Los Rosales celebra La Merced resaltando la labor del funcionario

La institución penitenciaria premió el trabajo de dos empleados y de la Consejería de Sanidad y Consumo por el Plan sobre Drogas que lleva a cabo en la prisión ceutí

La prisión de Los Rosales celebró ayer la festividad de la Patrona de Instituciones Penitenciarias, Nuestra Señora de la Merced, con varios actos en este establecimiento, entre ellos el reconocimiento a funcionarios que han realizado una labor encomiable en la institución y también para una entidad que ha colaborado en mejorar la calidad de vida de los internos, la Ciudad Autónoma con el Plan sobre Drogas.
Se llevaron a cabo dos tipos de actos: para los internos y para los funcionarios. Los primeros consistieron en una Misa a las diez de la mañana en un patio interior del centro y en un menú especial para el almuerzo. Este contó con muslitos de mar, paella mixta, pescado al rigamonti y fruta del tiempo o flan. Pero la pasada semana también se desarrollaron actos, en este caso lúdicos y deportivos. Así, los reclusos participaron en diversas actividades como torneos de fútbol sala, tiro a portería por puntos, campeonato de triples, parchís, damas, dominó, ajedrez y futbolín. Finalizaron el pasado viernes con la entrega de premios y diplomas a los ganadores.
Los otros actos fueron para los empleados públicos y para las autoridades y consistieron en la Misa oficiada por el capellán de la prisión, Alejandro Sevilla Segovia, y en la que cantó Pepe Escobedo, en la entrega de conmemoraciones y discursos institucionales, y en una copa de vino español.
El capellán de la penitenciaría hizo una reflexión acerca del papel que la Iglesia Católica desempeña o debería desempeñar en relación a los hombres y mujeres privados de libertad. Así, añadió que la Iglesia promueve la cultura de la dignidad del hombre y la libertad.
En esta ocasión, los galardonados fueron dos empleados públicos y una entidad “que han destacado por su compromiso, profesionalidad y entrega al centro”. El primero en recoger su Mención Honorífica fue el funcionario del Cuerpo Especial de IIPP Miguel Fábrega Liria, un galardón conseguido “por la satisfactoria prestación de servicios durante su carrera profesional en Instituciones Penitenciarias”. Seguidamente, José Ramos Obispo recogió la Placa Honorífica “por el sentido del deber en el desempeño de las funciones encomendadas, por su profesionalidad y responsabilidad acreditada a lo largo de su trayectoria profesional”. El tercero galardón fue para el Plan sobre Drogas de la Consejería de Sanidad y Consumo “por la encomiable labor realizada a favor de la educación para la salud de los internos, por sus esfuerzos en aras a la reinserción y rehabilitación, por su plena identificación con los fines de la institución penitenciaria en la lucha a favor de la dignidad de los mismos”.
El consejero de Sanidad y  Consumo, Abdelhakim Abdeselam Al Lal, recordó que en diciembre de 2003 se acordó un convenio entre Ministerio del Interior, Consejería y la prisión ceutí, y en este se plasmó la atención en dos ámbitos: la lucha contra el sida y contra la drogodependencia.  En los talleres de prevención se han informado, formado, comunicado y concienciado más de 1.025 internos desde el año 2003, y en el ámbito de la terapia han sido tratados 1.782 reclusos.
El consejero añadió que la relación entre consumo de drogas y delito está “muy arraigada”, por lo que “nadie está libre de cometer a lo largo de la vida algún error o equivocación, y este estereotipo no tiene que ser un motivo para que la sociedad los margine y los estigmatice”, por lo que trabajan para evitarlo. También citó el programa Ídalo.
El director de la prisión ceutí, Francisco José Delgado Aguilera, destacó el trabajo de los funcionarios y de quienes colaboran para que los primeros cumplan su tarea, “ayudar a la seguridad de todos, custodiando a quienes deben pasar un tiempo privados de libertad, intentando que ese tiempo les sirva para intentar corregir y enderezar su vida hacia la normalidad”. El responsable de la penitenciaría manifestó que ayer quería “poner en valor” el trabajo que se realiza en su interior y el “mérito” del trabajo que realizan los funcionarios. “Nos quejamos a menudo de que se reconoce poco el trabajo de la institución penitenciaria y de los profesionales que en ella nos encontramos. El pequeño incidente o el fracaso individual inevitable en una institución compleja como esta que trabaja con personas difíciles en la situación más difícil se agranda con los efectos de una lupa distorsionada en manos de quienes o bien no creen en nada o sencillamente se niegan a reconocer el éxito del esfuerzo de tantas personas por construir una convivencia mejor”, afirmó, para continuar diciendo que la labor de los funcionarios es “impagable para la sociedad, con riesgo para ellos en muchas ocasiones y siempre con respeto a la ley y con humanidad”.
El director de la prisión ceutí añadió que apuestan por consolidar los módulos de convivencia normalizada, los de respeto y las unidades terapéuticas y educativas, “con sus valores que ayudan a cambiar actitudes y que facilitan la reinserción”, así como la multitud de programas que se llevan a cabo. Dijo también que forman parte de la seguridad del Estado “y cada vez estamos mejor preparados para dar respuesta a los internos condenados por terrorismo, del tipo que sea, o a la gran delincuencia organizada, los narcotraficantes, o los entresijos de la delincuencia económica”.
Delgado reconoció el esfuerzo de todos en la implicación de estos proyectos de seguridad, convivencia, formativos o terapéuticos. “A menudo se cuestiona la progresión humanitaria y dignificadora de nuestro régimen de cumplimiento penal. Frente a ello tenemos la obligación de explicar a la sociedad que estos proyectos es fruto de décadas de experiencias y reflexiones, a pesar de todas las dificultades”, añadió.
El director de la prisión recordó que en el año 1889 se implantó en el penal de Ceuta el método de clasificación de reclusos de Walter Crofton, cuyas críticas fueron “atroces” pero en 1901 se extendió a todos las prisiones españoles “y aún hoy perdura actualizado”. En esta línea, dijo que el sistema penitenciario español se encuentra “entre los mejores del mundo”.
Por su parte, el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, antes de comenzar su discurso se refirió a la prisión de Los Rosales como “vetusta infraestructura penitenciaria que parece ser que está a punto de jubilarse, así lo esperamos”.
El representante gubernamental felicitó y agradeció a los funcionarios su labor, y dijo que el “complejo trabajo” que desarrollan a diario “hay que darlo a conocer públicamente, porque parece como si fuera una parte oscura de la administración. No. Es limpia, transparente y un esfuerzo encomiable”.
González Pérez afirmó que “no es un secreto que tenemos un sistema penitenciario saturado y que el universo humano que habita en la prisión “no es ajeno al mundo que vivimos, más bien al contrario, refleja sus problemas”. El delegado del Gobierno insistió en que “la sociedad debe conocer lo que se hace dentro de las prisiones, los ciudadanos tienen derecho a saber a qué se destinan los recursos que pagan con sus impuestos, para que de este modo conozcan el gran esfuerzo que realizan todos los profesionales que trabajan en este centro”.

