los últimos dos años, desde 2014 a 2016, el reagrupamiento de 64 menores con familiares de los mismos que tienen su residencia legal en la península. La propia consejera de esta área, Adela Nieto, ha confirmado este dato en el programa de La Voz del Faro de Cope Ceuta, al analizar el proyecto que tiene la Ciudad Autónoma de reiniciar las gestiones con los Ministerios competentes para que se negocie con Marruecos la posible repatriación de los menores extranjeros no acompañados.
Esta labor realizada por el área de Menores requiere, desde luego, tal y como confiesa la responsable de la Consejería, de un gran trabajo burocrático, pero entiende que es una obligación de la Ciudad, al ser competente de su tutela a buscarles una salida a estos chavales.
Dentro de estos 64 menores no todos ellos son marroquíes que, en definitiva, suelen ser casi el 90% de los menores extranjeros no acompañados que están bajo la responsabilidad de la Ciudad Autónoma, sino que también se debe incluir en este grupo a menores de origen subsaharianos.
Es una política totalmente diferente a la búsqueda de esas negociaciones con Marruecos para que se reintegren en el núcleo familiar de su país de origen, pero normalmente es un familiar de estos menores el que se pone en contacto con el área de la Ciudad para solicitar la información necesaria que permita el mencionado reagrupamiento familiar.
Según los datos de los que dispone la misma Adela Nieto, es muy extraño que el mencionado reagrupamiento sea con los padres, dado que normalmente quienes les reclaman para que puedan viajar a la península con todas las bendiciones legales suelen ser hermanos o tíos, dado que los progenitores siguen en el país de origen.
Lo que sí tiene muy claro la consejera de Sanidad, Asuntos Sociales, Menores e Igualdad, es que, dándole la razón al propio presidente Vivas, nunca la Ciudad va a desistir en las competencias que tiene asumidas desde hace casi 20 años: “Aunque es verdad que cuando se produjo esta situación aún no padecíamos aquí la presión de los menores extranjeros no acompañados”.
La situación de los MENA ha vuelto a saltar al primer plano de los medios de comunicación después de que el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, mantuviera el pasado jueves una conversación informal con la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, aprovechando la presencia de ambos en los actos de inauguración de la nueva legislatura bajo la Presidencia de los Reyes de España.
Aprovechando esta conversación que ha sido calificada por el mismo presidente de informal, la consejera del área, Adela Nieto, ha reconocido a Cope Ceuta, dentro del programa La Voz del Faro, que las relaciones entre su Consejerías y más concretamente el área de Menores con la institución del Defensor del Pueblo es “magnífica, porque tenemos un gran contacto con ellos y están perfectamente al día de la situación que se vive en Ceuta en todos los centros que son de nuestra competencia”.
Un aspecto que igualmente quiso destacar la misma consejera responsable de Menores, Adela Nieto en la entrevista radiofónica fue que durante este último año, la Ciudad Autónoma ha logrado que la aportación por parte de la Administración General del Estado dentro del convenio que tienen firmado las dos administraciones se haya incrementado en casi cuatrocientos mil euros, “lo que viene a suponer la preocupación que parte del departamento ministerial existe con esta realidad que se da en las ciudades de Ceuta y Melilla”. Del algo más de un millón cien mil euros hasta el año 2015 se ha pasado en 2016 a un millón cuatrocientos mil euros.
El hecho fronterizo, clave en el incremento del número de MENA El repunte de menores extranjeros no acompañados, principalmente los marroquíes, no depende de circunstancias muy concretas, como reconoce la propia consejera del área, Adela Nieto. En la actualidad, en el centro de ‘La Esperanza’ hay alojados unos 180 que suponen una cifra de las más altas de los últimos años. Preguntada la responsable del área por como interpreta este repunte reconoce que “es muy difícil que podamos buscar unas causas lógicas, sino que también se puede circunscribir al propio hecho fronterizo, donde no olvidemos que todos los días entran en Ceuta aproximadamente unas 30.000 personas. Es muy difícil que podamos hacer un análisis donde encontremos unos razones lógicas para el aumento”.
Historias detrás de las cifras El Área de Menores ha trabajado mucho y bien por reagrupar a los niños que llegaron a nuestra ciudad en distintos periodos temporales que sus padres o familiares directos. Ese trabajo tiene que estar medido al detalle para comprobar que realmente esa conexión familiar existe, evitando posibles casos de trata.
No solo llegan menores marroquíes a nuestra ciudad, aunque ellos sean los grandes protagonistas de la inmigración infantil, también lo hacen subsaharianos y argelinos o asiáticos que tienen familiares ya en la península. Detrás de las cifras hay historias con nombres y apellidos de familias rotas en el camino iniciado que se unen finalmente gracias al trabajo de estos profesionales.
Celeste, la niña que llegó en una patera este 2016, pudo ser reagrupada con su madre, que se encontraba en el País Vasco. Como ella se han producido varios casos de niños o niñas subsaharianos que accedieron a la ciudad más tarde que sus progenitores. Famoso fue el caso de Abdu, el ‘niño de la maleta’. Menores trabajó con muchísima presión mediática, pero hasta el final no adoptó una resolución: cuando tuvo claro que ese niño era de quien decía ser su madre y su padre.
Ha habido casos de marroquíes con familiares que ya estaban en la península y que se han desplazado a Ceuta para someterse a las pruebas de ADN, ya que la documentación como tal no es lo suficientemente válida al existir posibles casos de falsificaciones.
En el caso de los argelinos es mucho más complicado. Pero también hay menores que llegan a Ceuta y que tienen familiares en Europa que quieren reclamarlos, aunque en estos casos los menores se han fugado antes de que se hubieran terminado los trámites necesarios.