Marruecos corta el Biutz tres veces por el tamaño excesivo de los bultos

Marruecos paralizó ayer en tres ocasiones el tránsito de mercancías por el puente del Biutz. Los aduaneros marroquíes, molestos, comprobaron que los bultos incumplían el tamaño acordado entre las autoridades del país vecino y la Delegación del Gobierno y, a continuación, entre la administración española y los representantes de los polígonos del Tarajal.

Por esta razón, decidieron interrumpir la entrada de productos.
Las interrupciones en la circulación a través de la puerta internacional tuvieron distinta duración. Según relataron a este periódico, el primer parón se prolongó durante hora y media; el segundo, alrededor de una hora y el tercero cerca de media hora. Esta suspensión a la salida de mercancías supuso que los porteadores solo pudieran aprovechar dos hora de la jornada –8:00 a 13:00 horas–.
Los cortes se sucedieron, aproximadamente, desde las 9:00. Sobre las 12:15, Marruecos autorizó el acceso de un grupo de porteadores. Cuando daban las 12:40, unos 20 minutos antes del cierre definitivo hasta la mañana siguiente, volvió a negar la entrada de paquetes. Ni una tercera parte de los bultos que atraviesan de forma habitual el Biutz pudieron hacerlo ayer, con lo cual, la recaudación de los negocios también fue nefasta.
La reducción de los auxiliares de Seguriber de 16 a seis ha perjudicado tanto a los porteadores como a la propia seguridad en el recinto comercial. Los camalos, que antes tenían oportunidad de cruzar mercancía a Marruecos una media diaria de entre una y dos veces, comprobaron ayer que pueden realizar esta operación una única vez –con suerte– a raíz de la disminución de efectivos contratados por los polígonos. Ayer fue el primer día en el que el Biutz funcionó con menos efectivos de seguridad privada .
Con solo seis trabajadores de Seguriber, ya que el resto ha sido retirado del servicio porque los empresarios aseguraron que carecen de recursos para sufragar sus nóminas, los controles del tamaño de los bultos dejaron de ser tan exhaustivos como hasta el momento debido a esta falta de personal.
Al tratarse de un grupo reducido, los auxiliares solo pueden encargarse ahora de montar y desmontar las vallas –alrededor de 300– y ocuparse de alguna traducción para los integrantes de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP). Atribuciones anteriores como garantizar que los fardos se ajusten a las medidas pactadas de 40x60 centímetros son inasumibles por una cuestión numérica ya que son seis personas, más el coordinador de servicios de los polígonos del Tarajal, Arturo Santorum, frente a miles de porteadores.
Antes del recorte, dos auxiliares en el puente del Biutz obligaban a abandonar las ‘jaulas’ a aquellos porteadores con bultos que superaban las medidas estipuladas. Sin embargo, ayer por primera vez, los camalos llegaban solos a la puerta destinada al comercio atípico.
La Policía Nacional trasladó tanto a los auxiliares como al coordinador que su función en el Biutz no es revisar los bultos, como pudo conocer este periódico en el puente, de modo que permitirá el paso a todos los camalos y solo intervendrá en caso de que haya una alteración del orden público ya que su labor no se corresponde con la de los aduaneros.

Naves patera
Las previsiones apuntaban a que el número de porteadores descendería debido a las condiciones meteoróligcas adversas. Sin embargo, la afluencia fue la misma que la registrada desde hace unas meses y que la Delegación del Gobierno estimó ayer en unas 16.000 personas.
Según los datos que pudo recabar El Faro, hubo marroquíes que durmieron desde las 2:00 de la madrugada de ayer en las conocidas como naves patera, donde alquilan acomodo por entre dos y cinco euros. Asimismo, el sábado pasado un importante número de porteadores y vehículos con mercancía de fuera de los polígonos aprovecharon que era festivo para internarse en el recinto y tomar posiciones de cara a este lunes. Cómo entraron o quiénes les abrieron las puertas sigue siendo un misterio.

Delegación ordena el cierre de la Puerta Norte

La Delegación del Gobierno comunicó ayer que la Puerta Norte –acceso por el que la fila de mujeres accedía a las naves– se abrió porque hubo un acuerdo con los comerciantes de los polígonos sobre la contratación de la seguridad privada. Al reducirse los auxiliares y como medida de seguridad, el Gobierno de la Plaza de los Reyes, después del tumulto originado el lunes en esta entrada donde tres porteadoras y dos guardias sufrieron lesiones, ordenó su cierre. A partir de ahora, tienen que volver a rodear el Príncipe Felipe y hacer cola fuera de los polígonos.

