Casi a diario aparece reflejado en la prensa de Ceuta, Melilla, diarios nacionales y algunos extranjeros, el gran malestar creado por el cierre unilateral por Marruecos de sus fronteras con Ceuta y Melilla, que llevan ya más de seis meses cerradas. El primer efecto negativo que ello produjo fue que cientos de marroquíes quedaron atrapados en ambas ciudades, en muchos casos con situaciones verdaderamente tristes y dolorosas, como familias separadas incluso con niños pequeños a uno u otro lado de ambas fronteras. En Ceuta fueron acogidos en colegios, mezquitas y en La Libertad. Y en Melilla en la Plaza de Toros. Marruecos ha sido casi el único país en no admitir, en principio, el retorno de sus propios nacionales a los que el cierre cogió fuera, pues, aunque después los fue rescatando, lo hizo ya tarde y conforme a unas listas prioritarias, no se sabe con qué criterio acepción de personas.
Marruecos es un país soberano que puede cerrar sus fronteras cuando lo crea necesario por razones de seguridad y orden público, pero debiéndose sujetar al principio de reciprocidad y comportamientos humanitarios acordes con los Tratados Internacionales al efecto. Pero lo peor de todo, es que la gente sabe que el cierre de fronteras no se debió tanto a la pandemia de coronavirus que todos padecemos, como a su empeño deliberado de asfixiar económicamente a Ceuta y Melilla, mediante el estrangulamiento de sus economías, como lo acreditan múltiples hechos (desarrollo, ampliación y fortalecimiento del Puerto de Tánger Med cerrando el círculo de presión y aislamiento a Ceuta con una nueva Zona Franca creada en Castillejos, o puertos alrededor y haciendo lo mismo con los de Beni Ensar en Melilla y el nuevo de Nador, aparte de otros peones que Marruecos mueve hábilmente n el tablero geopolítico del entorno. Prueba inequívoca de ello se tiene en que, con fecha 14-07-2020, abrió sus fronteras marítimas y aéreas a todo el mundo, con la única excepción de Ceuta y Melilla que las ha dejado cerradas a cal y canto, habiendo cortado en seco la Operación Paso del Estrecho, salvo para quienes no utilizaran la ruta a través de España.
El mismo día que escribo, 23-09-2020, los medios informan que la policía marroquí tuvo que intervenir para disolver manifestaciones prohibidas de protestas por parte de transfronterizos en las poblaciones marroquíes de Rincón, Castillejos, M’Diq, Tetuán, e igualmente hace unos días en Nador, frontera con Melilla. Los ánimos están demasiado exacerbados y ojalá que el otoño no sea caliente, porque el descontento se va generalizando, al haber cortado también de raíz el porteo, o comercio “atípico”, sin dejar tampoco de pasar a los trabajadores que diariamente trabajaban en Ceuta y Melilla, dejándoseles de la noche a la mañana sin poder llevar el pan a su familia, sin que tampoco se les dé ninguna solución alternativa, según se quejan. Y hay del lado marroquí en ambas ciudades españolas unas 60.000 personas perjudicadas, siendo uno los mayores tráficos de transfronterizos en la Unión Europea (UE).
Marruecos no quiere ni oír hablar de paso de personas y mercancías por sus fronteras con Ceuta y Melilla, con su consabida cantinela de que son “ciudades marroquíes ocupadas”, pese a que, en el caso de Ceuta, lleva así 605 años y siempre ha existido dicho comercio transfronterizo tolerado entre ambos lados de la frontera, porque generaba trabajo, mercado, intercambio de bienes y recursos muy favorables a ambas partes. ¿Cuál es el verdadero fondo dl problema?. Pues que Marruecos pretende anexionarse ambas ciudades y siempre aprovecha las crisis de España para presionar sobre las mismas, ya se trate de crisis económica, de Covid-19 o debilidad española por cualquier motivo, a pesar de que ambas ciudades son de plena soberanía española, como consta recogido en numerosos tratados bilaterales y multilaterales firmados por diversos monarcas marroquíes, reconociendo varios de ellos expresamente la soberanía española de Ceuta y Melilla. Lo acredito en mi libro “Ceuta, pasado y presente”, que en 2009 me fue editado por el Instituto de Estudios Ceutíes. Extraña luego qué Marruecos no haya planteado jurídicamente nunca la cuestión de ambas ciudades ante las Naciones Unidas. Mejor dicho, lo hizo una vez, pero cuando vio que hasta países africanos votarían en contra, retiró el asunto.
Lo de las crisis, sucedió cuando Franco estaba moribundo (conflicto del Sahara); también cuando Marruecos en 1975 extendió sus aguas territoriales, extendiéndolas unilateralmente sin tener en cuenta que su medida vulnera claramente el Derecho Marítimo Internacional sobre la regulación de los Estrechos y las fronteras marítimas entre Estados con aguas superpuestas; de manera que sus aguas llegaban a encerrar Punta Almina y la misma Ceuta. Por su parte, España no trazó las suyas, y así nos va, que los barcos marroquíes llegan hasta la misma bocana del puerto ceutí, cuando no su propio rey haciendo ostentación con su yate real, lo que algún día puede crear un conflicto de dimensiones incalculables; o la presión recientemente ejercida por Marruecos en plena pandemia de coronavirus, incorporando como suyas las aguas de Canarias donde está el monte subacuático Copic, con grandes recursos minerales. Como se ve, siempre con su política de hechos consumados y su lema de “primero golpeo y después negocio”, desde posición preponderante, haciendo caso omiso de normas internacionales marítimas de obligado cumplimiento.
