Ceuta es tierra de grandes
waterpolistas. Las aguas ceutíes atesoran cierta magia y han dado jugadores de leyenda: la medallista olímpica Lorena Miranda y el laureado Guillermo Molina. En parte puede ser porque estén bendecidas por el considerado por muchos expertos como mejor jugador de la historia de este deporte, Manel Estiarte, el ‘Maradona del waterpolo’ que hizo su mili ceutí en
Compañía de Mar. El mítico jugador manresano hizo el servicio militar en la ciudad autónoma y llegó a ponerse el bañador del CN Caballa. Así, ahora que se ha estrenado en los cines la película ‘42 segundos’ en la que se narra aquella dura convivencia de la selección que fue plata en los Juegos de Barcelona 92, El Faro repesca la curiosa historia de Estiarte a este lado del Estrecho de Gibraltar. Estiarte, que en esta superproducción española es interpretado por el actor barcelonés Álvaro Cervantes, fue el emblema de aquel equipo sometido a una dura preparación por el croata Dragan Matutinovic que cuatro años más tarde conquistaría el oro en Atlanta 96. Capitán además de santo y seña de aquella selección que mezcló de forma magistral a catalanes y madrileños para encumbrar a jugadores como el malogrado Jesús Rollán o el ahora televisivo Pedro García Aguado conocido por ‘Hermano mayor’.
El manresano ayudó al ceutí Guillermo Molina a impulsar su carrera dentro del waterpolo
Bastantes años antes el ‘Mozart de la piscina’ paseó su magia por Ceuta. El destino le reservó una mili en esta ciudad como a tantos otros famosos y deportistas, sin ir más lejos el goleador vasco Telmo Zarra o el boxeador Urtain. La suerte es que le tocara una ciudad waterpolista, donde el Club Natación Caballa (club que en 2021 cumplió 75 años) contaba ya con un cierto prestigio y cada vez más arraigo a nivel local. Estiarte es conocido a día de hoy por las generaciones más jóvenes por ser el fiel escudero de Pep Guardiola tanto en el FC Barcelona como en el Manchester City. Pero aquellos felices días ceutíes era todavía un deportista desconocido de una disciplina que años más tarde tendría gran impacto mediático con la selección que él mismo lideraría. En su estancia en Ceuta aprovechó para portar los colores del
CN Caballa y ponerse el gorro con el que a más de un aficionado dejaría boquiabierto este talento nato. De hecho, se sabe que llegó a disputar el Trofeo Ciudad de Ceuta que el club organizaba durante las Fiestas Patronales. En las imágenes de entonces que ha podido recuperar ‘El Faro’ se ve al atacante manresano formando como uno más del cuadro ceutí. Se ha comentado que Estiarte se quedó prendado en su día del joven Guillermo Molina, al que ayudó a impulsar su carrera deportiva. La conexión quiso que este caballa se convirtiera en su sucesor dentro de la selección española, el waterpolista que lideró el ataque español una vez se retiró Estiarte.
De sus anécdotas, destaca la tortuga muerta que se encontró en la playa
De las múltiples anécdotas que se llevó de la mili, el manresano recordó hace años en el periódico ‘El Mundo Deportivo’ que tuvo una experiencia que le marcó para siempre en su relación con el mar. Él se encontraba destinado en la casa veraniega de un general, “un buen sitio para hacer la mili, la verdad” apuntaba el waterpolista en esta entrevista del año 2000. Detallaba entonces que en invierno no había mucho que hacer pero en verano se organizaban cenas a las que asistían diferentes mandos del Ejército. Una de aquellas noches, avistaron un bulto sospechoso desde la orilla y como el general conocía la faceta de waterpolista y nadador de Estiarte lo mandó a comprobar que era. Una vez en el agua, asustado pues considera que el mar es un lugar complicado, apunta que cuando llegó hasta el bulto se encontró a una tortuga muerta mirándole a los ojos y la boca abierta. Tal fue el impacto que volvió nadando rápidamente hasta la orilla. Aunque, eso sí, el general y los otros mandos le pidieron que sacara la tortuga para fotografiarse con ella.