El colectivo escenifica por toda la ciudad manifestaciones al más puro estilo militar. Las amenazas se han extendido además a parte del personal del CETI.
El colectivo de inmigrantes subsaharianos decidió ayer trasladar sus protestas por distintas zonas de la ciudad y en casi todas las franjas horarias, haciendo uso de silbatos, golpeando cartones contra el suelo y escenificando marchas militares coordinadas por dos o tres inmigrantes. El de ayer era el sexto día de protestas y así seguirán a pesar de que los portavoces del grupo han recibido las oportunas explicaciones de la Policía Nacional sobre el tratamiento que se da a los inmigrantes.
La actuación diplomática de la Delegación del Gobierno choca con las quejas de los vecinos y comerciantes, que exigen se adopten las mismas leyes. De momento, los pasos dados por la administración central, traducidos en un ‘dejar pasar los días’, han obtenido el apoyo de la Ciudad. De hecho tanto el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, como el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, han conversado sobre este asunto para evitar conflictos políticos.
La Policía Nacional ha destinado a varias patrullas al control y seguimiento de los inmigrantes, convirtiéndolos en sus escoltas. Las marchas comenzaron con la participación de un centenar de subsaharianos que, ahora, ha quedado reducido a la mitad, según los datos facilitados por la Policía.
La protesta, liderada y secundada por el colectivo de francófonos, ha generado malestar entre los subsaharianos que no la apoyan porque, consideran, puede ir en contra de sus propósitos de regularización. Las coacciones y agresiones que se están produciendo para forzarles a participar son una constante, como también lo es las amenazas verbales o con gestos que se han efectuado contra algunos trabajadores del CETI a los que los manifestantes culpan de su bloqueo. Y eso a pesar de que hay subsaharianos que no llevan más que semanas en la ciudad y ya exigen salir a la península.
De otra parte, la portavoz del Ejecutivo, Yolanda Bel, mostró ayer el interés de la institución por apoyar a la Delegación aclarando que este tipo de presiones “no es un asunto que, al margen de las competencias, nos pase de largo ni que nos deje indiferentes y esto motiva ese contacto permanente. Lamentamos esa alteración del orden que se vive en las calles de Ceuta y apelamos a los manifestantes que nunca podrán reprochar a esta ciudad que no sea una ciudad de acogida, creo que los ceutíes a lo largo de muchos años siempre se ha caracterizado por acoger a todo aquel que ha venido a Ceuta, especialmente a los inmigrantes, indistintamente de su ciudad de procedencia. Entendemos que el trato que le están dando a nuestra ciudad no se la merece, por ese carácter da acogida y social que nos destaca”, indicó a los periodistas.
La Ciudad ha aclarado que apoyará cualquier medida que adopte la Delegación.
Embarcación de niños para adultos
La Salvamar ‘Gadir’ rescataba la pasada madrugada, a las 4.30 horas, a dos inmigrantes subsaharianos que viajaban en una pequeña balsa neumática de las empleadas por los niños para juegos playeros. La pareja fue localizada a una milla de la costa, cerca de Benzú, siendo activado el protocolo de rescate. Los dos subsaharianos se encontraban en buen estado de salud por lo que no requirieron su traslado al Hospital, como así ocurrió en el rescate del pasado domingo. Esa misma noche se detectó el intento de entrada de nadadores por las dos bahías, que fueron interceptados por la Guardia Civil. Agentes marroquíes interceptaron otra balsa en las cercanías de Castillejos.
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