Hace once años que nos dejaste, pero, parece que fue ayer; estas tan presente en mi mente y en mi corazón, que, aún hay veces que pienso: “Voy a llamar a mi madre”.
Sí, María Miaja era mi madre, pero, también era la madre de todos y todas las socialistas de Ceuta, la querían y la respetaban y muchos y muchas me dicen por la calle: “¡Cuánta falta nos hace una María Miaja!”
A su quiosco del puerto, era raro el día que no se acercaban, a conversar con ella, a comentarles sus pareceres y a que, con mucha firmeza “les cantase las cuarenta” cuando, consideraba, que era necesario.
María Miaja era mi madre y la de mis dos hermanas, abuela de sus diez nietos y bisabuela y bisabuela de, los entonces ocho biznietos, que, hoy ya son doce. ¡Qué feliz se le veía rodeada de los más pequeñ@s!
Hoy os quiero hablar de esa María que era todo solidaridad: Siempre tuvo personas, necesitadas a su alrededor a las que procuró olvidar, dentro de sus posibilidades; pero, de eso no se enteró nadie, porque como siempre decía: “¡Qué no se entere tu mano derecha lo que está haciendo la izquierda!”
María fue una adelantada a su tiempo, en los años cincuenta, cuando pocas mujeres trabajaban, ella lo hizo en una empresa corchera, que se implantó en Ceuta, para, enfardar las planchas de corcho que venían de Marruecos y salían desde Ceuta para otros puertos de Europa.
En aquella época ninguna mujer, en Ceuta, se habría atrevido a usar pantalones, estaba mal visto, ella se los puso para trabajar y lo hacia mejor que muchos hombres.
María vivió siempre por y para su familia, aunque, siempre dijo con orgullo que para ella lo primero era su PARTIDO. Jamás olvidó a las personas necesitadas, ni su ideal socialista. Lucho contra las adversidades del Régimen Franquista de la mejor forma que supo: vistiéndose de rojo, con quince años, a pesar de que era “importunada” por un jefe de centuria de Falange, al pasar por el Puente del Cristo. ¡Jamás dejo de ponérselo!
Pintándose los labios de rojo hasta el final de sus días, era su seña de identidad. Después de no estar con nosotr@s hemos descubierto, jamás lo conto, que servía de correo, en la misma cedula clandestina a la que pertenecía su hermano Fernando.
María fue y será un icono del SOCIALISMO, sí, con letra mayúscula, en Ceuta y en el resto del país; en 1991 fue nombrada “Mujer Socialista del Año” cuyo premio recibió de las manos de Ramón Rubial, presidente del PSOE.
Eso fue para ella un enorme orgullo, como, el premio recibido de Mujeres Vecinales como: Mujer Vecinal del Año 2.006; por su cercanía con todas las personas y barriadas.
Se fue, pero, nos dejó un legado, que, aunque no le lleguemos a la altura de sus zapatos, procuramos seguir adelante con nuestro sentimiento socialista y procurando ayudar donde nos necesitan
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