Ocurrió el 1 de agosto y, ante las complicaciones, este viernes será operado del brazo. Hablamos de un niño de 9 años, vecino de Miramar Bajo, en Ceuta, que el primer día del mes jugaba tranquilamente en el parque de la barriada y le pasó lo que, a menudo, muchos vecinos de la zona presagiaban.
“Ni siquiera estaba corriendo o jugando, ni siquiera es que estuviera corriendo como una moto, no, de hecho justo salía de la zona de juego andando normal para ir a comprar a la tienda, cuando se tropezó, cayó y en la caída su muñeca y todo su brazo se torció”, relata su hermana, ya adulta, describiendo como pasó todo. Y es que, tal y como se aprecia en las imágenes, el suelo de la zona de ocio se encuentra en mal estado: roto, desnivelado, con partes salidas, espacios muy abiertos…
“¡Fíjate si está mal que yo misma, cuando voy por ahí con mis hijos, al levantarte corriendo porque se han caído o algo… yo misma me tropiezo!”, ejemplifica. Cuenta que, incluso, se están planteando denunciar a la Ciudad porque el causante de este accidente que le ocurrió a su hermano, y que le podría pasar hoy o mañana a cualquier otro niño, es culpa del estado del parque.
“Nos hemos informado y sabemos que lo mejor habría sido llamar en ese mismo momento a la Policía para que se tomara constancia del hecho, pero en ese momento con mi hermano con el brazo ‘colgando’, el susto, las prisas… en lo que menos piensas es en eso”, explica. Sin embargo, esa asesoría jurídica le está aconsejando emprender acciones, pues más allá de la caída y/o el susto del momento ahora el pequeño va a tener que pasar por una intervención quirúrgica después de la última valoración médica.
En los más de diez días que han pasado el niño, “que a pesar del dolor se ha portado muy bien”, ha continuado quejándose e incluso el malestar le ha quitado el apetito. Una situación que esta joven madre denuncia para que, “de una vez”, se tomen cartas en el asunto y los parques de la ciudad se mantengan en buenas condiciones.
Ahora ha sido su hermano, ahora ha sido en Miramar Bajo, pero tras visitar varias zonas de ocio también con sus hijos constata que el problema es generalizado.