“Los veterinarios de Ceuta están al nivel más alto de la UE”

Los profesionales de la Veterinaria celebran hoy su Día Mundial, una efeméride que reconoce el trabajo de los especialistas en el cuidado animal pero también en parcelas como la seguridad alimentaria o medioambiental.

Arturo Murcia preside el Colegio de Veterinarios de Ceuta, que  cuenta con 12 profesionales clínicos en activo y otros tantos prestando servicio en la Administración (seis en la Ciudad Autónoma, tres en la Administración General del Estado y tres en las Fuerzas Armadas). Otros tres están desempleados.   
­–Se suele asociar el cuidado y el respeto hacia los animales con los avances logrados por las sociedades más desarrolladas. ¿En qué punto de esa relación nos encontramos en Ceuta?
­–Ceuta no es ajena a la evolución que en la sociedad se está produciendo en cuanto al respeto y bienestar de los animales. ¿En qué nivel nos encontramos? Es difícil de decir, en principio no observamos diferencias significativas con el resto del Estado, sobre todo si nos atenemos a la afluencia a los centros clínicos veterinarios en las Campañas de Vacunación Antirrábicas y al volumen de denuncias que sobre el particular tienen entrada en la Administración competente, que es la Ciudad Autónoma. Que hay que mejorar, sin duda.
–Por regla general, al hablar de cuidados veterinarios se nos vienen a la cabeza perros y gatos, pero imagino que el día a día abarca muchas más especies...
–Claro, en principio estas son las mascotas más habituales en los hogares, sin embargo desde hace ya algún tiempo el incremento de animales exóticos y/o silvestres de compañía ha supuesto una pequeña revolución en la atención clínica veterinaria; aves, reptiles, anfibios, roedores, mustélidos, peces e incluso insectos y arácnidos… que  han exigido de la profesión una actualización tanto en el conocimiento de la biología y patologías de estas especies como en los medios para su atención clínica. Sin olvidar otras como los équidos (caballos…) y otros animales domésticos de producción (vacas, cabras, ovejas, cerdos, gallinas…) e incluso de vida salvaje (cetáceos y tortugas marinas…) que pudiesen necesitar de nuestra atención. La ganadería en nuestra Ciudad, por razones obvias, supone una actividad con escasa presencia.
–Pero el trabajo del veterinario no se centra solo en la atención a mascotas. ¿Cuáles son el resto de tareas que cumple el colectivo?
–Además de lo ya reflejado en la pregunta anterior en referencia a la atención clínica a mascotas y otros animales, la profesión veterinaria abarca distintas facetas, unas del ámbito de la Salud de los Animales y otras en el de la Seguridad Alimentaria y Medio Ambiental. Igualmente los profesionales veterinarios pueden circunscribirse al ámbito profesional privado y al público, en cualquiera de las materias referidas. Pudiendo concretar dentro de la función pública los siguientes cometidos: los correspondientes a la Salud Pública como el control de las zoonosis (enfermedades de transmisión animal hacia el hombre) y el de la Seguridad Alimentaria (control oficial de establecimientos y productos alimentarios, así como de las toxiinfecciones transmitidas por los alimentos) y todo esto tanto de competencia autonómica (Servicios Veterinarios de la Ciudad Autónoma) como nacional (servicios de Sanidad Exterior y de Sanidad Militar). En el ámbito privado las tareas son similares, aunque siempre dentro de la relación cliente/profesional. Otro campo como el de la Sanidad Ambiental también es objeto de la profesión, sobre todo en aspectos relacionados con el impacto ambiental que determinadas instalaciones de la industria agroalimentaria y la ganadería pudieran ocasionar así como en el control y tratamiento de plagas.
–En los últimos meses se han registrado demasiados casos de ataques a animales callejeros, sin propietarios. ¿Hacen falta más campañas de concienciación?
