Los soldados marroquíes de Franco

El pasado domingo tuve el placer de leer un estupendo e inesperado artículo de Paloma Lopez Cortina, que con una gran sensibilidad nos  informaba de la precaria situación económica que padecen los marroquíes que lucharon en el bando fascista en la guerra civil española. Ella nos muestra el lado humano, amable, la injusticia y la desesperación de servidores de la Patria que fueron traicionados por el régimen del general Franco y sus generales traidores e indignos.
Han pasado muchos años y las fotografías que ilustran el reportaje nos muestran los rostros de unos hombres, uno de ellos, de cien años de edad, que reflejan la bondad, ternura y la calidez que desprenden los mayores. Han tenido la suerte de llegar a una edad donde todo se les puede perdonar, todo se puede decir y nada se puede esperar. Tienen la suerte de haberse perdonado y de saberse perdonados.
Un artículo que nos traslada a ese momento histórico donde Franco y sus generales fascistas traicionan a los españoles sembrando de muerte, hambre y terror a todo el país. Los sublevados necesitaban un ejército y se sirvieron de miles de marroquíes dispuestos a morir por un rancho de comida, unos miserables sueldos y mil promesas que nunca cumplirían. Ganada la guerra necesitaba esconder o deshacerse de miles de soldados marroquíes para que los españoles olvidaran el terror que sembraron, las miles de mujeres que violaron y los miles de españoles que mataron.
En el acto el coronel de regulares José Faura, manifestó que “España sigue teniendo una cuenta pendiente con estos soldados y sus viudas e hijos. Algo se ha hecho mal cuando en Francia no tienen este problema. Pero no alcanzo a comprenderlo y queda lejos de la mano del Ejército el poder solventarlo”. Lo que se le escapa al coronel es que en Francia los soldados musulmanes lucharon contra tropas extranjeras, contra el fascismo de Hitler y en defensa de las libertades. Nunca contra los franceses.
Los soldados marroquíes de regulares del Ejército Español eran mercenarios que combatían por dinero y no por ideales o principios. No luchaban por defender a Marruecos de intereses extranjeros, ni por la independencia de su país, ni por instaurar en el mundo un sistema de libertades. Luchaban por un sueldo con el que poder subsistir. No tratamos de desmerecer a nadie, pero es la historia de España. Eran simplemente mercenarios: soldados a sueldo.
Tampoco sería justo dejar de mencionar que Franco y su aparato de propaganda no paraban de ensalzar la crueldad del ejército moro a los que les atribuían violaciones, decapitaciones y amputaciones. El General Queipo de Llano en un discurso manifestaba “nuestros bravos legionarios y regulares han enseñado a los cobardes rojos lo que significa ser hombre. También a sus mujeres. Después de todo, a estas comunistas y anarquistas les ha hecho bien adoptar la doctrina del amor libre”. Hasta qué  punto era cierto su crueldad. Lo cierto que ese aparato de propaganda funcionaba y las tropas moras eran temidas por las poblaciones civiles.
Franco dispuso de más de cuarenta años para hacer “justicia” con los soldados marroquíes que lucharon con los sublevados para que ganara la guerra y no lo hizo. No lo hizo, porque de un traidor solo se puede esperar traición. Porque su aparato de propaganda lo desaconsejaba y porque ideológicamente apoyaba las teorías racistas de Hitler. Estas son las razones que hicieron a Franco cerrar el telón sobre los soldados regulares marroquíes.
No podemos olvidar que Franco y Hitler lucharon en el mismo bando. No podemos olvidar las barbaries de Hitler. Ni el apoyo de las tropas de Franco a Hitler. Ni que ensalzar hazañas del ejército de Franco por muy grandes que fueran dañan la imagen del ejército, porque ese ejército traicionó a su propio país. El que ahora tenemos es un ejército de hombres y mujeres comprometidos con la democracia, España, la Constitución y sus principios. Este es el ejército que todos y todas queremos. El único ejército posible y el ejército de todos-as los españoles.
El artículo del pasado domingo me trae a la memoria aquellas milongas “efemérides del día” que nos contaban cuando los españoles realizaban el servicio militar ensalzando al ejército fascista. Creemos que España es suficientemente madura para pasar página, pero sin olvidar la historia pasada. No podemos hacer homenajes que dañan sentimientos de personas que sufrieron la barbarie. No podemos contar verdades a medias, porque dañan sentimientos y menosprecian a otros que lucharon para que todos los españoles podamos expresarnos libremente.
Estoy seguro de que el coronel Jose Faura, trata de ayudar sin ningún componente político a la Asociación de Huérfanos de los Soldados Marroquíes del Ejército Español de Regulares y que creo que debemos ayudar a estos pocos soldados y viudas que viven en esa situación de extrema pobreza, porque todos fuimos víctimas de Franco, ellos también. Pero la historia debemos contarla con rigor para que no olvidemos los errores cometidos, ni a los que cometieron los errores, los crímenes y las injusticias.