Todos se han volcado por ayudar a una gata que recibió un fuerte impacto que le partió la mandíbula
Toto es una
gata callejera que hace una semana sufrió una brutal agresión que le fracturó y desplazó la mandíbula, impidiéndole cerrar la boca. Sus cuidadoras la encontraron vagando con una dolorosa expresión en la cara e incapaz de articular movimiento alguno. Sin embargo, el terrible sufrimiento de esta gata no fue óbice para que continuara demostrando su cariño hacia las personas que la cuidan. “Me vio y se vino hacia mí para rozarse y buscando mimos como siempre hace”, explica una de sus cuidadoras, Blanca Guerrero. Aunque se desconoce el origen de esta lesión, todo apunta a que pudiera ser obra de un adulto que pateara o golpeara al animal hasta provocarle la grave rotura. “Ha tenido que ser un hombre con mucha fuerza para provocarle tanto daño”. Sociable y cariñosa, la gata se acerca a todos en busca una caricia y un mimo. Pero hace una semana se equivocó de persona y sólo recibió un violento desprecio que le provocó una dolorosa deformación que le impide alimentarse y llevar una vida normal. “La hemos tenido que alimentar con una jeringuilla porque sola no podía comer ni beber. Lo ha pasado muy mal porque lloraba de dolor, pero aún así no ha dejado de ser cariñosa porque es una gata muy buena”, comenta Isabel María Vega, quien la ha tenido en acogida durante los últimos días. La clínica Morey llevó ayer a cabo la complicada y dolorosa intervención quirúrgica con la que corregir la rotura y la luxación. Pero antes de llegar a este momento, Toto fue diagnosticada con un escáner nuclear que recoge imágenes en tres dimensiones. Es único en Ceuta y tan sólo hay 30 en toda España. “Aquí se pueden diagnosticar cosas que no se pueden ver con la radiología, tanto tradicional como digital, que habitualmente se ha venido usando”, apunta el veterinario Alfonso Morey. El escáner se aplica en los campos de la Oncología, Traumatología y Neurología, permitiendo apreciar con total exactitud el lugar concreto de la dolencia. “En este caso, en la radiografía en dos dimensiones intuíamos el problema, pero con la exposición en tres dimensiones determinamos exactamente dónde está el problema para poderlo resolverlo”. Tras una primera intervención en la que se corrigió la luxación que impedía a Toto cerrar la boca, la gata deberá volver a pasar por quirófano en una semana para terminar de reparar la zona fracturada. Morey se muestra optimista acerca los resultados finales, aunque es consciente de las secuelas que implica una lesión de esta magnitud. “Aspiramos a que se recupere al cien por cien. Pero las complicaciones de una lesión así pueden venir por el nervio facial, ya que el mismo golpe podría haberlo afectado y sufriría una parálisis facial, de la que irá recuperándose poco a poco”. Aunque la clínica Morey colabora en este caso con una considerable rebaja en el tratamiento de Toto, las personas que conocen a esta cariñosa gata han iniciado una recogida de fondos para sufragar los gastos. Todo aquel que quiera ayudar a devolverle a Toto su vida anterior, puede hacerlo dejando su aportación en la clínica o bien a través del facebook Blanquiita Guerrero Heredia. A Toto le queda tiempo por delante para recuperarse de esta terrible vivencia y por qué no... para encontrar un hogar donde nadie pueda volver a hacerle daño.