­–E­n principio no nos consta un incremento de agresiones a animales callejeros; aún reconociendo que se dan casos de este tipo, no son datos que hayan producido alarma alguna. Es cierto que hay determinadas zonas del campo exterior y de la periferia urbana donde existen pequeños asentamientos crónicos de perros callejeros o asilvestrados, de muy lenta y difícil erradicación, que en ocasiones pueden dar lugar a alguna agresión y la consiguiente alarma momentánea que, sin dejar de restarle la importancia , debemos decir que están permanentemente en el punto de mira de los servicios oficiales de control animal.
–Pese a todo, ¿sería necesario endurecer las leyes que sancionan el maltrato y el abandono, como ocurre en otros países?
­–Las leyes que persiguen y castigan el abandono existen, lo que ocurre es que no siempre es fácil ni posible relacionar animales abandonados con propietarios, sobre todo cuando se trata de camadas que han nacido ya en esta situación y por tanto carecen de sistemas de identificación animal. En cuanto a la dureza de las sanciones, en principio puede parecer que a mayor sanción menos infracción, pero la realidad es tozuda y siempre suele llegarse al mismo tipo de conclusión: es preferible esforzarse en la educación de la población, sobre todo de los más jóvenes. Aún así, las sanciones sí que han ido endureciéndose, aunque no siempre al ritmo que muchos quisieran.
–¿Es el abandono de mascotas uno de los principales quebraderos de cabeza para los profesionales que tratan a diario con animales? ¿Es difícil concienciar a los propietarios de que un animal no es un juguete del que se pueda desprender cuando le apetece?
–Está claro que el abandono de animales es un problema grave en sí mismo, sobre todo para la administración pública responsable de su control. Las campañas de concienciación ciudadana siempre son importantes y por tanto nunca están de más, de hecho y al hilo de lo que hablábamos antes, el Colegio Oficial de Veterinarios colabora activamente y desde hace ya más de diez años con la Consejería de Educación en la Guía Educativa Ceuta te Enseña, realizando numerosas visitas a los centros escolares de la Ciudad que lo demanden para intentar inculcar de una forma amena en los más jóvenes los principios fundamentales que deben regir la tenencia responsable de mascotas. Precisamente, en cuanto al concepto de que “una mascota no es un juguete”, éste es uno de los mensajes que desde el inicio de esta colaboración ha tenido mayor presencia, quedando reflejado incluso en el material impreso que se entrega a cada alumno en forma de carpeta, por cierto de atractivo y didáctico diseño. Mención aparte merece el tratamiento del término propietario; la propiedad significa algo más que el simple hecho de la adquisición u adopción de una mascota, es un acto de responsabilidad: sobre la existencia de un ser vivo que va a depender enteramente de nosotros, que tiene unos derechos inherentes a su propia naturaleza que debemos atender y respetar y por supuesto sobre la sociedad en que vivimos y con la cual el conjunto propietario-mascota va a interactuar de forma significativa. Por último, señalar que siempre hay opciones si alguien no puede o simplemente no quiere continuar manteniendo su animal de compañía antes de abandonarlo a su suerte: buscar otro propietario, entregarlo a los refugios de las protectoras, a los centros de recogida de las administraciones...; hoy por hoy son muy pocos, y siempre por causas debidamente justificadas, los animales que en último extremo deben ser eutanasiados. Los propietarios y la población en general, deben tener la plena seguridad de que dicha medida extrema solo se lleva a cabo en situaciones igualmente excepcionales.
–En ‘Change.org’ hay en marcha una campaña para reclamar a las compañías navieras espacios compartidos para pasajeros y mascotas. ¿Cree justificada la petición? ¿Son adecuados los habitáculos actuales?
