Madres en tiempos de confinamiento

Este domingo se celebra el Día de la Madre. Será un primer domingo de mayo diferente tras siete semanas viviendo en una realidad muy distinta a la de antes. Quizá este confinamiento haga que valoremos aún más si cabe este día y lo importantes que son las madres en nuestra vida. Ellas han tenido que cambiar sus rutinas y han pasado más tiempo con sus hijos. A muchas, pasar las 24 horas del día sin separarse de sus hijos les ha servido tanto para descubrir lo agotador que puede llegar a ser como lo maravilloso que resulta. Así lo cuentan Patricia, Nasiha y Gloria, tres madres ceutíes en tiempos de confinamiento.

Algunas de estas madres han tirado de imaginación más que nunca y se han reinventado cada día. La tecnología les ha ayudado para intentar compaginar trabajo, crianza y deberes. Todo sin salir de casa, sin guardería, sin colegio, sin instituto y sin la ayuda de los abuelos. Una mezcla que ha hecho que todas compartan una misma sensación: “Al principio fue muy estresante, pero poco a poco nos hemos ido acostumbrando”.

Patricia Pozo Gaona, una ceutí de 35 años y madre de un niño de cinco años y de una niña de un año, suspira profundamente al teléfono cuando le preguntan cómo han sido estos dos meses. De fondo, se escucha a sus hijos “revueltitos” porque “con el calor que está haciendo ya” hoy tocaba hacer cambio de armario. A esta maestra de música del Colegio Público Ramón María del Valle Inclán al principio se le hizo un poco cuesta arriba el compaginar su trabajo con el hecho de ser madre de dos niños tan pequeños. “Ha habido momentos de desesperación, pero al final nos hemos adaptado. La primera semana fue muy estresante”.

Desde que comenzó el estado de alarma, Patricia ha tenido que buscarse la vida para poder mandar las tareas a sus alumnos, que van desde los tres años hasta sexto de Primaria, y entretener a sus dos hijos. “Al final doy clase prácticamente a todo el cole y claro es complicado preparar tareas, grabarme dando clases para que ellos me sigan, grabarme cantando canciones o tocando la flauta para intentar hacerlo lo más parecido a las clases presenciales y que ellos tampoco pierdan. Todo eso, con los niños en casa es más complicado y teniendo que entretenerles a ellos también y hacer algunas dinámicas que le mandan a mi niño (de 5 años)”, cuenta esta ceutí a la que el confinamiento le ha obligado a convertir el salón de su casa en su particular oficina y parque de juegos para los niños.

Además, esto ha supuesto que también tuviera que ponerse al día en cuanto a las nuevas tecnologías se refiere. “Al principio ha sido muy estresante. Les mando tareas a todos los niños y luego me las devuelven y tengo que corregirlas. O sea que, el trabajo se ha multiplicado”, ha continuado, su pareja también es maestro y se organizan para poder cumplir con su trabajo y con su papel de madres. “Los dos hemos tenido que ponerlos las pilas en cuanto a plataformas, cómo subir vídeos, qué plataformas es mejor, contestar los correos electrónicos, whatsapps y telegrams de los padres. Las primeras semanas fue una locura y muy muy estresante. Casi todas las semanas me veo que es la una de la tarde y no he podido mandar la tarea mis niños. Al principio me agobiaba mucho, pero ya nos vamos haciendo a la situación. Además, mis niños no duermen siesta ninguno de los dos y están a tope todo el día, entonces ha sido un poco agotador, pero bueno bien porque he podido pasar más tiempo con ellos”, reconoce desde su casa.

Seguro que algún detalle también recibirá Nasiha Hamad, una de las empleadas de la pastelería ‘Obrador Ibrahim’, que aunque nació en Málaga ya lleva más de tres años viviendo en Ceuta, donde ha formado su familia junto a su marido. Su hija de 3 años y su niño de año y medio son caballas. La malagueña nos cuenta que se huele que habrá alguna sorpresa, aunque “estarán esperando a la tarde, así que me estoy haciendo la tonta”.

Nasiha, aunque “voy a la carrera como siempre”, se considera una súper mamá, aunque “no tanto” porque es sincera y reconoce que tiene la “gran suerte” de que tiene en su casa a su madre y a su hermana, que no vive en Ceuta pero “le pilló aquí el confinamiento”, para que le echen una mano. “Menos mal porque si no sería imposible compaginar el trabajo, la casa, los niños y todo. Salgo a las cuatro de trabajar e intento jugar con ellos, como estamos en Ramadán me tengo que meter en la cocina para preparar todo, después los baño, les leo un cuento o juego con ellos”, confiesa.

Por ello, en su día libre y en el Día de la Madre, Nasiha no ve mejor forma de celebrarlo que con ellos, por lo que como “ahora gracias a Dios podemos salir a dar un paseo para que descarguen adrenalina y demás”, será lo que hagan esta tarde. “Hace buen día y se lo han ganado porque se han portado muy bien. Además, mi niña de tres años está pendiente de todo, me recuerda siempre que tengo que llevarme la mascarilla y cuando llego me dice que hasta que no me duche no puedo ir a verla. Este es un día para disfrutar de ellos, que parece que no, pero crecen muy rápido. En estos dos meses les veo que las ropas que se les están quedando cortas”, comenta entre risas.

Gloria De Félix Gómez no nació en Ceuta, aunque se vino con siete meses y sus hermanos sí que nacieron aquí. A pesar de que se fue de Ceuta con 22 años, se considera caballa. Desde hace 25 años vive en Almendral, una pequeña localidad de unos 1.200 habitantes al sur de Badajoz, donde formó su propia familia, aunque conserva muchos familiares y amigos en nuestra ciudad. Estos días Gloria ha tenido “más jaleo que nunca” pues trabaja como cajera “y haciendo un poco de todo” en un supermercado de Almendral.

Desde que comenzó el estado de alarma, sus dos hijas, Claudia y Blanca, de 12 y 10 años respectivamente, “no han vuelto a ir al Instituto ni al Colegio”, pero al vivir en el campo “tienen espacio y lo están llevando muy bien porque pueden andar, salir y jugar con total libertad”. Además, “como ya son mayores” están entendiendo bastante bien la situación y “tampoco dan mucho castigo” a su madre.

A pesar de ser un pueblo pequeño y con pocas posibilidades para hacer un regalo en este Día de la Madre, a Gloria sus hijas le han regalado unas bonitas flores y “muchos besos y abrazos”. Ese, sí que es un buen regalo.