“Marchemos siempre unidos”

El pasado mes de mayo, el Regimiento Mixto de Artillería número 30, celebró su III Centenario al tener reconocido su origen el 2 de mayo de 1710, como descendiente directo, y por tanto heredero, del tercer Batallón del Regimiento Real de Artillería. Sin embargo, la presencia de la Artillería en Ceuta se remonta a los tiempos de la conquista portuguesa, ya que desde entonces y hasta nuestros días, siempre ha existido alguna unidad artillera en la ciudad.
Grandes cambios nos contemplan desde aquella primera  bombarda, entregada por D. Juan I de Portugal a la ciudad de Ceuta en 1415, y muchos son los avances y transformaciones que a lo largo de estos siglos ha sufrido la Artillería, pero no quisiera centrarme tan solo en los cambios y mejoras de tipo táctico o técnico, sino que mi intención es mostrar lo que supusieron para el Arma, ciertos sucesos en los que se vio implicado durante los dos últimos siglos. Episodios, que quizás resulten inéditos para una parte de aquellos que, aún perteneciendo a la gran familia militar, no portan la "bombeta" como distintivo de pertenencia al Arma, y por supuesto, para muchos de quienes no forman parte del Ejército.
De todos es conocida la gran contribución que el Arma de Artillería aportó al levantamiento del 2 de mayo de 1808, contra las tropas francesas, en el Parque de Artillería de Monteleón. Fue allí donde los intrépidos y valerosos Capitanes de Artillería Luis Daoiz de Torres y Pedro Velarde de Santiyán (sin olvidar la memorable intervención del Teniente Jacinto Ruiz y Mendoza), lograron algo más que realizar una heroica gesta. Aquel día contribuyeron con su hazaña, a crear ese espíritu de Nación que España tanto necesitaba en aquellos momentos y que marcaría el inicio de la guerra de la Independencia.
Por el contrario, son bastante desconocidas las disoluciones que el Cuerpo de Artillería sufrió desde que en 1823, por Real Decreto de 24 de Junio, Fernando VII decide disolver el Ejército, hasta 1929 en que el Presidente del Gobierno, Teniente General D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, presenta ante S.M. El Rey D. Alfonso XIII, la disolución del Cuerpo de Artillería (que finalmente se llevaría a cabo mediante Real Decreto de 19 de Febrero).
Cuatro serían las ocasiones en que por una u otra causa, fue disuelto el Cuerpo de Artillería, a las dos ya citadas hay que sumar las de 1873 y 1926. Varios son los motivos y circunstancias que propiciaron estas disoluciones, pero en todas ellas quedó patente el gran compañerismo existente entre los miembros del Cuerpo, y la integridad que demostraron a la hora de cumplir con la palabra dada para mantener sus arraigadas tradiciones.
No es objeto de este artículo hacer un análisis de las causas y motivos que propiciaron las distintas disoluciones, pero lo que sí se desprende de las crónicas de la época es que fueron tiempos difíciles en los que muchas familias artilleras pasaron penurias económicas (recordemos que se les suspendió de empleo, fuero, atribuciones, uso de uniformes y sueldo), pudiendo sobrevivir gracias al reparto de auxilios y ayudas de asociaciones benéficas (una de ellas la de Señoras de “Santa Bárbara de los Artilleros”, que constituyó su primera junta el 29 de Mayo de 1893 en Madrid, y cuyas recaudaciones contribuyeron a paliar las carencias de los implicados en las disoluciones de 1926 y 1929), o al Fondo de Socorro organizado por la Junta Central del Cuerpo en 1873, siendo presidente de la misma D. Tomas de Reyna y Reyna.
También en algunas ciudades como Segovia, cuna de la Artillería desde 1764, el Director del Diario Independiente "El Adelantado de Segovia", D. Rufino Cano de Rueda, dirigió una carta el 15 de Septiembre de 1926,  al Obispo de la Diócesis, en la que exponía la situación del personal del Cuerpo y solicitaba auxilio económico para que las esposas, hijos y los propios artilleros,  pudieran soportar aquella dolorosa situación, que sumía en la miseria a la inmensa mayoría de los afectados.
El honor, la lealtad, el compañerismo y la entrega a la defensa de unos principios, que en ocasiones sellaron con su sangre, es el legado de aquellos que nos precedieron y del que, quienes formamos parte de la gran familia Artillera, nos sentimos orgullosos. Por eso, el pasado 4 de Diciembre, durante la celebración de los actos a nuestra Excelsa Patrona "Santa Bárbara", cuando cantamos nuestro himno, volvimos a entonar con fuerza esta estrofa:
"Artilleros, Artilleros
marchemos siempre unidos
siempre unidos"
que evoca a quienes llevaron en el corazón un único objetivo, el de la unión a toda costa. Un fragmento que se ha convertido en el lema que nos identifica y cuyo significado es un referente en nuestro quehacer diario.