Creo que pocos son los españoles desconocedores de que los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, están enterrados en Granada; pero igualmente creo que pocos también son los que conocen que tanto Fernando como Isabel nacieron y fallecieron en modestas localidades.
Así, el rey nació en Sos del Rey Católico, villa zaragozana, el 10-03-1452, y falleció el 23-01-1516 en Madrigalejo, localidad extremeña situada en la provincia de Cáceres, perteneciente a la comarca de Trujillo y próxima al Monasterio de Guadalupe, con algo más de 2.000 habitantes. El pueblo ha sido históricamente una encrucijada de caminos en el peregrinar hacia Guadalupe, hecho que seguro aprovecharon los Reyes Católicos en sus idas y venidas por Castilla. En Madrigalejo se cruza el llamado Camino Morisco y el Camino Romano, sendas históricas que llevan a la Puebla de Guadalupe a peregrinos y que durante siglos también llevaron y trajeron mercancías, ideas y gente del sur. Y la muerte sorprendió a Fernando el Católico en esta localidad, cuando iba camino a Guadalupe, según algunos cronistas se vio obligado a descansar aquí al sufrir un empeoramiento de su salud debido al uso y abuso de ciertos brebajes para garantizar su descendencia a su avanzada edad. Por tanto, el último testamento de Fernando está fechado el 22-01-.516 y en él le deja todas sus posesiones a su hija Juana I de Castilla; pero la regencia del reino la hace recaer en su nieto Carlos, futuro Carlos V. Dispuso que, provisionalmente, hasta la llegada de Carlos, la regencia recayera es su hijo natural Alonso, que actuaría como regente de Aragón y el poderoso Cardenal Cisneros lo haría como regente de la Corona de Castilla. Madrigalejo es el único pueblo cacereño que pertenece a la comarca llamada “Vegas Altas”, enclavadas en la provincia de Badajoz, aunque hay que aclarar que históricamente ha pertenecido – y todavía sigue perteneciendo - a la Tierra de Trujillo, habiendo sido sus tierras propiedad del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe hasta la desamortización de Mendizábal. El pueblo es famoso por ser el lugar de fallecimiento del rey Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico, y por haber otorgado en el mismo el testamento de sus últimas voluntades. Por su parte, la Reina nació en Madrigal de las AltasTorres (Ávila) el 22-04-1451, y falleció luego en Medina del Campo (Valladolid) el 26-11-1504. El próximo año, 2016, se cumplirá el 500 aniversario de la muerte de Fernando, para cuyo acontecimiento me consta, desde mi pueblo del alma donde estoy, Mirandilla, que ya se está preparando un espigado programa de actos en dicha localidad de cara a la rememoración aquel histórico evento. Como se sabe, Fernando fue rey de Aragón, Navarra, Sicilia, Cerdeña y Nápoles, Conde de Barcelona y cofundador con Isabel de la diarquía que vino en llamarse de los Reyes Católicos, título eclesiástico que le fue otorgado por el Papa Alejandro VI. La boda de Fernando con Isabel se celebró en 1469, a través de la cual se conseguiría la reunificación de los antiguos reinos de España, culminada después por ambos tras la reconquista por monarcas de Granada en 1492. Como también es conocido, los Reyes Católicos reinaron bajo el lema de: “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”. Y esa creo que pudo ser una de las primeras manifestaciones en España de afirmación del propio “yo” en la lucha de la mujer por el derecho a la igualdad con el hombre, no sólo en cuanto a la igualdad de género, sino también para conseguir la misma igualdad entre ambos reinos, de cuyo poder real compartido por igual Isabel fue una defensora a ultranza. El lema "Tanto monta", sin más, era el de Fernando, y hacía referencia al nudo gordiano que cortó Alejandro Magno (tanto monta significaba cortarlo o desatarlo). Cuando Isabel fue designada heredera en lugar de su hermano menor Alfonso, fue ella la que decidió con quien casarse y en tal sentido llegó a un acuerdo, o Capitulaciones de Segovia de 15-01-1475, estatuto que señalaría la creación de la verdadera diarquía, vigente, sin fisura alguna, aunque sí con diversas alternativas de influencia, hasta la muerte de la reina Isabel en el entonces lejano 26-XI-1504. Don Fernando alcanzaba así su segunda corona. Era también rey de Castilla de pleno derecho. Y es que Isabel tenía fuerte carácter y propia personalidad, y no estaba dispuesta a que la casaran con quien ella no quería. Primero trataron en la Corte de que contrajera matrimonio con el príncipe Carlos de Viana, pero ella se negó; después la quisieron casar con el rey Alfonso V de Portugal, que también lo rechazó por su mayor edad de 43 años; y, finalmente, quisieron que contrajera nupcias con el Duque de Guyena, hermano del rey Luis XI de Francia, e igualmente lo rehusó. Fue ella misma la que eligió a Fernando de Aragón que aun no reinaba, si bien, antes tuvieron que pedir una bula que le dispensara del impedimento de consanguinidad, ya que eran primos segundos, que se la concedió el Papa Sixto IV, aunque dicha concesión no estuvo exenta de cierta polémica. Pero, aun así, volvió a ponerse de manifiesto la recia personalidad de Isabel, ya que Fernando inicialmente tenía la idea de hacerla sólo reina consorte, porque todavía no la conocía bien y creía que ella simplemente iba a estar y pasar por su propuesta de que Aragón absorbiera a Castilla, es decir, que ésta se uniera, sin más, al Reino de Aragón, cosa que ella no consintió. De manera que ambos instauraron una Corona donde aparece ese dicho no solo para los Reinos, sino también para ambos cónyuges, Fernando