“Nada que celebrar”

“Nada que celebrar”. Este mensaje claro y conciso en una pancarta resumía el sentir de varios funcionarios y de sus representantes legítimos. Una veintena de funcionarios se congregó a las puertas del Centro Penitenciario de Los Rosales para rechazar los actos convocados para celebrar esta festividad en un contexto económico en el que están viendo reducidos sus salarios y recortados sus derechos laborales. Organizaron una sonora pitada mientras accedían al interior de la prisión las personas invitadas a los actos. Esto se repitió en todas las prisiones del país.
Representantes de UGT, CCOO, ACAIP y APFP denunciaron en declaraciones a este medio que se organizara un acto con copa incluida “cuando dicen que no hay dinero para poner aire acondicionado ni para mobiliario, ni para sillas, ni para los vestuarios”. Por esta razón, dijeron claro que “no hay motivos para celebrar nada”. En esta línea, los representantes sindicales también criticaron la reducción de más del 50 por ciento en la acción social, por la que se facilitan ayudas para los estudios de los hijos de los funcionarios, para la adquisición de viviendas, o para la paternidad y maternidad, entre otras. Advierten de que esta partida volverá a verse reducida en un 50 por ciento.
Los sindicalistas también criticaron que hayan llegado tres directores de programa procedentes de Huelva. Dicen que han sido cesados en la prisión onubense y enviados a Ceuta para cobrar el plus de residencia. En la actualidad hay seis directores de programa en la penitenciaría ceutí. Los sindicatos concluyeron diciendo que todo esto se debe a una “nefasta gestión” de los responsables de Instituciones Penitenciarias.
En un comunicado conjunto firmado para el conjunto del país, los sindicatos con representación en Instituciones Penitenciarias critican que los centros hayan recibido una partida económica para celebraciones. “Nos parece una falta de respeto a la situación existente, y que estos días de festividad en nuestra institución no los debemos compartir con quienes no han tratado adecuadamente a sus trabajadores, olvidándose una vez más de ellos”, indican. No obstante, dieron la enhorabuena a los compañeros a quienes se les ha reconocido su labor, pidiéndoles disculpas y trasladándoles todo su apoyo y consideración.

Opinión (Juanmi Armuña - El Quijote del Estrecho)

Difusión de la labor en prisión

La celebración de La Merced se convirtió ayer en un acto para repetir una y otra vez que hay que dar a conocer públicamente la labor que se realiza en la penitenciaría porque la sociedad debe conocer lo que se hace dentro de las prisiones. Tanto el director de la cárcel como el delegado del Gobierno insistieron en que hay que “poner en valor” este trabajo, pero piensan que esto se consigue con un discurso una vez al año que solo dice que hay que dar a conocer estas actuaciones pero que no se detiene en ellas. A mí me gustaría que me explicaran de qué manera se traslada este asunto a la ciudadanía si no es a través de los medios de comunicación, cuya presencia en los actos de la prisión es nula en los últimos meses porque sus responsables así lo han querido. Por ejemplo, este medio solicitó una entrevista al director, vía Madrid y vía Los Rosales, y aún no se le ha dado fecha. Para difundir este trabajo, los periodistas nos prestamos, ¿y ustedes?