Marruecos llegará en los próximos días a la cumbre de su tercera ola de covid-19 con altas e inéditas proporciones de contagios, lo que ha obligado al Gobierno marroquí a imponer una serie de restricciones que han perturbado los últimos signos de recuperación de algunas actividades económicas.
La semana en Marruecos ha comenzado con el adelanto el martes del toque de queda a las nueve de la noche en todo el país, así como la restricción de desplazamientos a y desde las principales ciudades turísticas y el cierre de gimnasios y centros deportivos. El país sobrepasó además la barrera de los 10.000 fallecimientos por covid y el viernes alcanzó un nuevo récord de contagios diarios (12.039) con 72 muertos en 24 horas, según en el último balance diario del Ministerio de Sanidad marroquí.
Se trata de las cifras más altas registradas en el país desde el inicio de la pandemia, ya que Marruecos tomó el año pasado unas estrictas medidas que le ayudaron a controlar la propagación del virus, y se produce a pesar de que el país es líder en vacunación en el continente africano.
El médico Tayeb Hamdi, especialista en políticas y sistemas sanitarios, explicó a Efe que el recrudecimiento de los casos en las últimas semanas se debe al levantamiento de restricciones, que fue acompañado con un relajamiento en la responsabilidad individual de los ciudadanos a la hora de respetar las medidas barrera. A ello se añade la alta y rápida propagación de las variante Deltas, que tienen una tasa de reproducción hasta ocho veces mayor que otras anteriores.
"La tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos está a un 42,2 %, es un promedio alto y si llega a los dos tercios nuestro sistema sanitario estará al borde del colapso", advierte Hamdi, quien cree que la tendencia de contagios irá aumentando si las autoridades no toman más medidas en los próximos días.
Tras un breve período de respiro, el Gobierno marroquí volvió a imponer en los últimos días una serie de restricciones, como adelantar dos horas el toque de queda nocturno (entre las 21.00 y las 5.00 horas), restringir al 75 % el aforo en los cafés, restaurantes y hoteles, prohibir reuniones y ceremonias de más de 25 personas, volver a decretar el cierre de los clubes de deporte y baños públicos, así como limitar los accesos a las ciudades turísticas de Marrakech, Agadir y Casablanca.
Mientras los expertos sanitarios alertan de que el país se encuentra en una fase de transmisión comunitaria, los profesionales de varios sectores económicos están viendo desvanecerse sus esperanzas de una posible recuperación.
"La visibilidad de recuperación no la tenemos clara, sobre todo con el continuo aumento de contagios diarios", lamentó en declaraciones a Efe Noureddine el Harrak, presidente de la Asociación Nacional de los Gerentes de Cafés y Restaurantes.
Más de un año después de la pandemia, Harrak señaló que el sector no ha podido aún recuperar su equilibrio, lo que según él obligó a casi el 25 % de cafés a cerrar sus puertas.
Fouzi Zemrani, un profesional de turismo marroquí, comparte la misma visión para el sector turístico, uno de los principales proveedores de divisas en el país, que ha sido fuertemente golpeado por la pandemia con una caída del 69 % de sus ingresos en el primer semestre de este año.
Marruecos anunció el pasado 15 de junio la apertura de las fronteras para los turistas, una medida acompañada entonces de una suavización de las restricciones. Aquellas medidas permitieron al turismo, según Zemrani, recuperar parcialmente sus actividades, sobre todo los destinos balnearios.
No obstante, Zemrani lamentó que las últimas restricciones han supuesto un golpe duro para el turismo u otros servicios como el transporte turístico, el catering y la celebración de eventos, entre otros.
Consultados por Efe, varios profesionales de turismo coinciden en tener dificultades para atraer a visitantes. "Teníamos varias reservas para esta semana de agosto, pero las han ido cancelando, entre otras razones después de que Francia y España (principales proveedores de turistas a Marruecos) pasaran a la lista de algo riesgo y se obligara a los procedentes de estos países a hacer una cuarentena", lamentó un profesional de la ciudad sureña de Marrakech.
Las autoridades sanitarias marroquíes esperan frenar este último repunte del virus acelerando la campaña de vacunación mediante la apertura de nuevas unidades de vacunación, la ampliación de su horario para incluir todos los días de la semana, además de ampliar la franja de edad para vacunar a personas de 18 años.
Entre tanto, el país busca diversificar las vacunas a administrar a la población, ya que además de Astrazeneca y Sinopharm, ha recibido un lote de unas 300.000 dosis de Janssen y está negociando recibir 1,8 millones del fármaco de Pfizer-BioNTech.
Hasta ahora, 10,7 millones de personas están completamente vacunadas en Marruecos y las que tienen la primera dosis son ya 14,8 millones, lo que supone más del tercio de la población vacunable, y una de las tasas más avanzadas en el continente africano.
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