Los profesores del IES ‘Luis de Camoens’ han registrado esta semana un escrito de protesta dirigido al director provincial del MECD, León Bendayán, con el que dejan claro el modo atropellado en el que se han visto obligados a iniciar este curso 2017/2018. Y así ha sido porque se han visto atrapados en un caos organizativo derivado de un comienzo “precipitado y forzado” para los estudios de secundaria y bachillerato, según se expone en el escrito que ha sido rubricado por la mayoría del claustro de profesores.
La imagen que se ha dado de la educación en Ceuta ha sido, a su juicio, “pésima” hasta el punto de verse obligados, por orden del Ministerio, a comenzar las clases el pasado 11 “sin tener horario ni los profesores ni los alumnos”, exponen. “La buena voluntad de todos hizo que se improvisara un horario tipo guardería para que los alumnos quedaran recogidos. Por la tarde, en claustro extraordinario, gracias a un trabajo ímprobo del equipo directivo, se nos entregaron unos horarios provisionales”, se indica en el escrito.
Los profesores reclaman que se respeten los plazos para llevar a cabo el proceso derivado de la existencia de exámenes extraordinarios de septiembre, que se han llevado a cabo de manera intensiva en dos días, en sesiones de mañana y tarde. “Solapadamente, en tiempo récord, los días 5 y 6 se tuvieron que corregir y calificar, celebrándose las sesiones de evaluación correspondientes a todos los grupos, en algunos casos con un margen de dos horas escasas para corregir y calificar”, denuncian. La actividad en los centros comenzó el día 4 al ser festivo el 1 y todo se ha tenido que hacer en tiempo récord, con más de setenta asignaturas de los distintos niveles y ciclos.
Este auténtico caos tiene más capítulos: los boletines de notas se entregaron y sin que transcurrieran las 48 horas preceptivas de reclamaciones, en un momento en el que faltaban más de 500 alumnos por matricularse, “se reúne el claustro de profesores para elegir material y grupos a fin de elaborar horarios precipitadamente. Cualquiera puede suponer que la falta de más de 500 alumnos es una circunstancia muy importante para la previsión del número de grupos y asignaturas optativas”, denuncian. Pero las órdenes del Ministerio eran las de empezar el día 11 y así se tuvo que hacer, sin tener horario, sin profesores y sin concretar los alumnos.
“Se ha despreciado nuestra profesión y labor docente, los institutos se han convertido en guarderías durante la primera semana de curso”, añaden en su queja. “En esa primera semana de clases ha reinado la incertidumbre, la sensación de provisionalidad. Ni siquiera podíamos decir a los alumnos qué asignaturas tenían al día siguiente”, exponen.
Los profesores firmantes reclaman al Ministerio que se respeten los plazos y los tiempos indispensables para llevar a cabo un inicio de curso “con corrección” para que “nunca más tengamos que vivir circunstancias tan caóticas y desalentadoras”. La desazón es tanto para los profesores por lo que han tenido que pasar como también por la imagen dada a las familias de los alumnos. “Son estos días cruciales para el desarrollo ordenado del curso y, pese a los esfuerzos y el trabajo del equipo directivo y profesorado, esta decisión ha ocasionado precipitación, improvisación y absoluta provisionalidad. Pedimos no tener que vivir más esta situación”.
LAS CLAVES
Qué implica hacer
La convocatoria implica hacer exámenes, corregir, calificar, elaborar boletines de notas, matricular, establecer horarios y grupos... Es evidente que resulta imposible llevar a cabo todo este proceso como se les ha obligado: en cuatro días. La presión del Ministerio ha llevado a un inicio del curso caótico. Esta situación ha afectado a todos los institutos: cada uno ha empezado el curso como ha podido, unos después, otros con horario más corto, los hay que poniendo dos horas de recreo... “un reino de Taifas”.
El desorden de este 2017 se salvó el pasado curso
Los profesores exponen que en cursos anteriores se ha podido salvar esta dificultad al permitirse a los centros iniciar el curso de manera escalonada durante la primera semana, acogiéndose los alumnos de forma progresiva explicándoles normas, horarios, presentando al profesorado o las instalaciones, respetando a su vez los plazos de matriculación.
“Los alumnos que inician sus estudios en esta etapa, necesitan apreciar un orden y una organización adecuados”, denuncian.
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