El director del curso dice que este tipo de crimen organizado “no es la principal amenaza” para el mundo occidental. Cuestiones como el blanqueo de capitales, nuevas formas de delincuencia que han surgido bajo el amparo de las nuevas tecnologías o el derecho penal de frontera son algunos de los temas del curso de verano ‘Introducción a la Criminología III’, organizado por la UNED, y que hoy da su pistoletazo de salida. Julián Bordas, profesor de Sociología Criminal de la institución y director del curso, participa con su ponencia ‘Algunas claves para entender el terrorismo yihadista’.
–El curso se consolida y alcanza ya su tercera edición, ¿qué han preparado para este año?
–Se va a dedicar a tres grandes áreas. El primer día vamos a hablar básicamente de delincuencia organizada, el segundo de policía científica –el CSI de la películas bromea– y el tercer día de jóvenes y derecho de fronteras con ponentes de la judicatura de Ceuta porque es el último día del último curso que voy a organizar aquí por eso quiero que participen personas que tienen relación con la ciudad.
–Hablarán del tema de las fronteras, un tema que es el día a día de Ceuta.
–Efectivamente del día a día es de lo que van a tratar. Lo harán una fiscal, el jefe de Vigilancia Penitenciaria y el presidente de la Audiencia de Cádiz en Ceuta.
–Su ponencia gira en torno al terrorismo, ¿qué papel va a tener dentro del programa?
–Mañana vamos a tratar el tema de la delincuencia organizada, que es un mundo enorme y extenso. Nos vamos a centrar en cuatro temas: blanqueo de capitales, ciberdelincuencia, el tráfico de drogas y yo me centraré en el terrorismo yihadista. El terrorismo yihadista es un tipo de crimen organizado que tiene mucha novedad en España pero que es un tipo de terrorismo y por tanto un tipo de crimen organizado.
–¿Y cuáles serían las claves para entender el terrorismo yihadista?
–Básicamente todos los tipos de terrorismo ya sean de carácter político o ideológico lo que pretenden, fundamentalmente, obligar a la sociedad a hacer o comportarse como ellos digan. Además, no suelen tener apoyo popular ni legitimidad para conseguir sus fines. Quieren obligar a la sociedad civil a comportarse de una manera determinada, lo que quieren fundamentalmente es imponer sus criterios diciendo que así lo quiere un ente sin contar para nada con el pueblo que quieren transformar, alegando que eso es lo que quiere Dios, partidos, la raza...
–¿Es la principal amenaza para los países occidentales?
–Yo creo que no, sino que el mundo occidental se enfrenta al terrorismo en general que es una gran amenaza, pero junto a ella también están las medioambientales, sanitarias, alimentarias, educativas... que ponen en peligro el desarrollo de la civilización.
–¿Puede servir para que los países se unan bajo un objetivo común?
–Efectivamente, eso es lo que está ocurriendo en muchos casos, sobre todo ante el terrorismo yihadista, por el que los países occidentales se han unido para defenderse, pero hay que tener muy en cuenta que la defensa o la lucha contra ellos no puede poner, bajo ningún concepto, en peligro nuestra libertad. No se puede adoptar medidas para defender la democracia contra dictaduras que quieran imponer y que a cambio perdamos la democracia en el camino.
¿Por dónde pasa el fin del terrorismo?
–Si lo supiera sería ya premio Nobel, no es tan fácil responder porque hay muchas causas, yo creo que el mejor antídoto contra todo tipo de terrorismo sería la educación, la solidaridad, la prosperidad y sobre todo, la democracia. Su problema es que no aceptan que la única fuente de poder que existe es el consentimiento de los que obedecen sin tener en cuenta las clase, nacionalidad o raza.