Luisa se encontraba desayunando tranquila cuando pasadas las 10:30 de la mañana comenzó a oír gritos pidiendo auxilio que provenían del otro lado de la ventana que da al mar, a la bahía de Benzú donde vive junto a su marido desde hace un año. Entonces le avisó corriendo y ambos salieron y comprobaron que había varias personas pidiendo socorro, por lo que Bibiano Perona, brigada del Ejército, decidió llamar a los servicios de Emergencias. “En cinco minutos la Guardia Civil se personó en el lugar y entonces comenzamos a hablar con ellos para tranquilizarles y localizarles”, explica el matrimonio, satisfecho porque finalmente todo haya tenido un final feliz.
Se trataba de dos personas que gracias al viento de levante podían hacer que se escuchasen sus gritos de auxilio aun estando a unos 600 metros de la orilla. La niebla y la desubicación les hicieron decidir que tras salir a la superficie después de un rato de buceo, se pusieran sobre una piedra a esperar que pasara un tiempo para poder orientarse mejor, pero cada vez había más niebla y comenzaron a desesperarse. “Si hubiesen nadado hacia dentro la corriente les hubiese llevado a una muerte segura”, asegura el brigada Perona, que no puede evitar decir que lo más importante de toda la historia que ocurrió ayer en la barriada de Benzú fue la movilización del vecindario. “En principio todos pensábamos que eran inmigrantes, pero luego notamos que hablaban en un perfecto castellano y supimos que no”. A los efectivos de la Guardia Civil se unieron los de la Policía Local y numerosos vecinos de la barriada que decidieron, tras darse aviso a la lancha de salvamento y sufrir esta una vería, coger una pequeña patera que llevaba sin hacerse a la mar más de un año para ir en su busca. “Antes hubo que ponerle un corcho porque no estaba en condiciones, pero todo se hizo muy rápido para poder llegar hasta ellos”, explica el matrimonio, testigo en todo momento del rescate.
Lo más destacado fue la coordinación de las Fuerzas de Seguridad y la colaboración vecinal, algo que agradecieron los dos rescatados en todo momento una vez en tierra.
Ambos militares se encontraban buceando, practicando una de sus pasiones. “Lo que para muchos es una embarcación que les ha llevado a la muerte, en este caso la pequeña patera que estaba en la barriada sin usarse desde hace tiempo, ha sido la embarcación que les ha hecho posible poder regresar”, apuntaban ayer en Benzú Bibiano y su mujer, Luisa Jiménez, satisfechos porque tras el susto, todo hubiera tenido un final feliz.
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