Ayer me levanté con unos fuertes dolores en la espalda. Me tenía amargado ya que casi iba encorvado por todo el pasillo. Mi tarea diaria de sacar al perro a la calle fue una labor bastante delicada ya que el pobre animalito es bastante bruto y quiere ir de un lugar a otro al trote. Y este día no era para estar haciendo tonterías.
Mi mujer me dio una pastilla de su botiquín particular y creí estar curado. Llame a un amigo y nos fuimos a andar un ratito. Cuando llegamos a la altura de la Ribera lindando con el caballa en la escalera antigua le dije a mi acompañante que le iba a hacer unos largos en carrera a la playa mencionada y me dio su bendición ya que iba a observar los pescados que hubiera ese día en plaza por si le venía bien adquirir algo.
Me puse pie en marcha y me estuve probando poco a poco, viendo que todo iba bien hice tres largos por el centro de la playa y luego una vuelta por arriba, en el cemento para entrar poco a poco en el estado de normalidad. Subí por las escaleritas que dan a lo del pescado y me recorrí todo sin ver a Luis hasta que llegue a la altura de la cafetería que hay al revolver de los puestos del pescado, en el mercado central, y allí estaba dando buena cuenta de unos churros redondos, de patatas, como le llaman y un cafelito descafeinado de máquina. Lo dejé con su estado de deglutición para seguir andando y no enfriarme.
Allí me encontré a mi mujer que le dije que había tenido una confesión de mi colega en mis andanzas matutinas que le había costado mucho trabajo de sacar de su cuerpo unos detritos y que incluso le habían producido un poco de sangre. Me aconsejo que comprará el 36 que le llaman la sangre o el 86 que es la mierda y fui a buscar una figura típica en Ceuta, las vendedoras de una rifa popular en Ceuta que gracias a su venta dan de comer diariamente a muchas personas que tienen para el sustento de su familia un pequeño jornal que es producto de la imaginación de la Cruz Roja de Ceuta, las loteras, que pudieran tener alguno de los números.
Al final encontré el 36 . Pero por la tarde me enteré que había salido el 25. ¿fue mala interpretación?. Ya que cuando llegue de trabajar sobre las 10 de la noche me tenía una disertación mi mujer donde en resumen me dio a entender que lo que había dicho mi amigo era que había celebrado la expulsión de las sobras de la digestión mi querido amigo de fatigas y por eso había salido el 25. Como si a mi me importará algo. Hombre algo si me dolió ya que la inversión aunque pequeña pero había existido. Era una forma de tentar a la suerte y no lo había conseguido. Pues otro día será.
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