La Sección VI de la
Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta acogió este viernes la tercera de las sesiones del
juicio oral seguido contra seis personas,
una de ellas agente de la Guardia Civil destinado en el control de cámaras térmicas, acusados de un delito de tráfico de
drogas. Las dos primeras sesiones fueron celebradas en diciembre del pasado año y ayer se desarrolló la práctica de una prueba pericial que había sido solicitada por una de las defensas, la ejercida por el abogado Jorge Gil Pacheco, con la que se perseguía resolver una incógnita: ¿
manipuló la Guardia Civil el teléfono del primero de los detenidos para obtener información que llevaría al arresto de los demás sin tener, en ese momento, la autorización para ello? La Policía Judicial del Instituto Armado lo negó en su día, pero el ingeniero informático presentado como testigo en la sesión judicial celebrada este viernes dejó claro que sí hubo una manipulación del terminal. No es una prueba insignificante la que se solicitó, puede dar de hecho un vuelco a este caso traducido en la existencia de posibles nulidades.
Clave: qué pasó con el terminal. La pericial de ayer fue solicitada por el letrado Jorge Gil Pacheco
Según el informe que realizó este perito tras el estudio del teléfono se hicieron dos copias de la carpeta de WhatsApp, algo que quedó verificado al generarse cientos de eventos y que no sucede si el móvil hubiera permanecido en reposo, solo enchufado a la corriente como mantuvo que hizo la Benemérita. Este teléfono fue intervenido en la noche del 4 de mayo de 2018, tras una operación llevada a cabo en Benzú, que se saldó con la intervención de una moto de agua, la aprehensión de 40 kilos de hachís y el arresto de una persona. Según este perito, del 4 al 5 de mayo ese móvil fue “manipulado” en cuatro ocasiones para su arranque, realizado de dos copias de contenido de la carpeta de WhatsApp y el posicionamiento del terminal en modo avión. Hubo acceso a esa mensajería, fotos, facebook y youtube. Esos eventos no se generan solos en tanta cantidad, sino que debe haber una manipulación externa. Por ejemplo un mero “curioseo” no generaría tantos eventos, sino que tuvo que existir una “copia artesanal” en un periodo concreto, haciéndose un descifrado de mensajes.
A ojos de este perito, es imposible sostener que este teléfono no se tocó en ningún momento, tampoco que simplemente se enchufó, como declaró al responsable de Policía Judicial en su día. Este experto expresó en varias ocasiones ante el tribunal su “convencimiento” de que ese 4 de mayo sí hubo copia de información.
Además ese teléfono no tuvo actividad de mensajería, es decir, no recibió mensaje alguno tras su intervención, por lo que la aparición de tantos eventos solo tiene explicación en el hecho de que hubo manipulación. Descartó en su declaración que pudiera haber tenido lugar una copia de seguridad programada porque el móvil estuvo encendido durante varios días y no se produjo un patrón de repetición similar en posteriores jornadas, es decir, no hubo más generación de tantos eventos, algo que se tendría que haber repetido conforme se hubieran ido haciendo más copias programadas, cosa que no sucedió. A preguntas de la Fiscalía, insistió en que, a pesar de ser posible, era “difícil” o más bien “de película” que hubiera habido una entrada de manera remota en el móvil por alguien ajeno qu no estuviera físicamente con el aparato en sus manos.
Al término de la declaración de este perito, el Ministerio Fiscal pidió la comparecencia de otro experto de la Guardia Civil para poder hacer otra pericial que pudiera confrontar la versión conocida ayer sin ser dada por alguien ‘de parte’. Así también pidió la declaración de los agentes que estaban en posesión del teléfono cuando se intervino, es decir, de quienes lo custodiaron para que digan qué pasó con ellos. La Sala lo admitió, a pesar de la protesta de todas las defensas que consideraron tales peticiones de extemporáneas, por estar fuera de plazo.
Se aceptó la petición de uno de los abogados de acudir a la vivienda de Benzú en donde se produjo la intervención para verificar, viendo la casa y sus características, cómo fue la actuación de los agentes aquella noche. Los seis acusados presentes en la causa se enfrentan a penas de entre 6 y 9 años de cárcel, de acuerdo con la calificación provisional del Ministerio Fiscal. Entre los seis figura un componente de la Guardia Civil, que se enfrenta a 7 años de condena. Para el resto solicita seis.
La siguiente vista judicial tendrá lugar el próximo mes de febrero, se espera que sea la última y que ya en la misma se pueda dar lectura de los informes definitivos de las distintas partes personadas.
La historia
Operación
4 de mayo de 2018 La Guardia Civil detiene a una persona en la barriada de Benzú, tras interceptar una moto de agua y 40 kilos de hachís, además de decomisar teléfonos móviles. Tras este arresto se abre una investigación posterior que derivó en 5 detenciones más, una de ellas la de un guardia civil. A todos se les acusa de tráfico de drogas y se mantiene que existía una relación entre ellos.
El teléfono
¿Se manipuló? La Guardia Civil niega que existiera una manipulación del móvil sin contar con autorización, habiendo accedido a contenido que luego sería relevante para la investigación que derivó en más detenciones. Un perito, llevado por una de las defensas, dijo ayer que sí existió esa manipulación. Ahora se contará con un experto de la Benemérita para conocer otra opinión, y tendrá que hacerse un nuevo volcado del terminal en presencia del letrado de la administración de justicia.
Escuchas
Del procedimiento Se pudieron escuchar las intervenciones telefónicas que se llevaron a cabo durante la investigación, en la que había llamadas y conversaciones entre los acusados.
La decisión del tribunal
Se aceptó la petición hecha por la representante del Ministerio Fiscal para que se pueda contar con la declaración de un experto informático de la Guardia Civil, desplazado de Madrid, para analizar si el teléfono fue usado sin tener la autorización para ello y se obtuvo información.