Los PGE de la recuperación

El proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2012 son un acto de responsabilidad y compromiso del Gobierno para poner freno al estancamiento que sufre la economía española. Los Presupuestos han sido un acto valiente que inspira confianza y credibilidad en el Gobierno de España. El proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2012, comprometen al Gobierno para poner freno al estancamiento que sufre la economía española. Hay que destacar la buena acogida de los PGE en las instituciones internacionales reafirmando que gracias al cambio político, España ya es un país fiable.
El Partido Popular “apoya, respalda y aplaude” el proyecto de Presupuestos y las medidas que el Ejecutivo está poniendo en marcha. Son medidas, “responsables para nuestra situación económica, coherentes con el objetivo de consolidación fiscal y con las medidas que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comprometido con nuestros socios europeos”, para lograr el objetivo del déficit.
Respecto a la medida relativa a atraer los capitales que no se han declarado y no estaban en España, la finalidad es que ese capital pase a formar parte del dinero declarado y, además, se tribute por ello. En este sentido, el Gobierno tiene ahora la credibilidad dentro y fuera de España que no tenía el Ejecutivo socialista. El Gobierno ahora puede acudir a los mercados financieros y conseguir colocar su deuda mucho mejor que el gobierno anterior y a menor precio. Así, mientras el Partido Socialista Obrero Español pretendía financiar la deuda con los capitales del dinero no declarado, el Ejecutivo de Mariano Rajoy no tiene que acudir a eso, porque España ha generado confianza, y ese dinero servirá para inyectar toda la liquidez posible en la economía española.
El Partido Popular ha añadido durante su intervención que los Presupuestos componen unas medidas de carácter temporal centradas en el mantenimiento de los servicios públicos esenciales. Suben las pensiones, no se rebaja el salario de los funcionarios y no se tocan las prestaciones por desempleo. Estos PGE suponen el mayor ajuste de cuentas de la democracia, un ajuste responsable que mantiene lo esencial y que ha sido aplaudido por los mercados y los socios europeos, porque son “el camino recto para recuperar el crecimiento”. Unos presupuestos que plantean el mayor ajuste fiscal de la historia de la Democracia, hasta 27.300 millones de euros y son la garantía de que se va a cumplir el objetivo del 5,3% de déficit”. El Estado se va a apretar el cinturón como lo han venido haciendo ya las empresas y las familias en España, hasta un recorte de gastos en los ministerios de un 17% y por tanto las cuentas públicas en España van a dejar de ser una losa sobre la economía española, esto se hace partiendo de una premisa que es el mantenimiento de la protección social. Estos PGE vienen a cerrar un primer trimestre intenso de actividad del Ejecutivo, 100 días de reformas de cambios en España, 100 días para la recuperación de la confianza y la credibilidad de la economía española, esto es una actividad del Gobierno que no tiene precedentes en la Democracia.
El Partido Popular quiere recordar las reformas puestas en marcha por el Ejecutivo de Rajoy que se pueden calificar de muy importantes y de calado, como la reforma del Sistema Financiero, la Reforma Laboral, la Ley de Estabilidad Presupuestaria o la Ley de Transparencia.
Por otro lado, existe el problema del objetivo del déficit, ya que el déficit de 2011 se cerró en un 8% y por tanto hay un agujero de 25.000 millones de euros que es el resultado de la nefasta gestión de Alfredo Perez Rubalcaba durante el año 2011. “Aquí España se la juega”. Estos Presupuestos se van a cumplir de manera estricta, se van a aplicar a rajatabla y, por tanto hay confianza en que aquello que hoy es un proyecto y que está en un papel a final de año sea una realidad en la contabilidad Nacional del Estado. “Los hace un Gobierno que cumple con aquello que se propone”.
Los Presupuestos aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy obedecen a una estrategia económica con dos objetivos: reducir el déficit público y recuperar el crédito de nuestro país en el exterior. En este sentido, ajustar la diferencia entre ingresos y gastos, que significa la reducción del déficit, supone además que quienes nos dejan el dinero crean que los vamos a pagar. En este punto, en el anterior ejercicio, el Gobierno de Rodríguez Zapatero gastó 90.000 millones de euros más de lo que ingresó, por lo que fue imposible tener crédito internacional y las dificultades de nuestro país fueron “obvias”. Además, sustentados en una política económica basada en incrementar el gasto de manera irresponsable esperando a que la coyuntura internacional mejorara. Y, como no sucedió, el Ejecutivo socialista nos llevó a una situación de práctico colapso financiero. Ya le hubiera gustado  al Partido Popular recibir la herencia que el Partido Socialista recibió de los Gobiernos populares, herencia no solamente en términos económicos, sino también porque hubieran dicho la verdad. El Gobierno del Partido Popular se han encontrado con un desajuste total entre los ingresos y los gastos públicos y además han mentido a todos los españoles, teniendo en cuenta que la diferencia entre gastos e ingresos era todavía más grande de lo que ellos mismos reconocían.
Las cuentas públicas para este año están al servicio de las familias españolas, algunas de ellas tienen, desgraciadamente, al menos uno de sus miembros en situación de desempleo. Son unos Presupuestos austeros, sobre los cuales el Gobierno ha marcado unos límites “que no van a sobrepasar”. Así, el Gobierno del Partido Popular  ajusta, pero actualiza las pensiones tras la bajada que hizo el Partido Socialista Obrero Español; congelar el sueldo a los funcionarios, pero no lo baja como hizo el Partido Socialista; se mantienen intactas las transferencias a las Comunidades Autónomas que garantizan la sanidad, la educación y las prestaciones sociales; se mantienen las becas; y no se sube el IVA, que sí hizo el Gobierno de Zapatero.