Opinión

Marruecos no es un vecino amigo ni un socio fiable

Reflexionando y observando lo que ocurre a mí alrededor y últimamente en Europa, llego a la conclusión de que Marruecos además de no ser un vecino amigo ahora resulta que tampoco es un socio fiable. Lo de “vecino no amigo” lo predicamos de su clase política dirigente, que deseando hacer buenos los sueños imperialistas de la dinastía alauita -hoy representada por Mohamed VI- no duda en intentar la anexión de otros territorios por simple expansión de sus fronteras. Esos políticos, sean de alto o medio pelo gubernamental, que siempre que hablan lo hacen por boca de su Rey (no cae una hoja en el reino sin su permiso), a los que se les da bien vender sus conflictos de estado como si tuyos fueran y a los que no se les da mal quitarte la cartera si te despistas (que es algo así como ganarte la partida sin que te des cuenta), me recuerdan a los vendedores de alfombras que con mucho vuelo las airean para dejarlas caer al suelo, una encima de otra, a ver cuál compras. Así son los conflictos con Marruecos, uno detrás de otro que alguno logran venderte. En el caso de España parece que nuestros diferentes gobiernos están dispuesta a comprar alguna sin tan siquiera desenrollarla. Últimamente los conflictos que está ventilando nuestro “vecino no amigo” son de tipo territorial, unos viejos conflictos otros nuevos: Ceuta, Melilla, Sahara, instalación de una piscifactoría junto a las islas Chafarinas o la apropiación de aguas territoriales de Canarias como parte de la costa marroquí, por ejemplo. Conflictos para los que no tienen reparos en chantajear al Reino de España manteniendo una posición beligerante sobre la frontera sur de Europa (habrá que recordar que beligerante no tiene por qué ser igual a conflicto armado). Y digo que es un “vecino no amigo” porque desde que en 1956 (finalización del protectorado hispano-francés sobre Marruecos) se configurara políticamente como un estado moderno, no han cesado de pugnar con España en múltiples ocasiones y como si fuera todavía una monarquía absoluta, ocupada más en el conflicto diario que mantenga al pueblo unido y distraído que en la resolución de sus problemas reales. Me vienen a la memoria de aquellos años la marroquinización de las grandes empresas (expropiación en toda regla), a lo que siguió la participación en las medianas y la regresión de las tierras (otra expropiación) de las que por cierto los colonos españoles sólo habían adquirido el 2%, pues la mayoría estaban en manos de la oligarquía marroquí; la guerra de Ifni o la ocupación del Sahara son otros claros ejemplos de asuntos resueltos con violencia o por la política de hechos consumados; y como olvidar la constante revisión de los acuerdos pesqueros hasta hacerlos un calvario para España y su flota. Últimamente actos de fuerza gratuitos y de extrema gravedad han sido la ocupación del islote de Perejil en 2002, el asalto masivo a la frontera de Ceuta en 2021 por más de 10.000 marroquíes y no le va a la zaga el cierre unilateral y caprichoso de fronteras con Ceuta y Melilla  sine die, con la excusa de la pandemia, aunque asfixie a las poblaciones fronterizas si le vale como moneda de cambio en sus pretensiones territoriales en el Sahara. También lo es la continua dejación de la obligación de custodiar sus fronteras ante la inmigración ilegal, lo que hace según convenga y usa como medida de presión sobre Ceuta y Melilla. Como muestra hace unos días se retiró la vigilancia en el perímetro fronterizo de Melilla, permitiendo así la concentración de más de 2.500 subsaharianos frente a la valla de los que al menos han pasado 500. Desde luego, este país será vecino pero no amigo. Y digo que “no es un socio fiable” -trayendo el hilo lo de la inmigración ilegal y su dejación de vigilancia de las fronteras- desde el punto de vista de la Unión Europa, ya no de Ceuta y Melilla sino con la que se conoce como frontera sur de Europa. Mal trabajo que hace Marruecos  cuando de ella recibe muchos millones de Euros, medios materiales y colaboración en servicios, al tiempo que goza de un estatus de socio preferente en el mercado europeo que aprovecha, entre otras cuestiones, para mandar sus productos a los mercados un mes antes que los españoles (cosas del clima) y además con un nivel de incumplimiento de prescripciones laborales, sociales y agrícolas que no se le permitirían a un socio de pleno derecho como España. Pero hay más motivos