La fiscal general del Estado realza el papel del Ministerio Fiscal más ‘pegado’ al ciudadano.
La faceta más conocida del Ministerio Fiscal es el castigo al delito cometido, esto es la defensa de la ley, pero también engloba otras funciones asignadas constitucionalmente, como la defensa del interés de la sociedad y los derechos de los ciudadanos. Esa faceta más social, aunque no separada completamente del ámbito penal, es la que ayer puso en relieve la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, durante su intervención en las VII Jornadas Jurídicas de Ceuta. Su ponencia ‘La proyección social del Ministerio Fiscal’ cerró el primer día de estas jornadas que se clausuran hoy. En su intervención, Madrigal no dejó de lado su faceta reivindicativa, especialmente, en lo tocante a la falta de recursos en el Ministerio y en la Administración de la Justicia. Esta falta de medios que ralentiza la actividad judicial y alimenta la ‘fama’ de que en España la justicia es lenta. Por ello, Madrigal abogó por un gran pacto de Estado por la Justicia para permitir esa dotación de recursos que lleve a la justicia de nuestro país al siglo XXI.
La fiscal general del Estado reconoció que actualmente la sociedad está viviendo un momento “convulso” que obliga a los poderes públicos a enfrentar nuevos retos ante “un futuro impredecible”, pero no por ello hay que perder el optimismo, pues Madrigal sostuvo que el camino a seguir es “fomentar espacios de libertad, de debate... para identificar las afinidades, que son muchas, y limitar las diferencias, aportando soluciones que nos acerquen más al interés general”.
Madrigal recordó la Carta de Roma firmada en diciembre de 2014 por el Consejo Consultivo de Fiscales Europeos que enfatiza precisamente esa proyección social del Ministerio Público. Algo que para los fiscales españoles “no nos sorprende”, recalcó la fiscal general del Estado, pues en España el papel del fiscal ya está en ese camino desde hace años.
La especialización en diversos campos de actuación por parte de los fiscales ha facilitado ese desarrollo del papel social del Ministerio Público y que hace que hoy día se vea más cercano, más próximo al ciudadano. La percepción de los fiscales ya no solamente se ve desde un ámbito penal sino que se percibe, por parte de la ciudadanía, como un puente entre ésta y la Justicia.
Protección a los vulnerables
Madrigal expuso una visión panorámica de las actuales preocupaciones del Ministerio Público, fuera del ámbito penal estrictamente. Tales como la preocupación por la trata de seres humanos. En este punto destacó que el Ministerio Público tiene en marcha 330 investigaciones de trata de seres humanos, que aunque en Ceuta no hay una incidencia marcada sí, por su situación fronteriza, permite poder detectar precozmente a las posibles víctimas de trata cuando cruzan la frontera.
Una problemática que también afecta a menores de edad no solamente como víctimas directas de las organizaciones criminales de trata humana sino de manera indirecta en tanto sus madres pueden ser las víctimas también. La fiscal general del Estado recalcó la sensibilidad del Ministerio Público en esta lacra que, actualmente, es la segunda fuente de negocio ilícito del planeta, remarcó.
La protección de los colectivos más vulnerables de la sociedad es una de las funciones de la Fiscalía que ahora más se está enfatizando, gracias a la especialización de los fiscales. El papel del fiscal en materia de violencia de género no solamente se debe centrar en el acusado en un proceso penal, sino también ocuparse de las víctimas, “las grandes olvidadas”, señaló Madrigal. El papel del fiscal aquí adquiere una nueva perspectiva, sostuvo la fiscal general del Estado, en tanto que la dignidad de las víctimas pasa a un primer plano así como velar por la recuperación moral y material de la misma.
Los delitos medioambientales, la ciberdelincuencia, la protección de los menores de edad y los menores extranjeros no acompañados son otras de las preocupaciones de la Fiscalía en su faceta más social.
Pero el Ministerio Fiscal no solamente está próximo al ciudadano en estos asuntos, sino que también está ‘pegado’ a la actualidad misma y las problemáticas que aún desde otros ámbitos no se están abordando con la misma implicación que el Ministerio Público. Un ejemplo de ello es, tal y como calificó Madrigal, la preocupación del Ministerio Público por “situaciones extremas” como, por ejemplo, los niños transexuales, la maternidad subrogada, el tratamiento de los adolescentes con trastornos o la custodia compartida. En todos los casos, la fiscal general del Estado ve preciso una regulación más clara y más precisa para ofrecer mayores garantías.
Reflexión final: “La ley es lo que nos puede garantizar la libertad”
La ponencia de la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, finalizó con una reflexión con la libertad. Una palabra que ahora entre la clase política se utiliza con frecuencia, pero que, en opinión de Madrigal, es una palabra sobre la que hay que reflexionar. Lógicamente, la palabra libertad es “poderosa” por los sentimientos y emociones que despierta en los receptores, pero que vienen de boca de casi las mismas personas que después articulan mecanismos para “limitar esa libertad”. Por ello, la fiscal general del Estado se preguntó ¿cómo defender la libertad para todos? “La ley nos ampara y la libertad nos aprisiona”, recordó Madrigal al tiempo que afirmó que “la Ley es lo que nos puede garantizar la libertad”.
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