La semana pasada miles de alumnos pasaron por las aulas para realizar la Prueba de Acceso a la Universidad, algo que ocurre cada año en todo el territorio español y que pone a prueba el nivel académico de los jóvenes de nuestro país.
Un hecho ocurrido en la Comunidad Valenciana ha suscitado la polémica entre los más de quince mil alumnos y alumnas que se examinaron de la PAU . En la prueba de lengua y literatura, los alumnos y alumnas se encontraron un texto de tinte ultraconservador, crítico con las políticas del Ministerio de Igualdad y contra la propia ministra, Bibiana Aído, hecho que no es la primera vez que ocurre ni en la Selectividad ni en la Comunidad Valenciana. No es muy apropiado que esta sea la manera en la que se introducen las políticas de Igualdad en el ámbito universitario de la Comunidad Valenciana en particular, ya que el texto pone también en tela de juicio la incorporación de “estudios de género” en la Educación Superior. El texto seleccionado proviene de un artículo de opinión del periodista Josep María Espins que no sólo cuestiona la utilidad del Ministerio de Igualdad y sus políticas dirigido por Bibiana Aido, sino también pone de manifiesto que no corresponde a la Universidad formar en valores de Igualdad, siendo esta responsabilidad de las familias y la primera etapa escolar en todo caso. Cabe recordar que hace dos años se pidió a los alumnos y alumnas el análisis de un texto que pedía la opinión sobre la Ley del Aborto dando nuevamente a la prueba, un tinte partidista y político.
Del mismo modo ocurrió en las formulaciones de las preguntas en los exámenes de Historia de España, pidiendo comentarios acerca de un decreto firmado por el dictador Francisco Franco para “perpetuar la memoria de los caídos en la gloriosa Cruzada”.
Los análisis de los textos en la PAU, se están utilizando por lo tanto como un arma de doble filo, cargada de subjetividad por parte de los examinadores, en una prueba, que por el contrario, se trata de reflejar la subjetividad y capacidad de análisis del alumnado y no de los examinadores.
Resulta insuficiente que la elección de dicho texto fuera optativa por parte del alumnado pues, para no tener que expresarse ni a favor ni en contra del mismo, los alumnos se veían obligados a elegir la otra opción, lo que rompe la igualdad de oportunidades con otras Comunidades Autónomas a la hora de contar con dos opciones más objetivas en la prueba. En este sentido, hay que recordar que la Constitución garantiza que nadie puede ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias, por lo que la prueba de selectividad en la Comunidad Valenciana ha supuesto un ataque directo contra la letra de la Carta Magna. Ni los alumnos de izquierda ni los de derecha tienen que someterse a que un examinador conozca o deje de conocer sus opiniones políticas.
Espero que se depuren las responsabilidades entre quienes eligieron los temas que se debían tratar en ambos exámenes, ya que suponen una intromisión en la ideología del alumnado de la Comunidad Valenciana, así como la ruptura de su igualdad de oportunidades con los del resto del país, más allá del contenido ultra conservador, regresivo y de apología del franquismo de los textos.