Las autoridades marroquíes han impedido durante la mañana del viernes las protestas convocadas por los ciudadanos de Hasibu, Riki y Yadid, barrios industriales de la periferia de Casablanca, con motivo de la expulsión de sus hogares impuesta por el plan urbanístico 'Villes Sans Bidonvilles' en la ciudad, por el cual se han visto afectadas varias zonas cuyas viviendas serán demolidas en muchos casos. Querían realizar un significativo éxodo hasta Ceuta para pedir asilo.
A pesar de que serían reubicados, los chabolistas rechazaban la oferta de las autoridades porque el traslado supondría ir a vivir a unos 30 kilómetros lejos de su lugar de origen, donde algunos cuentan con una profesión y sus hijos ya han empezado el curso escolar.
El lema de esta movilización era contundente: "Quien no tiene una casa no tiene una nación". Los lugareños lucharon hace décadas en la descolonización de Francia. Algunos recuerdan que el rey Mohamed V visitó la zona en agradecimiento. Ahora no se explican cómo han cambiado las cosas: "¿Quiere -el estado- que nuestra patria decida expulsarnos? (...) Dios es testigo".
Críticos con los gobernantes actuales, reclaman que ellos envíen a sus hijos a estudiar a países como Francia o Alemania mientras los suyos, ignorados, sufren sus decisiones.
El responsable local de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Noredin Riadi, explicó a Efe que ante el gran despliegue de las fuerzas antidisturbios, los habitantes del distrito y de varios cercanos, como Luasti, no pudieron cumplir con sus planes de llegar hasta Ceuta. Sin tener que emplear la violencia, el gran número de agentes policiales impidió que los pobladores se pusieran en marcha.
Las autoridades locales precisaron en un comunicado que la operación de desalojo de los habitantes del barrio Luasti (no citan los otros barrios) se llevó a cabo tras "un diálogo constructivo y positivo con todos las partes interesadas", todo ello en el marco de la lucha contra el chabolismo.
Riadi atribuyó al Estado la responsabilidad del crecimiento de los barrios ilegales en Casablanca debido, en su opinión, a la "corrupción" de los servicios que supervisan las operaciones de construcción y de los consejos electos que "empleaban a estas poblaciones como viveros de votantes".
Una primera protesta a pie, que comenzó tras el primer rezo, pretendía movilizar a los afectados hacia Ceuta, en señal de protesta recorriendo el norte de Marruecos. El objetivo era visibilizar su situación, la de "los olvidados", para pedir asilo humanitario. Finalmente no se ha llevado a cabo.
Estos marroquíes denunciaron en un escrito su trasladado forzado a Sidi Hajjaj, en Benslimaane, a unos 30 kilómetros lejos de su lugar de origen, donde algunos cuentan con una profesión y sus hijos ya han empezado el curso escolar.
Según han valorado algunos periodistas expertos en la zona, se trata de una forma de atraer la atención de la opinión pública y podría quedarse en una simple amenaza. Ellos garantizan que defenderán sus viviendas "con su sangre".
No es la única zona afectada en el norte de la ciudad de Casablanca. Hace unos días también se difundieron las imágenes del desalojo de los habitantes de El Ouasti, uno de los barrios cercanos afectados por estas políticas. Las viviendas, en las que vivían unas 10.000 personas, existían desde los años 50.
La convocatoria llega en pleno repunte de las salidas en patera de cientos de marroquíes en el norte de Marruecos. Subir a una embarcación para llegar a España es la opción más deseada, especialmente entre los jóvenes.
Los disparos de la Marina Real marroquí a una patera conducida por un español que intentaba llevar a marroquíes a España se ha interpretado como una muestra de la voluntad de Rabat de acabar con estas salidas. En el acto falleció una joven de Tetuán, estudiante de derecho.
En uno de los múltiples vídeos que estos días han circulado en las redes, se ve a cientos de jóvenes en la playa de Martil -precisamente la misma zona donde ayer la lancha fue tiroteada- a la espera de la llegada de una embarcación mientras gritan 'El pueblo quiere patera gratis'.
El lema es una deformación de los que en 2011 sacudían las calles marroquíes y árabes durante la Primavera árabe y que entonces decían 'El pueblo quiere el fin de la corrupción' o 'El pueblo quiere la caída del sistema'.
En el documento, los chabolistas alegan al "asilo humanitario" como un "derecho".
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