Los primeros Camiones Protegidos del Ejército Español (I)

Como en muchas otras cosas, España y en concreto el Ejército, fue pionera en el mundo de la utilización en combate de los antecesores de los Vehículos Blindados de Ruedas, los Camiones Protegidos, tan conocidos por ser los que más se ven en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz en casi todos los Ejércitos implicados en ellas.
En fecha tan lejana como 1910 la Comisión de Experiencias de Artillería recibió el encargo de proveer de un vehículo blindado para su uso en el entonces Protectorado Español de Marruecos, para lo cual se adquirió un camión Schneider, con el fin de adecuarlo a la petición, al que se envió a la Escuela de Automovilismo del Arma para proceder a su debida transformación. Un año más tarde llegó un segundo camión de la misma marca y, en 1911, el primero de ellos fue enviado a Melilla causando alta en la Brigada Automovilista. Sus servicios se consideraron satisfactorios aunque habría de pasar una década antes de que el Ejército decidiese comprar más unidades de la especie recayendo la elección, por lo que hace a la Artillería, en un blindado basado en el automóvil Landa. De pequeño tamaño, su tripulación era de cuatro hombres y estaba armado con una ametralladora. El blindaje consistía en planchas de acero de 5cm. De grosor, suficientes para resistir impactos de fusilería a cien metros de distancia, aunque castigaba “con su peso” al motor y a los ejes.
El 15 de noviembre de 1921 se entregaron tres Landa que, a los pocos días, desembarcaban en Melilla sufriendo su bautismo de fuego en la zona de Ras Medua donde uno de ellos, posiblemente el nº 2, se averió. No volvieron a utilizarse conjuntamente ya que antes de repararlo se estropeó otro y las averías no debían de ser cosa de poca monta, ni insólitas, cuando la Comandancia General de Melilla consideró oportuno solicitar un uniforme al Comandante principal de Artillería Como ampliación al mismo, el capitán jefe de la sección de Camiones Blindados puso su firma al pie de un escrito en el que, basándose en su experiencia personal, afirmaba que el blindaje no era suficiente, las ruedas se rompían con facilidad debido al peso adicional que soportan. A pesar de ello han prestado un buen servicio, confirmado lo expuesto por el comandante principal de Artillería, quien además destaca la ventaja de su pequeñez y maniobrabilidad. Como consideración final, el vehículo no debe seguir empleándose al ser superior el modelo construido por el Centro Electrotécnico.
Efectivamente, el Landa fue útil en servicios de protección a convoyes como el que recogió cadáveres en Abadda, el 19 de enero de 1922, y en el que participaron apoyando a una fuerza de la Policía Indígena, Regulares y un escuadrón del regimiento Pavía.
Pero, pese a todo, sólo se trataba de turismos a los que se les había cargado un peso extra de unos dos mil kilos provocándose continuas roturas de ruedas, diferenciales y piñones de ataque. Es comprensible, pues, que la Comisión de Artillería acabase por proponer que los tres Landa se transformasen en camionetas sin blindar lo que en maro del año citado fue aprobado, suponiendo un gasto de 3500 pesetas de la época.
Tradicionalmente, en el Ejército español le correspondió a Ingenieros asumir las novedades tecnológicas razón por la cual les encontramos en el nacimiento de actividades tales como la Aerostación, la Aviación y el Automovilismo si bien este último. Al no poseer un espacio concreto, fue compartido por varias Armas.
Volviendo a dar un salto atrás en el tiempo, diremos que en diciembre de 1904 el Automovilismo se incorporó como especialidad al Centro Electrotécnico y de Comunicaciones de Ingenieros, creándose a tal efecto la Escuela de Mecánicos Automovilistas.
Después, en 1921, cobraría forma, en Melilla. El Servicio de Automóviles que únicamente tenía por dotación tres automóviles rápidos y un camión de cuatro toneladas.
Volviendo a dar un salto atrás en el tiempo, diremos que en diciembre de 1904 el Automovilismo se incorporó como especialidad al Centro Electrotécnico y de Comunicaciones de Ingenieros, creándose a tal efecto la Escuela de Mecánicos Automovilistas. Después, en 1921, cobraría forma, en Melilla. El Servicio de Automóviles que únicamente tenía por dotación tres automóviles rápidos y un camión de cuatro toneladas.
Con el paso del tiempo tanto los vehículos de uso general, como los servicios que éstos prestaban, fueron aumentando y así, en julio de 1921, los 21 camiones en plantilla transportaron 3890 ton. cubriendo 52.328 Km. en 693f viajes. Once meses después el número de camiones ascendía nada menos que a 110 que condujeron 7.036 ton. sobre un recorrido de 174.720 Km. en 2.257 viajes.cola