Para “no olvidar” y para “pedir Justicia”. Para desear que nadie tenga que emigrar y para que quien deba o quiera pueda hacerlo en condiciones de dignidad y con derechos. Para eso se organizó este viernes, con motivo del séptimo aniversario de la tragedia del Tarajal, que se conmemora este sábado, una mesa redonda en línea con la participación de la abogada Patricia Fernández; la catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla la Mancha María José Aguilar; Txema Santana, de CEAR Canarias; Mamadou Dia, de la asociación ‘Hatay sonrisas’; y Sani Ladán y Ramsés Mohamed, de ‘Elín’. Durante la cita también cantaron en directo Pedro Sosa y Mia Fuentes.
Fernández, abogada de la Coordinadora de Barrios, que se ha hecho cargo de la acción popular unificada en la causa que la Audiencia Provincial ordenó cerrar el año pasado, repasó los “muy dolorosos” últimos siete años y se refirió al desarrollo del procedimiento, actualmente en manos del Supremo.
La letrada recordó en “una reflexión sobre este camino para hacer Justicia” que la instructora llegó a ordenar la apertura de juicio oral. “Está pendiente el recurso de casación interpuesto, pero donde nosotros vemos desproporción la Justicia no y consagra una versión formal que desplaza la responsabilidad de las muertes sobre las propias víctimas”, analizó sobre la “criminalización” de las migraciones en una “cultura de la atrocidad” en la que “el otro, por ser distinto, es descartable”.
“Es muy difícil hallar Justicia, pero también impartirla, y no vamos a acercarnos a la verdad si no es desde la proximidad, si no somos capaces de conmovernos”, advirtió sobre la necesidad de “alcanzar la verdad material del Tarajal”. “En España no hemos sido capaces ni de rendir una mínima piedad mortuoria”, censuró la abogada, que tampoco reprochó que ni siquiera se haya “escuchado” a las víctimas.
Aguilar pronunció una intervención titulada ‘Políticas migratorias: políticas de muerte’ en la que abundó en el realismo de tal descripción cuando los Estados “matan o dejan morir como una pauta estructural”. “Lo que pasó en el Tarajal no fue algo anecdótico: hablamos de la legitimación de una violación sistemática de los derechos más básicos en las fronteras”, subrayó.
“Las vallas, los campos de concentración, las redadas por perfil ético, la explotación y los discursos que lo justifican son muy eficaces porque legitiman que a determinados grupos no les considere seres humanos, que podamos violar sus derechos y que sea legítimo y tolerable”, criticó. “Actualmente somos un Estado pseudodemocrático, mini social y donde el Derecho brilla por su ausencia para muchas personas”, resumió.
Txema Santana, técnico de incidencias de CEAR en Canarias, reflejó las “precarias” condiciones en las que se ha diseñado en el archipiélago la acogida para los migrantes que está recibiendo. “Ahora mismo tenemos 9.000 personas encerradas y aisladas con absoluta incertidumbre sobre su futuro”, alertó. “Dicen que es para evitar un ‘efecto llamada’, pero están generando un sufrimiento que muchas personas no quieren ver”, lamentó sobre un contexto en el que “la ruta canaria nos habla de grandes problemas de nuestro tiempo y nosotros respondemos con deportaciones”.
Mamadou Dia se centró en la situación de los jóvenes senegaleses “en busca de alternativas”. “La juventud que emigra engañada, defraudada y robada no va a suicidarse, sino en busca de una vida digna, de una sociedad humanizada que decepciona”, usó su propia experiencia como ejemplo. “No soñamos con Europa, sino con vivir, y debemos tener el compromiso de crear otro mundo”, distinguió desde su país antes de poner de relieve la importancia de que los pueblos sean conscientes de la importancia de elegir políticos “capaces de sentir y de llorar”.
‘Derechos: el camino hacia el futuro’ fue el título de la intervención de Sani Ladán, que enfatizó la necesidad de tener “esperanza” porque “somos muchos los que creemos en la fuerza del colectivo para provocar cambios”. “El poder de la sociedad civil no entiende de vallas ni de visados”, se congratuló el investigador. “Tarajal es una cuestión de justicia y reparación que nos exige alzar la voz hasta que Europa entienda que nadie puede poner barreras a la esperanza en un mundo cada vez más conectado”, concluyó.
La playa del Tarajal acogerá este sábado a partir de las 11.45 horas una concentración en memoria de las 14 personas junto al espigón fronterizo hace 7 años cuando intentaban acceder a nado en grupo a territorio español. Los organizadores de esta convocatoria anual, adaptada esta vez a las condiciones de la pandemia, dejaron claro este viernes en un comunicado que los asistentes serán “personas que viven en Ceuta y se ven interpeladas por la causa” de reclamar “derechos frente a las políticas de la muerte” y por el esclarecimiento de los sucedido, no de grupos de ciudadanos llegados desde la península, como este viernes se hizo correr a través de Whatsapp y las redes sociales en bulos “incendiarios”. La cita cuenta con todas las autorizaciones de las autoridades y su desarrollo ha sido coordinado con las Fuerzas de Seguridad, según dejaron claro sus promotores.
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