Paradójicamente, esas presiones las ejerce Marruecos aparentando – cuando le conviene – mantener buenas relaciones de amistad y buena vecindad con España, que luego significan todo lo contrario, a modo de como si un amigo se estuviera diciendo para sus adentros sobre otro amigo: “somos amigos, pero te la armo si no me das lo que pido”. Así, un día el supuesto amigo hace la vista gorda con las pateras que salen de sus costas traficando con inmigrantes; otro día su vista no alcanza a ver su playas llenas de narcolanchas que inundan España y Europa de drogas que descargan en el Campo de Gibraltar y demás costas españolas desde Huelva hasta Almería; otro día no se entera de los inmigrantes que desde su territorio saltan por cientos nuestras vallas arrojando excrementos y apaleando a la policía española; u otro día no quiere darse por enterado de cientos de niños menores que sabe que son suyos, pero que su Policía no los ve y, como van indocumentados, no admite le sean devueltos a Marruecos porque pueden ser apátridas. Y miles de mujeres marroquíes vienen a dar felizmente a luz al hospital de Ceuta, porque así es España de acogedora y generosa. Y todo eso sería estupendo, si no fuera porque en España también tenemos varios millones de españoles en pobreza severa, pero que si se les ocurriera ir a Marruecos pidiendo ayuda, allí seguro que les ajustarían bien las cuentas.
Recientemente, el Director de Aduanas del Norte de Marruecos aseguró a los medios que las fronteras de Ceuta y Melilla no han tenido nunca aduanas comerciales de despacho de mercancías, sino meros puesto de paso de efectos destinados al consumo de viajeros. Y es que, este buen hombre, todavía no ha querido enterarse de lo que bien sabe, que, en cuanto a Melilla, el Convenio entre España y Marruecos para el establecimiento de una aduana en su frontera, firmado en Tánger el 31-07-1866, recoge: Artículo 1º. S.M. el Sultán establecerá una aduana en la frontera del territorio de Melilla (…) Artículo 4º. Por la aduana de Melilla “se podrán importar y exportar todos los artículos de comercio que se importen y exporten por los puertos marroquíes”. Los artículos prohibidos por los puertos marroquíes se considerarán también prohibidos por la aduana de Melilla”. ¿De dónde se ha sacado este Director marroquí de Aduanas que Melilla sólo es un puesto aduanero para viajeros, si él mismo ha tenido delante documentos de despachos aduaneros de expediciones comerciales hasta el día de su cierre?.
Recuerdo que, en 2006, España donó a Marruecos 75 vehículos para utilizarlos contra los tráficos ilegales de inmigrantes y drogas. Los desembarcaron en Ceuta, donde estuvieron inmovilizados un mes, porque el país vecino se negaba a recibirlos por Ceuta, cuya españolidad no reconocía.
Así que, le fueron embarcados por la naviera Comarit y trasladados directamente por mar al puerto de Tánger. Y, sobre primeros de julio de 2019 volvieron a serle entregados “sólo” otros 384 vehículos nuevos donados, por importe de 140 millones de euros, tan necesitados por nuestras Fuerzas de Seguridad para la vigilancia de las costas españolas. Aunque esta vez fueron comprados directamente “a Marruecos, para donarlos a Marruecos”, así no ocurriría como los desatinos de 2006. Pienso, que los Estados, como las personas, deben tener un mínimo de decoro y dignidad, por debajo de los cuales nunca se debe descender.
El Estatuto firmado por Marruecos con la Unión Europea prevé el reforzamiento de relaciones comerciales próximas a la adhesión, la culminación de una Política Europea de Vecindad y un Plan de Acción de Vecindad UE-Marruecos, en los que se deben establecer acuerdos de libre comercio. Para ello, la UE destina recursos económicos muy sustanciosos de los que Marruecos es beneficiario, casi siempre valiéndose de España que le apoya y avala. Cuando el Protectorado, el 20-08-1953, Francia destituyó y deportó al rey Mohamed V, sustituyéndolo por el Sultán Mohamed ben Arafa. España se opuso a Francia y siguió apoyando a ultranza a Mohamed V. Cuando Abd el-Krim declaró al Rif independiente de Marruecos, pidió apoyo a España, no sólo se lo negó, sino que fue la que más lo combatió hasta derrotarlo. ¿Por qué Marruecos luego es tan desleal con España?.
La implantación de Aduanas por España en Ceuta y Melilla y de Marruecos fue un mandato dado por la Conferencia Internacional de Algeciras de 1906. Como desarrollo de tal mandato, por Real Orden de 11-03-1907, se crearon por España las antiguas Intervenciones de los Puertos Francos de Ceuta y Melilla, que por lo que se refiere a la Aduana de Ceuta, el puesto aduanero español del Tarajal fue autorizado como Delegación de dicha Intervención para la importación-exportación temporal de vehículos y para la importación-exportación a consumo y en tránsito.
El 28-06-2007 se conmemoró en Ceuta el Centenario de la creación de su Aduana y el V Centenario de la Aduana de Sevilla, celebrándose unas Jornadas conmemorativas en Ceuta, con asistencia de la Delegada Regional de Andalucía de la Agencia Tributaria, la Delegada de dicha Agencia en Ceuta, Dª Marisol Ferreras Ruíz, Jefe de Dependencia Regional y Provinciales de todas las Aduanas de Andalucía.
Fui invitado en mi condición entonces de Presidente de los Tribunales Económico-Administrativos de Ceuta y Melilla, para impartir una conferencia en el Palacio de la Asamblea, que versó sobre la Historia de Ceuta, entregándoseme una preciosa metopa metálica. Dichas Jornadas, fueron clausuradas por el Presidente autonómicp, D. Juan Vivas. Refiero tales datos como prueba de que la Aduana española en la frontera del Tarajal fue creada hace 113 años. La que nunca existió, es la marroquí, debido al incumplimiento de aquel Tratado por Marruecos.
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