El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comprobado in situ las condiciones de la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos, aunque lo ha hecho en un día sin presión en el que no se ha podido reflejar las deficiencias plasmadas en los informes oficiales remitidos a Interior. Esa línea del infierno sorteada a diario por más de 30.000 personas y dotada de una arquitectura obsoleta ha sido el primer escenario visitado por el ministro en la visita girada este sábado a nuestra ciudad.
También ha recorrido el Tarajal II y la sala operativa del COS, desde donde se ha dirigido al perímetro fronterizo . Allí
están las concertinas que el equipo de Pedro Sánchez prometió sustituir por medios menos cruentos. Grande-Marlaska las ha visto y ha conocido el estado de este vallado que lleva funcionando desde finales de los años 90 como línea de blindaje con Marruecos a lo largo de más de 8 kilómetros.
Los puntos ciegos en vaguadas y la necesidad de cámaras más precisas y avanzadas son algunas de las necesidades solicitadas por la
Benemérita a Interior.
Por esa valla visitada por el ministro pasaron los inmigrantes subsaharianos que en agosto fueron devueltos a Marruecos en una devolución histórica que nació precisamente de la llamada en persona de Grande-Marlaska a la delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos. Tras la visita a la frontera, el ministro se ha dirigido al Ayuntamiento, donde ha saludado afectuosamente al presidente de la ciudad, Juan Vivas, y ha firmado en el Libro de Oro de la ciudad. A continuación mantenía una reunión con el presidente Vivas en la que
abordaban los principales asuntos de su competencia. Seguidamente se desplazó a la Delegación del Gobierno para hacer lo propio con la máxima responsable en la Plaza de lo Reyes y, acto seguido, giró visita a la Jefatura Superior del CNP y a la Comandancia de la Guardia Civil.