El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha destacado que la tragedia del 24 de junio en la valla de Melilla, en la que murieron al menos 23 personas, fue un "intento intolerable y violento" de entrada irregular de 1.700 inmigrantes, por lo que ha defendido la respuesta "firme, serena y proporcionada" del Estado.
Lo ha hecho en el pleno del Congreso donde ha comparecido tres meses después de los sucesos tras las repetidas peticiones de explicaciones por parte de todo el arco parlamentario y el mismo día en que se reanuda el juicio en Marruecos contra varios de los inmigrantes detenidos por el asalto.
"Es evidente que estamos hablando de un episodio de intento violento de entrada irregular que es injustificable", ha remarcado el ministro tras relatar cronológicamente lo que sucedió en 24 de junio en la localidad marroquí de Nador en su frontera con Melilla.
Marlaska ha dicho que "un país democrático" en modo alguno "puede aceptar que su frontera y los agentes que la "custodian y protegen" se vean agredidos "con el lanzamiento de piedras, palos e incluso artefactos incendiarios caseros" protagonizado por 1.700 personas.
Según ha expuesto a las cinco de la madrugada de ese día las fuerzas de seguridad marroquíes alertaron a la Guardia Civil de que un grupo "muy numeroso" y "organizado" avanzaba hacia el vallado "portando objetos ofensivos y palos". Dos horas después, ha continuado, el centro operativo de la comandancia de Melilla detecta la presencia de unas 1.700 personas.
El ministro ha detallado que las autoridades marroquíes intentaron evitar el primer acercamiento, si bien se vieron superadas por otro grupo "extremadamente violento" que logró acceder al interior de la aduana marroquí tras forzar con violencia las puertas con el uso de "mazas, hachas y otros objetos contundentes".
Mientras, otro centenar de inmigrantes escalaba el muro exterior del vallado marroquí que terminó desplomándose, de forma que a las 8.20 horas había unos 1.700 inmigrantes dentro del recinto fronterizo dividas en dos grupos.
Marlaska ha explicado que finalmente acceden "a tierra de nadie" parte del grupo generando un "embotellamiento" que puso en riesgo la integridad de centenares de personas, lo que se repite cuando el grupo fuerza una segunda puerta también del lado marroquí.
Pese a que alrededor de un centenar de personas consiguió entrar en Melilla, el ministro ha subrayado que la actuación de los agentes de la Guarida Civil y la Policía Nacional "bloquearon " la entrada de la mayoría y lograron reducir su actitud violencia mediante el empleo del "oportuno y proporcionado material a su disposición, incluido material antidisturbios".
Ha concluido el relato de los hechos recordando que se procedió al "rechazo en frontera conforme a los procedimientos establecidos de aquellas personas que se interceptaron intentando entrar de forma irregular y violenta en España antes de poder hacerlo".
Durante su intervención inicial de veinte minutos ante el pleno, el titular de Interior ha explicado que 55 guardias civiles resultaron heridos y hubo daños en siete vehículos y equipamientos.
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