En Marruecos se han construido este año 172 nuevas mezquitas, 157 de ellas de iniciativa privada y otras 15 financiadas por el Gobierno, que gastó 120 millones de dirhams (11,5 millones de euros) en edificarlas. El ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Taoufik, ofreció los datos sobre nuevos templos durante una comparecencia para presentar los presupuestos de su departamento para 2022, celebrada la semana pasada en la Cámara de Consejeros (alta del Parlamento) y recogida en un informe al que ha tenido acceso la Agencia EFE. Según dijo, en 2021 Marruecos destinó 853 millones de dirhams (82 millones de euros) a gestionar y mantener las mezquitas y construir nuevos lugares de culto en el país magrebí, de gobierno confesional. Así, se finalizó la construcción de una quincena financiadas con dinero público, especialmente "en barrios marginales para acabar con los lugares de culto en malas condiciones", tanto en espacios urbanos como rurales. Por otro lado, se edificaron hasta septiembre 157 mezquitas en Marruecos financiadas por particulares, en un país que tiene alrededor de 51.000 templos islámicos repartidos por todo su territorio. En el extranjero, el Gobierno marroquí construyó la mezquita Mohamed VI en Conakry (Guinea), restauró el templo del mismo nombre en Yamusukro (Costa de Marfil) y edificó la mezquita Chenguit en Mauritania. Cabe mencionar que, tal y como se reconoció desde Marruecos en el año 2018, el país también influye de manera notable en la financiación del culto islámico de Ceuta y Melilla. Concretamente, en ese año el entonces ministro portavoz del Gobierno, Mustafa Jalfi, reconoció que su país paga "históricamente" a "un número limitado" de imanes en la ciudad de Ceuta, pero los datos que aporta el ministerio de Asuntos Islámicos iban más lejos. De hecho, el ministerio financiaba, al menos en aquel momento, 34 mezquitas en Ceuta (sobre un total de 42) y 17 en Melilla, que representan en este segundo caso la totalidad de templos islámicos en la ciudad, incluidos los "informales". Hasta ese momento nunca antes el gobierno marroquí había admitido con cifras precisas su presencia y control sobre la práctica del islam en Ceuta y Melilla.