La pequeña lancha a motor que ocupaban fue atisbada inicialmente por la patrullera P-114 (dato éste que no se conoció el día de los hechos), que permaneció a su lado hasta la llegada del Servicio Marítimo, que se hizo cargo de ellos.
Ya en el CETI, la Guardia Civil trabaja todavía en la identificación de la lancha, que se confirma que fue robada previamente. Una tarea ésta que resulta complicada ya que la matrícula está muy dañada e incluso Capitanía Marítima tenía problemas para poder informar sobre su propietario.
Este es el primer pase que se topa la Benemérita de estas características, siendo sus protagonistas subsaharianos de mayor poder adquisitivo como para hacerse con este tipo de embarcación con la que pretendían alcanzar las costas peninsulares.
Este hecho ya ha movido a los servicios de información a conocer cuál es la situación y presión real que existe al otro lado de la valla. En Melilla, en el día de ayer, fueron 600 los inmigrantes que intentaron cruzar por Gurugú.
Las redes sociales animan a los inmigrantes a llegar a Ceuta y Melilla
Las redes sociales se han convertido en un espacio en el que la información se mueve rápido y que muchos utilizan para saber lo que ocurre a su alrededor. Independientemente de la fiabilidad que pueda tener lo que se conoce a través de ellas, lo que es indiscutible es que influyen directamente en cómo se mueve el mundo. La inmigración no es un fenómeno ajeno a esto. Twitter y Facebook se hacen eco de una información que se publicó en el diario.es, en la que se vertían las declaraciones de un joven tunecino de 18 años que trató de llegar a Melilla hace unos meses con la esperanza de poder alcanzar, después de una corta estancia en la ciudad, una nueva vida en cualquier país de Europa.
“He leído en Facebook que si saltas la valla de Melilla, en un mes puedes ir a donde quieras”, dice. Lo triste es que ese es el mensaje que se traslada.