La botánica española se desarrolló gracias a los descubrimientos en el norte de África.
A medida que las tropas españolas avanzaban por el norte de África, militares, científicos, botánicos y forestales aprovecharon para ir recogiendo la riqueza medioambiental que ofrecía el territorio anexionado al reino español. El inicio del colonialismo español en el norte africano quedó plasmado en las obras del general Weyler, Dantín Cereceda, Máximo Laguna o José Jordana y Morera.
De este desarrollo de la botánica española se encargó ayer en explicarlo Carlos Martín Cantarino, en la primera ponencia de las XIX Jornadas de Historia que se está celebrando en el salón de actos del Ayuntamiento. ‘Botánicos y forestales españoles en el entorno ceutí: la influencia mutua entre vivencias personales y paisaje natural’ fue el título de la conferencia en la que se puso de relieve que el descubrimiento de nuevas especies florales y arbóreas estaba ligado a la experiencia íntima de los autores en sus viajes y expediciones científicas al recién nacido Protectorado español. Además, las obras de estos primeros defensores del medio ambiente en Ceuta aconsejaban cómo gestionar las masas forestales de gran riqueza como fue el caso del alcornocal de la sierra de Bullones, de la mano de Máximo Laguna. Sin embargo, no se tuvieron en cuenta y las necesidades de leña de la creciente población ceutí terminó por aniquilar ese alcornocal.