Sony aún tiene los derechos de la franquicia del spiderverso. Todo lo relacionado con Spider-Man tiene que pasar, para desdicha de Disney y hasta que finalice su contrato, por su aprobación (y sus arcas). Salvo colaboraciones puntuales entre ambas compañías, la propia Sony es la encargada de las producciones y explotaciones asociadas al popular personaje y también de su distribución.
Esta película es la última intentona de explotar la gallina de los huevos de oro, tras explorar en las previas y con éxito el mundo de la animación para todos los públicos. Pero, y aquí comienzan los problemas, Madame Web no tiene ni la sombra de popularidad de Spider-Man, sobra decirlo, porque de hecho se trata de un personaje irrelevante en el universo Marvel y terciario en la órbita del trepamuros. Además de tratarse de una película poco afortunada y de escaso aporte, en realidad no se trata de una película de superhéroes, y los personajes enmascarados sólo salen muy tangencialmente en el metraje, para desconcierto de aquellos que esperasen lo que se ha vendido con especialmente mal tino. La idea es la de contar los orígenes de esta “superheroína”, a la que los fans recuerdan de las viñetas como una anciana ciega en silla de ruedas con el apreciado don de la clarividencia.
Además de las expectativas no cumplidas de los marvelitas, el guion bastante lineal, flojo en sustancia y absurdo en detalles que por simplones rozan el ridículo, la película como tal, separada de la parafernalia superpoderosa, tampoco carbura en absoluto.
Con un inicio más prometedor de lo esperado, la cosa empieza a desinflarse progresivamente hasta acabar en el subsuelo. No ayudan tampoco las insustanciales interpretaciones dietéticas, cuyo reparto está encabezado por Dakota Johnson (la hijísima de Don “Corrupción en Miami” Johnson y Melanie Griffith), tan lánguida como acostumbra en su papel principal de esta paramédica con capacidad de saber lo que va a ocurrir en un futuro próximo a su alrededor.
Nada menos que cuatro guionistas, incluida la directora S.J. Clarkson, han intervenido en esta historia que al poco de comenzar ya deja clara su realidad, que no es otra que el hecho de que no tiene demasiado que contar, haciéndole un gran favor a los defensores del argumento de que el género hace tiempo que sufre la enfermedad de la sobreexplotación, con el consiguiente agotamiento del producto y por ende del hartazgo del espectador.
Pretende ser el proyecto una muestra de empoderamiento femenino, asunto que más o menos cala porque es cierto que no necesitan figuras masculinas a su alrededor para hacerse con la luz de los focos, aunque lo de ser mala de solemnidad no ayuda precisamente a la causa.
Pero lo realmente indignante de esta Madame Web, lo que atiza a los ojos directamente y no admite interpretaciones o discusión, es la indecente inclusión de marcas publicitarias (que como es lógico no van a tener cobijo en estas líneas y no serán mencionadas) en todo el metraje, que nos inyectan en primer plano. Que a buen seguro aligera el coste y que se pasa de la raya de lo subliminal. Hay que hacerse mirar el cine de usar y tirar, porque con la tendencia general a la baja de la industria, acabará siendo sólo la segunda parte de la definición. Parece mentira ya que va de eso, tan poca previsión de futuro inmediato…
Puntuación: 3
Dirección: S.J. Clarkson. Año: 2024. País: USA. Duración: 116 min. Género: Fantástico. Ciencia- ficción. Cómics. Superhéroes. Marvel. Intérpretes: Dakota Johnson, Sydney Sweeney, Emma Roberts, Isabela Merced, Adam Scott, Celeste O'Connor, Tahar Rahim, Mike Epps, Kerry Bishé, Zosia Mamet, José María Yazpik, Kathy-Ann Hart. Guion: Matt Sazama, Burk Sharpless, Claire Parker, S.J. Clarkson. Historia: Kerem Sanga, Matt Sazama, Burk Sharpless. Música: Johan Söderqvist. Fotografía: Mauro Fiore. Productora: Sony Pictures, Columbia Pictures, Marvel Entertainment. Distribuidora: Sony Pictures. Estreno en España: 14 febrero de 2024.