e Isabel, bajo el lema de "Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”, que se cree le fuera sugerido a Fernando por el gran humanista Antonio de Nebrija. La empresa del yugo con el nudo gordiano cortado suponía también un juego cortesano, al comenzar «yugo» con «Y», que era la inicial con que frecuentemente se escribía el nombre de su esposa Isabel. Por entonces, era común en los juegos galantes adoptar una divisa que incluyera el nombre de la persona amada, como ocurría a su vez con las flechas de la reina católica, cuya primera letra era la «F» de su esposo Fernando. De este modo cada uno de los cónyuges recordaba a su pareja en sus propias divisas heráldicas que son las que se encuentran en muchas representaciones del escudo de los Reyes Católicos y que por ello aparecen en fachadas labradas de numerosos edificios construidos durante su reinado, desde finales del siglo XV y principios del XVI. Así, los jóvenes esposos, con prudencia, fortaleza y un recto sentido de justicia, fueron consiguiendo una paulatina consolidación de su poder futuro, contando con muy fieles y leales amigos y una popularidad creciente. Debido a la gran vinculación de La Casa de Alba con la monarquía de los Reyes Católicos, los Alba conservan gran patrimonio artístico del reinado de Castilla, entre ellos, 3 de los 36 testamentos otorgados por Fernando El Católico a lo largo de su vida y originarios de los años 1475, 1494 y 1516. Este último documento, firmado en Madrigalejo, concretamente un día antes de que el Rey de Aragón y Castilla falleciera, estará expuesto al público en El Legado Casa de Alba. Este último testamento de Fernando El Católico, otorgado en dicha localidad, tiene un especial significado histórico, ya que en él declara como heredera de todos sus dominios aragoneses a su hija doña Juana I y sucesora del reinado. Sería sustituida, en su locura, por su hijo, y nieto de don Fernando, el príncipe don Carlos, "para que en nombre de la dicha Serenísima Reyna, su madre, los gobierne, conserve, rija y administre", tal y como recoge la pieza. Quedaba en ausencia suya, como gobernador de la Corona y reino de Aragón, su hijo don Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza y su lugarteniente general en tierras aragonesas. La obra escrita señala también el deseo de Fernando El Católico de que su cuerpo fuera trasladado Granada y sepultado en la Capilla Real de la Catedral de la ciudad granadina. Entre la colección documental que puede admirarse en la exposición se encuentran algunas de las cartas autógrafas de Cristóbal Colón, de las que la Casa de Alba conserva la colección más importante. Entre otras curiosidades, puede leerse la preparación del primer viaje que hizo el Almirante descubridor en representación de los Reyes Católicos, el rol de marineros y el dibujo de su mano de la silueta de la primera isla que descubrió: la Española. En concreto, que fue en el pueblo de Madrigalejo donde el Rey Católico dejó estampada la firma de su última voluntad en el testamento que en él otorgó, y que el 23-01-2016 se cumplirá la importante efeméride histórica del 500 Centenario, no sólo de su disposición testamentaria sino también de su muerte (otorgó el testamento el día anterior de su fallecimiento). La Filmoteca de Extremadura ha proyectado en Cáceres un corto documental, denominado “Laudes, el testamento de Madrigalejo”, una obra que repasa este hecho histórico. Dirigido por Rubén García, el corto tiene una duración de unos seis minutos. El rodaje ha tenido lugar en Madrigalejo y en varios escenarios interiores de Cáceres como el Palacio de Carvajal o el Palacio Episcopal, así como en varios espacios naturales de la provincia. Al estreno de la cinta han acudido el coordinador general de la Presidencia y Relaciones Institucionales de la Junta de Extremadura, Juan Parejo; el presidente de la Diputación de Cáceres, Laureano León; el alcalde de Madrigalejo, Sergio Rey; el director del corto Rubén García y algunos protagonistas del mismo. Parejo ha explicado que el Gobierno regional invertirá 250.000 euros en la construcción del Centro de Interpretación de Fernando El Católico en la localidad. "Ya hemos firmado un convenio con el Ayuntamiento para que sea una realidad", ha declarado. Este nuevo centro, ha añadido, "pondrá en valor la importancia histórica de Madrigalejo y servirá de apoyo al producto turístico de la Ruta de Isabel la Católica", que se creó en 2014 en coordinación con 54 entidades extremeñas. "Este emplazamiento servirá, además, de complemento a la visita a la Casa de Santa María en Madrigalejo, declarada Bien de interés Cultural, donde falleció el Rey Católico". Uno de los principales atractivos para los turistas será "poder tocar una copia del testamento original donado por la Casa de Alba". Y, al parecer, también se está gestionando con la Diputación de Cáceres, una ruta turística hasta Guadalupe en la que se incluirán otros recorridos en Plasencia o Cáceres, relacionadas con los diversos enclaves extremeños que los Reyes Católicos visitaron en su reinado. Uno de los principales atractivos de la promoción turística será la de poder visitar quienes se acerquen a Madrigalejo la casa donde falleció Fernando y también poder tocar una copia del testamento original que el año pasado donó la Casa Alba, enlazando la visita con otra realizada al Monasterio de Guadalupe, donde el Rey Católico viajó durante sus últimos tres años de vida a varios lugares cacereños en los que poder disfrutar de un buen clima que le ayudara a mejorar su salud.
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