–El tema de las navieras y las mascotas viene siendo recurrente desde hace mucho tiempo. Es cierto que la tendencia actual, que compartimos, es la de que los animales de compañía, sobre todo perros por cuestiones obvias, puedan compartir los mismos espacios que sus propietarios y, por tanto, los barcos de pasajeros no iban a ser una excepción. Ahora bien, como todos sabemos los animales en determinadas situaciones, como espacios poco amplios, con mucho ruido, movimiento continuo de personas, muchas veces niños corriendo, pueden tener reacciones imprevistas, incluso desconocidas hasta ese momento por sus propietarios, pudiendo dar lugar, no ya a agresiones, que también, sino a situaciones de conflicto que pudieran derivar en consecuencias, cuando menos, desagradables. ¡Ojo!, también merecen el debido respeto aquellas personas que sienten temor o incluso pánico por los perros o simplemente no les gustan nada. Un barco de pasajeros sería el escenario descrito. Por tanto, perros en los salones sí, pero además de con la documentación sanitaria en regla y debidamente limpios y desparasitados, con correa corta según tamaño del animal y bozal. Creemos que se debe empezar poco a poco y convenciendo de la responsabilidad y educación de los propietarios de mascotas antes de generalizar situaciones que pudieran derivar en un descrédito sobre los mismos. En cuanto a la idoneidad de los habitáculos actuales, sin haber hecho una inspección exhaustiva de los mismos, solo con los que hemos podido apreciar en algunas embarcaciones, manifestar nuestro rotundo rechazo.
–¿Cuántos animales hay censados en estos momentos en Ceuta? ¿Están sometidas todas las especies a la obligatoriedad de inscribirse en un registro, como ocurre con los perros?
–En la base de datos de identificación de animales de Ceuta SIACE, propiedad de este Colegio Profesional, se encuentran censados actualmente unos 8.150 animales, de los cuales perros son unos 7.000, unos 1.000 gatos, unos 110 caballos y unos 40 animales más entre hurones, aves psitácidas, conejos, porcinos... Solo están sometidas a identificación e inscripción obligatorias los perros, gatos y hurones. En el caso de los équidos, también son obligatorias pero a través de una base independiente de la anterior que está en proceso de configuración. En el resto, la identificación y registro son voluntarios.
–En el caso de los perros, por ejemplo, ¿qué porcentaje acude a las campañas de vacunación que pone en marcha la Ciudad?
–El porcentaje de vacunación antirrábica en los perros suele andar entre el 70 y el 85%, y el pasado año rondó el 80%, lo cual es más que aceptable dada la situación epidemiológica de la Ciudad respecto a la Rabia.
–¿Cree que está valorada la profesión? ¿Cuál es el nivel del sector en Ceuta?
–En general podemos pensar que sí, sobre todo si tenemos en cuenta la creciente demanda de plazas para ingresar en las Facultades de Veterinaria, lo que indicaría que, cuando menos, resulta atractiva a los jóvenes. Sin embargo, luego apreciamos un enorme desconocimiento sobre la labor que realizan estos profesionales, tanto en lo amplio y complejo de sus cometidos, como por la gran repercusión en la vida real de la sociedad que tienen sus intervenciones. La Veterinaria es una profesión eminentemente sanitaria y así lo recoge el ordenamiento jurídico vigente y esta labor sanitaria, además de sobre la Sanidad Animal, se realiza en el ámbito de la Salud Pública dentro de los sistemas de prevención de la enfermedad, como ya vimos anteriormente: el control de las zoonosis y la Seguridad Alimentaria, precisamente lo más desconocido y valorado de la profesión. Sin duda, con total rotundidad podemos decir que en cualquiera de las parcelas que nos competen, los profesionales veterinarios, cuando menos, se encuentran a la altura del resto de profesionales de este país y por ende de la Unión Europea.
–¿Son suficientes o aún hay espacio para más clínicas?
–Es cierto que el número de centros clínicos veterinarios en la Ciudad ha alcanzado un número que pudiéramos pensar está rayando con lo máximo que un núcleo de población de estas características pudiera soportar, manteniendo unos niveles aceptablemente adecuados de atención. Actualmente hay tres clínicas y tres consultorios veterinarios. En cualquier caso, no hay que olvidar que la actividad clínica veterinaria es una actividad totalmente libre y que por tanto se rige y regula por las normas de la libre competencia que será, en definitiva, la que marque el número y que centros perduren o desaparezcan en el tiempo.
–¿Cómo ha afectado la crisis al sector? ¿Han recortado presupuesto los ceutíes en la atención a sus mascotas?
