La
Guardia Civil ha sido activada esta madrugada ante la alerta dada por
Marruecos del intento de entrada en Ceuta de unos 150 inmigrantes subsaharianos. Aunque el Instituto Armado se ha desplegado en todos los puntos, tanto en la zona de Benzú con Beliones como en
Tarajal, no se ha tenido que intervenir. Sí que, de manera preventiva, se ha ordenado el cierre de la frontera en torno a las seis de la mañana. No se ha registrado entrada alguna en nuestra ciudad, tampoco aproximación a la zona más cercana a Ceuta. Tanto en Benzú como en la valla más próxima a Berrocal ha habido activación de todas las unidades ante la posibilidad de que pudiera producirse una entrada en nuestra ciudad. La última que se recuerda es la del pasado 30 de agosto, cuando algo más de 150 subsaharianos consiguieron cruzar a Ceuta prácticamente a la carrera, por el paso que separa Benzú de Beliones que, desde esa fecha, permanece clausurado. En torno a las siete de la mañana se ha vuelto a abrir la frontera, permitiéndose la entrada de las porteadoras a las naves. En el lado marroquí se había formado un auténtico despliegue hasta el punto de que todo el entorno de la frontera con Ceuta estaba completamente blindado, al objeto de impermeabilizar la posible llegada de subsaharianos a los que ha sido imposible siguiera aproximarse hacia cualquier punto que les permitiera el cruce.
La Guardia Civil no ha tenido que llevar a cabo intervención alguna más allá del despliegue. A pesar de las informaciones de alerta cursada por Marruecos, desde la central operativa COS no se ha registrado aproximación numerosa de personas al vallado más allá de un grupo muy reducido que no llegaba ni a la media docena. Una noche más se blindan las fronteras, mientras los agentes marroquíes siguen llevando a cabo batidas en los campamentos. Esta misma semana las oenegés que trabajan sobre el terreno con los inmigrantes han denunciado redadas masivas así como batidas para desmantelar todos los asentamientos en los que malviven estas personas.