Marruecos ha acumulado en solo una semana, la pasada, más casos de contagio
de Covid-19 que en los cuatro meses pasados, lo que hace que la situación actual sea "inquietante aunque no fuera de control", ha dicho el ministro de Sanidad, Khalid Ait Taleb, en una rueda de prensa. Por esa razón, el gobierno decidió anoche, y con solo cinco horas de antelación,
poner en cuarentena ocho grandes ciudades, entre ellas las más pobladas -a excepción de la capital, Rabat-, una medida que se prolongará como mínimo durante catorce días, aseguró. Desde la medianoche de este domingo no se puede entrar o salir de Casablanca, Tánger, Tetuán, Fez, Marrakech, Meknés, Setat y Berrechid, una decisión que ocasionó ayer embotellamientos de varios kilómetros en la entrada de esas ciudades. El ministro se refirió también a la Fiesta del Sacrificio, que se celebra el próximo viernes y que cada año propicia miles de desplazamientos vehiculares y reuniones familiares masivas. La fiesta no fue anulada este año -dijo el ministro- porque "el agravamiento de la situación epidemiológica ha sido reciente y muy rápido", en respuesta a los que sugieren que esa fiesta debía haberse suspendido, al igual que se hizo con otras decisiones impopulares como el cierre de mezquitas durante cuatro meses. El pasado sábado se alcanzó un récord de contagios en un solo día, con 811 casos, cifra que este domingo bajó a los 633 y este lunes a 609. El agravamiento de los contagios se ha producido precisamente después de que el gobierno decretara, el pasado 19 de julio, el paso de todo el país a la llamada "fase 3" con cierta suavización de las restricciones de movimientos, una medida que ayer se revirtió parcialmente con el cierre de ocho ciudades. Para el ministro, no se contempla por ahora una vuelta al confinamiento total, "una decisión difícil de tomar" ante las consecuencias negativas sobre todos los sectores económicos, por lo que abogó por la responsabilidad colectiva. Hasta el día de hoy se han registrado en Marruecos 20.887 casos de coronavirus, de los que 316 han muerto y 16.553 se han curado.