Paquetes de dimensiones que pueden atascar los tornos y productos sin autorizar

Comerciantes consultados por este periódico aseguraron que el descontrol fue ayer la nota dominante en la preparación y salida de bultos por el puente del Biutz. Además del incumplimiento de las dimensiones del fardo estipuladas con el consenso de Marruecos, la Delegación del Gobierno y los empresarios del Tarajal, también se detectó la entrada en el país vecino de paquetes que contenían ropa nueva la cual, según explicaron a este diario, no tiene autorizado el paso. Con el tamaño del bulto como principal obstáculo a la normalización del tránsito de camalos por la puerta enclavada en los polígonos, pudieron verse mujeres que portaban rollos de tela que, de quedar atrapados entre los tornos del Biutz, podrían resultar fatales. Tanto por humanidad como por operatividad, las partes implicadas en el comercio atípico llevaban a rajatabla esta directriz hasta ayer. El número de bultos autorizado fue otro de los problemas que, observadores en el recinto comercial, consideraron que afectó al funcionamiento del puente. Como pudo constatar este rotativo, algunos camalos portaron dos y hasta tres bultos en un solo viaje, cuando la instrucción era uno por persona aunque sin límite de rotaciones dentro del horario marcado en el puente. Algo que, con Seguriber, se venía produciendo.

Cargan los bultos en los aledaños del Biutz, los cambian por otros o bien cogen más

La protesta de los comerciantes por la competencia desleal de las consignas que almacenan productos de fuera de los polígonos –presuntamente importados a la ciudad por un valor inferior al real a través de testaferros de empresarios marroquíes– cobra fuerza. Los porteadores volvieron a entrar sin bultos hasta los aledaños del Biutz –en la Fase II pero sobre todo en La Chimenea– y allí cargaron productos ajenos a los establecimientos afincados en este recinto. En el caos que predomina, sobre todo, en la calle del muro, suelen darse incluso cambios de bultos y, ante la falta de controles exhaustivos detectada ayer, llegaban hasta ese tramo con un paquete y cargaban alguno más.    

Avalanchas cuando las precipitaciones son más intensas y alcantarillas abiertas para tragar el agua acumulada en las calles

Las intensas lluvias que cayeron desde la madrugada de ayer, unidas a las fuertes rachas de viento, no fueron un inconveniente para que miles de personas acudieran a los polígonos del Tarajal, como cada mañana, para cargar bultos con los que embolsarse entre 20 y 25 euros de media por unidad. Plásticos, bolsas, manteles e impermeables fueron las prendas con las que los marroquíes combatieron las inclemencias del tiempo en la fila de hombres y mujeres. Cuando las precipitaciones eran más intensas, según narraron los comerciantes, la multitud se desplazaba en avalancha para alcanzar el puente del Biutz en una mañana de sucesivas restricciones por parte de Marruecos. Las calles que forman las naves quedaron anegadas por la cantidad de agua descargada en una de las trombas. Por este motivo, los presentes levantaron la tapa del alcantarillado para facilitar su evacuación ya que la red de saneamiento se encontraba al límite. El cartón mojado que arrastró el agua fue uno de los elementos que provocó que el agua se acumulara ya que atoró algunas de las salidas de la red. Los aledaños del puente del Biutz fue otro de los puntos inundados así como las inmediaciones del Tarajal II, donde el coordinador de servicios junto a un auxiliar, Bomberos y Ferrovial accionaron la compuerta que permite desalojar el agua de esta zona (Fase I).   

El hueco de la antigua escalera continúa como atajo a las naves

La antigua escalera del Tarajal, que tantos quebraderos de cabeza dio tras su demolición a finales de 2013, continúa como atajo de los porteadores que pretenden evitar el largo recorrido que pasa por los nuevos escalones en la carretera nacional y rodear el recinto industrial por Príncipe Felipe antes de alcazar la puerta principal de los polígonos. Es habitual ver, durante todo el día, a hombres y mujeres que trepan la valla que fue instalada para impedir, precisamente, esta práctica. Por otra parte, está la vía utilizada por las personas menos ágiles. Consiste en extender un cartón u otro material que les permita deslizarse por debajo de la verja ya que, en uno de sus tramos, existe una rendima que facilita este movimiento. El vacío que dejaron los peldaños sirve de transito para aquellos que, su verdadera meta, se encuentra en las naves. Por otra parte, usuarios de la nueva escalera temen que la acumulación de agua en el hueco que forman sus muros pueda acabar rompiéndolos.