Pensando en Ory

Me agradó leer ayer una entrevista realizada a Maritcha Ruiz Mateos. Periodista. De Ceuta. A la que le honra el haber liderado una estrategia de comunicación en torno a la figura de Pedro Sánchez y haber sabido dosificar las noticias en torno a su persona y sus decisiones para ganar un mayor impacto. Leer la forma en la que se le ha reconocido una labor complicada gusta. Más aún cuando una, al hacerlo, piensa en la cara que se le habrá puesto a Ory, su madre, siempre tan orgullosa de su hija. Tanto ella como su marido, Antonio. Ambos humildes, cariñosos, pendientes de la evolución de Ceuta, del partido. Siempre han hablado con orgullo de su hija. Ahora imagino que será un gustazo ver brillar los ojos a toda una señora madre que contempla el reconocimiento a tanto trabajo, a tanta luch de su pupila.

A Ory siempre le he tenido un cariño especial. Por eso ha sido una de las primeras personas en las que pensé nada más saber que había salido adelante la moción de censura y que Pedro Sánchez era el próximo presidente del Gobierno. Pensé en ella porque pensé precisamente en cómo estaría viviendo ese momento su hija y cómo se ha sabido elogiar el trabajo desempeñado en un área complicada. Más aún teniendo en cuenta el camino seguido por Sánchez, por el que nadie daba un duro y al que todos consideraban hundido, apartado y sin mayor proyección política dentro del partido. Hasta las vacas sagradas retiradas en destinos de lujo tenían el rostro de arremeter y cuestionar al que tildaban de no socialista. Va a ser que muchos se equivocaban y no tenían en cuenta el trabajo que se estaba haciendo en la sombra.

No crean que soy fan de Pedro Sánchez. Ni de él ni de otros tantos que nos rodean. Pero reconozco que a su lado ha habido personas que han trabajado mucho y bien para mantener su figura, para poner en escena maniobras dignas de grandes estrategas que hoy tienen los resultados que todos vemos. Los destinos políticos que algunos se afanaban en marcar han terminado cambiando radicalmente, en parte porque hay quienes se mantienen en segundo plano desarrollando un trabajo por el que hoy, estoy segura, hay unos padres que estarán más que orgullosos. Enhorabuena.