Los presupuestos del PP

Recortar las políticas sociales en un setenta por ciento; no dedicar ni un solo euro a la barriada que se erige como paradigma de los problemas que afectan a un número importante de ciudadanos y ciudadanas de nuestra ciudad apuntalar aún más  la presión fiscal sobre la ciudadanía e inventarse una transferencia del Estado de ocho millones de euros así porque sí y porque Mariano me lo ha prometido, no parece ser el mejor ejercicio de responsabilidad. Con los Presupuestos de la Ciudad para el año 2012, el Gobierno del PP ha consagrado varios hechos de vital trascendencia para la calidad de vida de miles de ceutíes.
En primer lugar les ha vuelto a decir a los más de doce mil parados registrados que no cuenten con el Gobierno, que se busquen las habichuelas ellos solos, que no van a dedicar ni un solo euro para promover y generar oportunidades de creación de empleo, que en este asunto ellos simplemente no están; eso sí, sus redes clientelares que adoptan diversas fórmulas, estratagemas y figuras como convenios, subvenciones y demás, sí que van a ser respetados, como no podía ser de otra forma. Y es que de ello se sustenta parte de la “legitimidad” de este Gobierno.
En segundo lugar, a esa población que vive rozando, o debajo incluso, de los umbrales de la pobreza les ha mandado un mensaje claro; no hay dinero para todos y en consecuencia, muchos de ellos deberán quedarse fuera del paraguas de las políticas sociales. Eso sí, estas mismas personas podrán seguir disfrutando de la atención personalizada que les ofrece esa ristra de cargos políticos de dudosa necesidad y utilidad que permiten mantener estables las aguas del Partido Popular y de sus familias. Y ello, también permite mantener la “legitimidad interna” del Gobierno del Partido Popular.
Decirles también a esas familias -las necesitadas de verdad- que no se preocupen, que esa gran corte que conforma el Gobierno Vivas, además de permanecer intacta en los tiempos que corren, también podrán mantenerse cuando salgan a representarles, pues doscientos cuarenta euros diarios como dieta seguirán garantizando tan loable desempeño; y menos mal que se descartó la reducción drástica de estas dietas pretendida por los incendiarios de Caballas.
En tercer lugar, el Gobierno del PP mandó un mensaje claro a esas miles de familias que demandan una vivienda; no habrá ni una sola vivienda de protección oficial. Y es que, además de no contemplar ni una sola consignación dedicada a la construcción de nuevas viviendas para las y los ceutíes, el Gobierno del PP también ha recortado un recurso refugio para esas miles de familias que, por diversas circunstancias, no pueden acceder a una vivienda en el mercado privado. Hablo del programa de alojamiento alternativo que también ha sufrido un más que notable recorte. Ahora, eso sí, estos mismo ciudadanos podrán seguir disfrutando de los elementos ornamentales que decoran nuestras calles amén de las muchas estatuas de bronce que tanto bien hacen por la calidad de vida de los que más necesitan.
Finalmente, y punto aparte merece, el ejercicio de cinismo e hipocresía derrochado por este Gobierno quien, por un lado afirma encontrarse entre sus órdenes de prioridades la problemática que rodea a la Barriada del Príncipe, para, a renglón seguido, dedicarle cero euros de inversión en el recién aprobado documento presupuestario. Es lamentable, escucharles hablar de prioridades en las acciones políticas de este Gobierno para con los vecinos de la Barriada para, después, acto seguido, se vote en contra de la creación de una agencia de desarrollo para El Príncipe que vendría a solventar los problemas de empleo y empleabilidad de los más jóvenes. Ahora, eso sí, podremos disfrutar de un espectacular paseo marítimo desde San Amaro hasta Santa Catalina, que también es Ceuta, a costa de unos mayores niveles de desigualdad entre zonas y ciudadanos.
En definitiva, estos presupuestos no son más que eso, los presupuestos del PP; unos presupuestos marcados por un afianzamiento de los recortes sociales como medida de austeridad, marcados por la deuda y una mayor presión fiscal como fórmula de ingresos propios, marcados por el desequilibrio entre ceutíes y las distintas barriadas, amén del uso del mismo como instrumento para mantener cohesionado al PP y a sus elementos favorables.