ahora para decir que no es un socio fiable, pues teniendo la oportunidad de alinearse con Europa y el resto de países que se conmueven frente a la invasión de Ucrania por Rusia, ha tirado por la calle de en medio. “Ni si, ni no, sino todo lo contrario” que se dice. El pasado día 2 la Asamblea General de la ONU condenó la invasión al votar en su contra la mayoría de países y Marruecos ni se presentó a la sesión, es de suponer que para no alinearse con alguno de los supuestos que le comprometen. Una postura que tiene mucho de quedarse al margen y de mercadeo futuro, por muchas declaraciones que hagan antes y después repletas de lugares comunes de la buena intención y de milongas sobre su posición al respecto, como por ejemplo las siguientes: “Marruecos deplora la agresión”; "Marruecos demanda a Rusia que le ponga fin”; "el Reino de Marruecos sigue con inquietud y preocupación"; "Marruecos lamenta la escalada militar… así como el sufrimiento humano en las dos partes”; y la mejor, “El Reino de Marruecos siempre ha trabajado para promover el no recurso a la fuerza para la solución de controversias entre Estados" (?); y por último, “Marruecos anuncia que, en respuesta al llamamiento del secretario general de la ONU, realizará una contribución financiera”, se nota que están acostumbrados a minimizar las controversias como buenos mercaderes. Da la impresión que Marruecos quiere participar sólo en lo bueno que tiene Europa, como son el ser destino preferido de sus mercancías y de sus nacionales, muchos de ellos hartos de la pobre y dificultosa existencia que en el país viven. La contrapartida sería que si quieren vivir con y de Europa debería ser un socio fiable y aclararse, eso que predica su Rey cuando le pide al gobierno español claridad en su comportamiento en relación con el Sahara, por ejemplo. Pues bien, o se está con Europa o no se está; o se está en la defensa de los derechos humanos, la no violencia, contra los crímenes de guerra, la colaboración con quien pide ayuda o se está en el lado del invasor. Estamos asistiendo, mañana, tarde y noche, a la retransmisión en directo del sufrimiento de un pueblo, el Ucraniano, mirando atónitos como los invaden y lo arrasan, destruyen su sociedad y lo que tanto aman, su país y su libertad. Y lo que se pedía en la asamblea de la ONU no era que mandaran una fuerza de paz o le vendieran armas a Ucrania, no, sencillamente que dieran un voto de reprobación a Rusia. Claro que ese espíritu de imperialismo anexionista que muestra Rusia es el mismo que anida actualmente en el Reino de Marruecos respecto al Sahara; después vendrán Ceuta, Melilla y demás islas y peñones. Así se explican ciertas posturas y sino al tiempo. La opinión del eurodiputado García-Margallo de pedir la cobertura de la OTAN sobre Ceuta y Melilla no es nueva ni resulta ahora extemporánea, desde luego sería el momento visto lo que sucede en el mundo y por aquí al lado. Que lo exprese quien fuera ministro de exteriores digo yo que tendrá algún fundamento, ¿o no? ¿Quién podía pensar que Rusia invadiría Ucrania hace unos días? Lo que no llego a comprender es que políticos españoles y algunos comentaristas de medios de comunicación sean contrarios a ello y como contrapartida saquen a pasear la contribución y méritos de Marruecos en la seguridad en el mediterráneo. Ya, hombre ya… pues por eso mismo. ¿Hay algún interés en que no estemos cubiertos por el paraguas de la OTAN? ¿Eso representa algún problema para alguien? Deberían aclararlo los negacionistas así veríamos de donde viene el interés. En cualquier caso dudo mucho que Estados Unidos diera el pláceme, ahora que son íntimos, bueno siempre lo fueron: ¿quién estaba detrás de lo del Sahara en 1975?, ¿quién ahora en 2021 vuelve a darle apoyo? ¡Pues los mismos! Si algo pasara en nuestras ciudades España estaría más sola que la una (como Ucrania) pero encima perteneciendo a la OTAN. Es alentador el discurso de Josep Borrell en el pleno extraordinario de la Eurocámara para debatir la invasión rusa de Ucrania y entre sus reflexiones más interesantes me gusta escuchar de su voz la siguiente: “Cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil, nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos. Nadie puede poner en el mismo pie de igualdad al agredido y al agresor. Y nos acordaremos de aquellos que en este momento solemne no estén a nuestro lado”. Toma nota, vecino.

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