Marhoum: regreso a casa teñido de oro

Mohamed Marhum ya está en casa. Hace dos semanas estaba en lo alto del podium del Campeonato de Europa, en Belgrado, ganando la medalla de oro por equipos para España.

"Le devuelvo a este país todo lo que me ha dado", explicaba ayer en la redacción de 'El Faro' un Mohamed muy distinto del jovencito que se marchó a Madrid tras despuntar en el club 'Los Delfines', con un pasado, ya olvidado, de su paso clandestino a Ceuta siendo un niño, acogido y educado en el Centro de Menores.
Su familia le ha recibido "con mucha alegría", así como sus amigos, "todos contentísimos". De carácter muy humilde, reconoce que le pedían fotos, "me daba vergüenza", asegura, un atleta de élite, considerado en estos momentos una de las grandes promesas del atletismo español.
Nacido en Castillejos, este caballa adoptado deja claro que no renuncia a sus raíces marroquíes, pero que "me siento español como el que más".
De hecho se define como "canterano", ya que recuerda que "empecé a entrenar en Ceuta con 20 años, soy producto de este país", se defiende.
Una España que le ha dado "todo", ya que "residir en el Centro de Menores era un gasto, pero espero que con esta medalla le devuelva a la ciudad y al país parte de lo que me han dado, que es todo, por ayudarme a ser quién soy", insiste.
Se atreve incluso a crear un paralelismo entre la localidad marroquí y Ceuta, "son casi la misma cosa, tan cerquita una de otra que tenemos muchas cosas en común, como hablar de Madrid y Alcorcón", argumenta.
Un fenómeno, el de nacionalizar deportistas no nacidos en el país, que crea cierto recelo, por supuesto en los atletas españoles, que ven en 'figuras' como Mohamed rivales imbatibles.
"Es cuestión de genética", explica, "la masa muscular, corazón, pulmones y sobre todo la fuerza de las piernas y la resistencia nos hacen a los árabes tener cierta ventaja", explica enfundado en ropa deportiva con el nombre "España" bien visible.
Semanas después de la cita de Belgrado, Mohamed reconoce que le ha costado asimilar el éxito, "estuve una semana en una nube", recibiendo además cientos de felicitaciones en las redes sociales. "Si alguien me cuenta esto en mis primeros pasos como corredor, no me lo habría creído", reconoce.
Pero de nuevo surge el Marhoum más sereno ante las 'vacas gordas' y advierte que "esto no es nada", ya que "aún queda mucho camino" y por su juventud aspira a absolutamente todo.
En el punto de mira, el Europeo de 10.000 metros de Zurich de 2014 y luchar por las medallas, y por supuesto los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil).
Un Marhoum que siempre quiso correr por Ceuta pero que no pudo "al no existir entonces Federación de Atletismo", hasta que en Madrid la Clínica Dental Seoane Pampin le dio el respaldo necesario para ponerlo en la élite.
"Soy muy afortunado", afirma Marhoum, marroquí de nacimiento y ceutí y español de corazón.

Bilal Marhoum sigue los exitosos pasos de su hermano mayor 

Siempre a su lado, Bilal, hermano menor de Mohamed, le acompaña allá donde va. También acogido en el centro de menores de Ceuta, por temas burocráticos tuvo que abandonar finalmente la ciudad.
No tuvo tanta fortuna en este sentido como su hermano, el cual sí defiende que Bilal es "un gran atleta", e incluso señala tajantemente que "es mejor que yo".
Mientras Mohamed se especializa en el fondo, mirando incluso las distancia más largas, Bilal compite en pruebas de medio, esperando su gran oportunidad para dar el salto.
A Bilal se le ha visto correr en pruebas de nuestra ciudad. De hecho se impuso en la San Silvestre del año pasado, en donde consiguió la victoria