–Por supuesto, de la crisis no hay quien se libre, tanto en el sector público por los recortes y congelaciones salariales de todos conocidos, como en el privado por lo menguado del poder adquisitivo de los propietarios de las mascotas que se refleja en una menor afluencia a los centros veterinarios, en algunas provincias se han realizado estimaciones que llegan a un 30% de disminución. Además, el fuerte incremento que se ha producido en el tipo impositivo del IPSI, pasando del 4,5 al 9%, en muchos casos ha debido ser absorbido por el profesional sin modificar tarifas, lo que agrava de forma clara la situación de los centros y de los profesionales; sin embargo, de momento, se mantienen los puestos de trabajo y no se aprecian recortes importantes en la renovación de los equipamientos clínicos.
–¿Cómo es la relación del gremio con la Ciudad? ¿Hay alguna petición pendiente de resolver?
–Podemos decir que buena, siempre han sido relaciones fluidas y cordiales, sin discrepancias que lleguen a fijar posiciones inamovibles o irreconciliables que, por otra parte, no llevarían a nada provechoso. La principal relación que desde esta institución profesional se tiene con la Ciudad es a nivel del convenio de colaboración para la ejecución de las sucesivas campañas oficiales de vacunación antirrábica, si bien habría que decir que la disminución en la dotación presupuestaria como consecuencia de la crisis ha resultado draconiana, recayendo, por tanto, el peso del esfuerzo más importante sobre los profesionales clínicos que al igual que con la subida del IPSI han debido absorber las importantes mermas producidas.Quedan cosas pendientes que no admiten más espera, como la elaboración del censo equino, los convenios para la evaluación de animales potencialmente peligrosos, para la expedición de pasaportes, para la cesión de la base de datos de animales de compañía SIACE, para la esterilización de animales adoptados ... Pero hay una que es común a toda la profesión veterinaria, local y nacional, no es de recibo que siendo la veterinaria una profesión sanitaria reconocida legalmente y los centros clínicos, reconocidos igualmente como centros sanitarios colaboradores, según la Ley General de Salud Pública, deban soportar el gravamen del IVA y del IPSI, del cual están exentas el resto de las profesiones sanitarias como la medicina, la odontología... también en al ámbito privado. Por lo que, bueno, ahí queda esta última reivindicación profesional y ya que el reglamento de aplicación del IPSI es local, al menos que en los emolumentos percibidos por los veterinarios como consecuencia de las Campaña de Vacunación Antirrábica, en virtud de su objetivo primordial que no es otro que el de preservar la salud pública mediante la inmunización animal, no les sea aplicado dicho gravamen.

“Ha habido riesgo de rabia, pero no ha arraigado por la eficacia en el control”

–¿Hubo una situación de riesgo en Ceuta tras el caso de rabia detectado el año pasado en Marruecos?
–Primero hay que decir que el caso de rabia al que se hace referencia no fue detectado en Marruecos sino en Toledo. Lo que se produjo en Marruecos fue el contagio de la enfermedad que posteriormente se manifestó y diagnosticó en dicha ciudad manchega. El animal accedió a la península por la vía Ceuta-Algeciras. En lo que llevamos de milenio se han detectado en la ciudad cinco casos de rabia: uno humano, en 2004, que procedente de Marruecos llegó ya enfermo a Ceuta y fue diagnosticado en el Hospital Universitario y repatriado a Austria, donde falleció consecuencia de la enfermedad. Y cuatro casos en perros (2006, 2008, 2009 y 2012), todos ellos fueron detectados y debidamente controlados por los servicios de control animal de la Ciudad, salvo uno abatido por la Policía, y posteriormente diagnosticados laboratorialmente de rabia por el Instituto de Salud Carlos III. Por tanto, el riesgo ha existido y si este no ha llegado a arraigar en la Ciudad ha sido sin duda tanto por el alto nivel de cobertura vacunal antirrábica de la población animal como por la eficacia del servicio de control animal de la Ciudad.

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