En Ceuta, habíamos sido testigos de la operación policial de envergadura para trasladar, sin incidentes, a las primeras cien atrapadas
marroquíes que llevaban seis meses esperando regresar a su país. Y llevaban todo este tiempo porque su rey, Mohamed VI, impidió la repatriación de sus nacionales desde Ceuta o
Melilla, favoreciendo en cambio la llegada de quienes estaban en otros puntos del territorio peninsular, como fue el caso de las temporeras en Huelva. A las dos ciudades hermanas se las castigó y, directamente, se creó un perjuicio a todos los hombres y mujeres que desde el 13 de marzo se habían quedado en nuestra ciudad. Durante estos meses se han difundido vídeos de súbditos marroquíes llorando, implorando a su rey que abriera la frontera, teniendo que sufrir el dolor de haber perdido a familiares a los que no pudieron velar. Y así ha sido hasta que este martes, las gestiones diplomáticas llevadas a cabo favorecieron que, in extremis, se llevara a cabo un gran operación para filiar, realizar test de detección de
coronavirus y
registrar a las mujeres y dos niños que pudieron liderar el pasillo humanitario agenciado. Se espera que esta semana haya otras dos repatriaciones más, con listados revisados por el vecino país. Todas estas gestiones las hemos conocido, pero no la forma en que se produjo la otra parte de la historia: cómo llegaron las marroquíes a su tierra. En un vídeo grabado desde Marruecos se puede apreciar cómo fue ese cruce, cómo se les tomó la temperatura y se les registró antes de montarse en el autobús que las trasladó desde la frontera que no habían cruzado hacía meses. Ante la mirada sorprendida de autoridades políticas ceutíes y de la Policía Nacional, se veían escenas de atrapadas lanzando vivas a Mohamed VI a pesar de haber sido las grandes olvidadas y despreciadas durante todo este periodo de bloqueo que aún continúa. Ya en el autobús siguieron esos cánticos además de alusiones directas a Ceuta, Melilla y Marruecos, su españolidad o no. Escenas que han provocado la crítica, más dura en redes sociales, de muchos ceutíes. Y es que durante todo este tiempo de abandono y olvido, todas ellas han estado literalmente obviadas por su propio país que ni favoreció la repatriación en momentos clave como la pascua del Cordero.
La Policía estima que en Ceuta quedaron unos mil atrapados, muchos escaparon a nado por los espigones arriesgando sus vidas. Hombres en su mayoría pero también mujeres. Durante este periodo han tenido que estar viviendo en pabellones deportivos o la nave del Tarajal, al lado justo de su tierra pero sin poder beneficiarse de un regreso que se había convertido en la más pesada losa. Pero esto pronto se olvida y los vivas a Mohamed VI han puesto la perla a la primera gran operación de salida.