El Premio Manuel Olivencia, del Colegio de Abogados, inicia su andadura distinguiendo un trabajo sobre este análisis genético en el proceso penal
Mª Victoria Álvarez Buján recibió ayer el Premio Manuel Olivencia, en su primera edición, por el trabajo ‘La Prueba de ADN en el Proceso Penal: Sus entresijos desde la óptica del Ejercicio de la Abogacía’ coincidiendo con la celebración de las VIII Jornadas Jurídicas de Ceuta. La galardonada es investigadora predoctoral de Derecho Procesal de la Facultad de Derecho del Campus de Ourense de la Universidad de Vigo. Su trabajo, distinguido de entre los 26 que concurrieron a este Premio que inicia su andadura, generó “ilusión” a la ganadora además de suponer un “importante aliciente” para continuar trabajando en la recta final de la preparación de su tesis doctoral.
Álvarez felicitó al Colegio de Abogados de Ceuta, organizador del certamen, porque el fomento de estas iniciativas es positivo al permitir a profesionales del ámbito jurídico presentar sus trabajos con interés no solo académico, sino también práctico. Pero, sobre todo, destacó la premiada por el tema de su trabajo de tesis, “lo fundamental reside en que permite promocionar a Ceuta como un punto de encuentro de interés jurídico, lo cual es muy importante y máxime en los tiempos que corren”.
En relación a la temática del trabajo distinguido con el Premio Manuel Olivencia, Álvarez señaló que engloba una vertiente jurídico-práctica muy relevante que plantea muchos problemas no solo en ámbito judicial, sino policial y que, opinó, “debe ser más estudiada, analizada y conocida por los distintos operadores jurídicos porque solo conociendo cuáles son los entresijos de este tipo de prueba, se puede garantizar un ejercicio del derecho y defensa con todas las garantías y asegurando que se preserven otros derechos como el la intimidad genética, a la autodeterminación informativa o al de la presunción de inocencia”.
Este análisis genético sigue una línea in crescendo ya que, valoró la agraciada, cada vez se practican más tanto en el ámbito del proceso penal como en procesos de filiación, incluso de líneas novedosas como la investigación biomédica que, desde una perspectiva jurídica, todavía es incipiente su estudio.
Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, presente en el acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio Autonómico, resaltó del trabajo de Álvarez que incida en una aspecto “tan innovador, interesante e importante para la buena práctica procesal como es la utilización del ADN en la investigación procesal penal y toda la complejidad que trae consigo”. Catalá alabó que haya jóvenes investigadores en la universidad española y la administración de Justicia en su conjunto que se dediquen a la “reflexión, al análisis, la investigación y a la aportación doctrinal que es otra de las garantías de que tendremos seguro, en el futuro, un buen marco normativo y una garantía de los derechos y las libertades de todos los españoles”.
La utilización de las técnicas de investigación del ADN para la identificación y esclarecimiento de la comisión de los delitos, señaló el ministro, “nos sitúa en un plano de un verdadero desafío como es la modernización del Derecho”. Una “asignatura pendiente”, como lo calificó Catalá, “en la que hay mucho camino por andar, consensuar pero, seguramente, las aportaciones de los jóvenes investigadores nos permiten encontrar luz en un camino hacia el futuro”.
En el Salón del Trono coincidieron ayer, como apuntó el miembro del Ejecutivo de Mariano Rajoy, el reconocimiento a un extraordinario jurista y abogado como Francisco Olivencia y el otorgamiento de un premio a una joven investigadora, por lo cual dio la enhorabuena al Colegio de Abogados de Ceuta, “con una junta de Gobierno mayoritariamente femenina”. Una felicitación que amplió a la labor del órgano colegial en la Abogacía institucional y por su “mejora de la profesión, la defensa de los derechos de los ciudadanos, la atención a las personas con menores recursos, cualificando a los abogados y siempre en defensa y reivindicación de un mejor Derecho y una mejor Justicia”.
En cuanto al nombre con el que el Colegio bautizo a su Premio, Manuel Olivencia, Catalá consideró un acierto la “atribución a uno de los mejores juristas de nuestro Derecho, maestro de generaciones de juristas, mercantilistas en particular, y persona destacadísima en el mundo del Derecho que tengo el placer de disfrutar de su conocimiento y sabiduría a través de la Comisión General de Codificación”.
Fue el propio Manuel Olivencia quien felicitó al Colegio por la iniciativa del Premio, el “honor y generosidad” que supone que lleve su nombre y deseó que “augure muchos éxitos” para la ganadora de esta primera edición. Con este certamen, “el Colegio fomenta el estudio del Derecho a través de artículos de investigación con interés práctico y, aunque no hace falta decirlo, la ciencia del Derecho es una ciencia para la práctica y, si prescinde de esta última, se queda en mero conceptualismo”, expuso Olivencia. El docente, investigador y jurista agradeció a las autoridades, en especial al presidente de la Ciudad, el “apoyo, colaboración y patrocinio” de este Premio al que deseó: “Más larga duración que mi vida”. La decana del Colegio, Isabel Valriberas, se encargó de dar lectura al acta de resolución de esta primera edición en presencia de integrantes de la Junta de Gobierno, compañeros y autoridades.