El consejero de Hacienda, Economía y Recursos Humanos, Guillermo Martínez, defendió en la mañana de ayer en la sesión plenaria ordinaria del mes de diciembre las transferencias de capital a la sociedad municipal Obimace por valor de setecientos cincuenta mil euros, que se incluían en el tercer expediente de modificación de crédito para este año.
En su discurso vino a decir que el millón ochocientos mil euros de este tercer expediente de modificación de crédito proviene de los remanentes de distintas inversiones de hace unos años, los cuales no se han utilizado, hasta que no ha existido la certeza exacta de que no se deberían abonar.
Comentó que el dinero se iba a destinar por ejemplo a los setecientos cincuenta mil euros de transferencia de capital a Obimace, al igual que obras en distintas barriadas de nuestra ciudad y una parte para la ampliación de los cementerios de Santa Catalina y Sidi Embarek.
Fue nuevamente el portavoz de Caballas, Juan Luis Aróstegui, el que significó que desde su punto de vista no se debía utilizar un expediente de modificación de crédito, sino cuando se liquida anualmente el propio presupuesto, señalando que el presidente Vivas estaba nervioso porque no había podido poner un solo ladrillo a lo largo del año que va ahora a terminar.
Centró gran parte de su intervención en no estar de acuerdo con la transferencia de capital a Obimace, porque desde su punto de vista lo que debería hacer el gobierno es "aprender de sus errores y ordenar de verdad el sector público empresarial, porque a largo plazo esas situaciones eran mal negocio". Certificó que al final el dinero de Obimace iba a servir para gasto corriente.
El mismo Martínez le volvió a insistir en que Obimace es una sociedad que no está en el mercado y que se financiaba a través de las transferencias de la Ciudad.
Asimismo, en la intervención por parte del portavoz del PSOE, José Antonio Carracao, volvió a utilizar un argumento que ya puso encima de la mesa en el pleno en relación con los remanentes que fueron vistos en su día por el Tribunal de Cuentas y calificó nuevamente los presupuestos de la Ciudad “como artificios contables”.
Fue nuevamente Guillermo Martínez el que le dijo claramente, al igual que en la sesión plenaria que no se había enterado de verdad de lo que significaba claramente esta cuestión, repitiendo los mismos argumentos que unos días antes en la sesión plenaria.