Los vecinos de Pozo Rayo sufren desde la semana pasada los problemas de aparcamiento que padece la ciudad de manera más aguda que habitualmente. Uno de los edificios de la zona se encuentra realizando labores de reparación en la fachada y ha generado el tránsito de vehículos pesados así como la presencia de diverso material de obra, material que no ha encontrado buen acomodo en la zona.
La empresa responsable de las reparaciones se vio necesitada de espacios donde ubicar la logística necesaria para desempeñar sus funciones. Debido a la falta de espacio en la zona, optó por situar múltiples vallas con la intención de asegurarse un sitio próximo a su actividad que dispusiera de buena accesibilidad. Sin embargo los hechos no han ocurrido así, los vecinos aseguran que no se ha desempeñado actividad alguna en la zona reservada y se quejan de que símplemente no se podía aparcar. Debido a las escasas plazas de aparcamiento, y viendo que los sitios reservados no se utilizaban, los propios vecinos cuentan cómo ellos mismos terminaron apartando las vallas para hacer uso de espacio para aparcar.
Ayer al mediodía un contenedor de obra de la misma empresa impedía el acceso a un garaje privado y provocó la llamada a las autoridades por parte de un residente. Al rato se personaron dos agentes motorizados de la Policía Local para comprobar la situación pero se encontraron con que no había, en ese momento, nadie que pudiera responder por la empresa. Tras un rato apareció un responsable de la obra y se le comunicó que la subcontrata sería denunciada por uso indebido del espacio público. Al parecer, ambos incidentes, tanto el vallado de la calle como la mala ubicación de el contenedor de escombros, se produjeron sin que el proyecto dispusiera de licencias para tales fines. La Policía Local ordenó la retirada tanto de las vallas como del container y así se hizo en el momento en que llegaron los trabajadores.
La llegada de la Policía tuvo efectos secundarios, inesperados por parte de la persona que la llamó. Al personarse los agentes y tomar la decisión de denunciar a los responsables de la obra, también tuvieron que proceder a denunciar por aparcamiento indebido a un par de vehículos estacionados próximos a la misma puerta del garaje. En la zona se puede apreciar una franja amarilla pintada en el suelo, en las mismas puertas de algunas viviendas. Los coches bloquean en ocasiones el acceso a las viviendas y alguna vez han llegado a pasar días desde que se ubicara el automóvil hasta que se retirara. Si bien estas acciones son molestas para los habitantes de las casas bloqueadas, no ha sido hasta que el contenedor de obra terminó de taponar el acceso al garaje de las viviendas cuando se dio aviso a las autoridades. Los vecinos lamentan que haya que recurrir a la Policía para solventar este tipo de cuestiones .